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Los Grupos Autogestionados de Consumo GAK. Diez años de experiencias

03.06.10

Una década de Agroecología y Consumo Responsable. Experiencias. Problemas. Alternativas (1996-2006)

ARQUEOLOGÍA DE LOS GAKS.
Escrito por Área de Agroecología y Consumo Responsable
26 de Mayo de 2010
16º ENTREGA DE LA CAMPAÑA CONTRA LA PRESIDENCIA ESPAÑOLA DE LA UE.

fuente: http://www.nodo50.org/lagarbancitaecologica/garbancita/index.php?option=com_content&view=article&id=410:area-de-agroecologia-y-consumo-responsable&catid=69:campana-contra-la-presidencia-espanola-de-la-ue&Itemid=81

SEGUNDA PARTE: ARQUEOLOGÍA DE LOS GAKs (1996-2006)

Breve historia de los GAKs

Las primeras experiencias organizadas de cooperación entre productores agroecológicos y grupos autogestionados de consumo, nacen en Madrid hace diez años impulsados por personas y colectivos vinculados al Movimiento contra la Europa de Maastrich y la Globalización Económica (Movimiento Anti Maastrich-M.A.M.)

Desde el M.A.M. propiciamos el encuentro de las redes antiglobalización con el mundo rural un fin de semana de Noviembre de 1996, con representantes de la Plataforma Rural y de Vía Campesina en Amayuelas (Palencia). Un resultado de este encuentro fue la realización de unas jornadas que montamos el MAM en colaboración con la “Red de Economía Alternativa y Solidaria”, los días 1, 2 y 3 de Mayo de 1997 en Córdoba, con la asistencia de 400 personas procedentes de todo el Estado Español. Los sectores más dependientes de subvenciones sabotearon la posibilidad de una cooperación futura entre las redes más politizadas y las más profesionalizadas.

Iniciamos el camino, no solamente para consumir alimentos sanos sino también, convencidos de que la forma de comer es tan política como la forma de trabajar. El año 1997 fue un año de una gran actividad de movimientos sociales: Marchas Europeas contra el paro que pasaron por Madrid en Abril, Contracumbre de la OTAN en Julio, II Encuentro por la Humanidad y Contra el Neoliberalismo en Agosto, etc.

A finales de 1997 y tras algunas altas y bajas éramos ocho grupos en Madrid (”Malabar” en Canillejas, C.S.O. “el Laboratorio” en Lavapies, “La Lavandería” en Vallecas, Hortaleza, EKKAIA, Aedenat, CAES y Kybele). Todos recibíamos los productos agroecológicos de un agricultor ecológico de Palencia.

Desde esos inicios, se desplegó un inmenso esfuerzo autoorganizativo que nos permitió sobrevivir en diversos escenarios. Podemos afirmar con satisfacción que hemos contribuido a difundir una nueva sensibilidad en el terreno de la alimentación y también, que casi todo lo que hay en Madrid ha salido de este tronco fundacional.

Para avanzar, necesitamos elaborar nuestra experiencia para corregir los errores y potenciar los aciertos. Como rasgos de nuestro modelo de agroecología y consumo responsable, producto de una década de experiencia y debate, podemos citar:

a) consideramos las relaciones entre productor@s agroecológicos y redes de consumo como relaciones de apoyo mutuo, a través del debate de los problemas en condiciones de transparencia y reciprocidad, desde la igualdad, autonomía, iniciativa propia y responsabilidad de cada una de las dos partes.

b) El desarrollo de la producción agroecológica de alimentos sólo es posible desde el compromiso de redes de distribución urbanas que aseguren un volumen de compra y unos precios justos a l@s productor@s. Los términos del intercambio deben tender al equilibrio entre la calidad, cantidad y variedad de alimentos producidos y unos precios que garanticen la viabilidad de la explotación, incluyendo una remuneración justa para l@s agricultor@s. El equilibrio y el desequilibrio en el intercambio es algo sujeto al debate y al acuerdo, desde el mutuo reconocimiento como iguales entre agricultor@s y consumidor@s. Los desequilibrios son admisibles a condición de que sean voluntariamente aceptados tras una exposición motivada y transparente, en un horizonte de intercambio equitativo. El apoyo mutuo no es compatible con un desequilibrio tácito, unilateral y crónico. Esta situación implica la centralidad de una de las dos partes respecto a la otra.

El apoyo mutuo no puede ser unilateral. Es decir, producirse en una dirección hegemónica, por ejemplo, desde las redes de consumo hacia la unidad de producción. Tampoco puede admitirse que una de las dos partes cargue sobre la otra las responsabilidades básicas de su actividad. Por ejemplo, un proyecto de producción traslada constantemente sus problemas de número de trabajador@s, maquinaria, vehículo, etc, a la red de consumo. Al igual que tampoco sería aceptable que la problemática de funcionamiento de la red de consumo, incluido su propio transporte, le sea trasladado a l@s productor@s, o bien que una parte asuma la representación política de la realidad.

Cada parte debe asumir su propia viabilidad y descansar en la otra, sólo en aquello que le complementa. Es decir, los productores deben ofrecer alimentos adecuados en cantidad, calidad y variedad y la red de consumo debe ofrecer un volumen de compra, una regularidad y un precio suficientes. Los apoyos no deben ser unilaterales sino recíprocos. Los desequilibrios no deben ser estructurales sino coyunturales.

Aunque a veces tengamos que aceptarlo, nuestro modelo no es una relación subordinada de una parte respecto a otra, ni tampoco una relación instrumental entre ambas partes. [1]

Los Grupos Autogestionados de Konsumo (GAKs) somos, que sepamos, la primera experiencia de agroecología y consumo autogestionado en Madrid. De hecho, uno de los GAKs, Lavapies, comenzó unos meses antes en solitario, a raíz de la feria de Biocultura de 1996, recibiendo los productos en casa de alguno de sus miembros.

Los GAKs llevamos una década impulsando, en un terreno real, una experiencia de economía solidaria y apoyo mutuo entre familias rurales y urbanas, entre agricultor@s y consumidor@s ecológic@s; apostando por la construcción de unas relaciones que se basen en el diálogo de las necesidades de todas las partes (producción, distribución y consumo, a nuestra pequeña escala) y no en la lógica del mercado. La iniciativa surge de personas vinculadas al movimiento antiglobalización, de personas que están consumiendo productos ecológicos, productos de comercio justo, etc. Las personas que iniciamos esto, y las que luego se han ido sumando, lo hemos hecho desde una motivación por un consumo responsable, no sólo por alimentarnos de una forma saludable, poniendo interés y tiempo en impulsar, de forma colectiva, una realidad económica y social y no algo testimonial. En definitiva construir, desde lo que somos y donde podemos, un espacio colectivo y cooperativo desde el que ejercemos nuestro derecho a la soberanía alimentaria. [2]

La andadura de los GAKs empezó en los primeros meses de 1997 tras una reunión en Amayuelas (Palencia), con agricultores interesados, propiciada por la Plataforma Rural y que contó con el apoyo de algunos/as de nosotros/as. A raíz de ese encuentro, comienza por la parte consumidora con los grupos de Canillejas, Vallekas, Ekkaia, Lavapies, Hortaleza y Frawen, (todos ellos vinculados a algún tipo de asociación o colectivo social), y por la parte productora con una familia que cultiva hortalizas y con el compromiso de otros productores/as de constituirse en red para suministrar otros alimentos (legumbres, harina, pan, carne). En otoño de 1997 y tras una temporada de consumo, los GAKs elaboramos y difundimos un tríptico, con la intención de llegar a más personas en los barrios, ampliar los grupos existentes y crear otros nuevos. También organizamos diversas charlas en los locales de distintos GAKs. Eso hizo posible que se constituyeran en pocos meses un GAK en Estrecho y otro en CAES, que ya estaba apoyando esta iniciativa en el marco de sus actividades antiglobalización. En el verano de 1999 se mantiene por primera vez la actividad en los meses de verano (en 1997 tomamos vacaciones en agosto y en 1998 se quedaron algunos GAKs, disminuidos en tamaño), aunque se reduce el reparto a dos zonas -periferia, que recibe en La Lavandería y centro, que recibe en El Laboratorio I-. A comienzos del otoño y ante la necesidad del agricultor que suministra hortalizas de dejar de repartir a cada local, asumimos la organización y coste de una distribución interna con la furgoneta y el trabajo remunerado de un compañero del GAK de Estrecho que era repartidor.

En enero de 2000, los GAKs se encuentran con la primera crisis del productor de hortalizas. La familia agricultora que nos suministra las verduras renuncia a mantenerse en este proyecto de comercialización directa. Con ello se disuelve progresivamente, la red de agricultores que estaba impulsando en Castilla y León y que suministraban a los GAKs ternera, legumbres y miel y anteriormente pan, dado que el producto más regular era la hortaliza.

La situación obliga a la búsqueda, lo más rápido posible, de una alternativa de productores/as de hortalizas, y a arbitrar un refuerzo del compromiso interno de los grupos con el resto de los productos y productores/as que se recibían con regularidad semanal o quincenal (en ese momento pan, huevos y yogures) en el periodo más duro para mantener la cohesión, el invierno. Los GAKs de Lavapies y Frawen, que se habían unificado en un solo local desde que asumimos la distribución interna en Madrid, se funden en uno. Todos los GAKs mantienen un reparto quincenal de lacteos, pan y huevos y se arbitra un sistema para recoger el pan las otras semanas en dos sedes, evitando los costes de reparto. Esta medida impide que desaparezcan grupos, aunque no neutraliza la caída de miembros.

Se inicia un proceso de negociación con productores/as en la Vera, Extremadura, que consolida una asociación de 3 familias productoras (dos ya ecológicas y una que quiere intentarlo) y que se reparten la producción. La situación hace crisis después del verano por varias razones: diferente cultura entre las familias productoras y escasa experiencia de todas en la producción ecológica para comercialización directa, comienzo tardío de la cosecha (última semana de junio y en seguida el verano) que no permitió un rodaje de pedidos regular, dificultades de coordinación de información entre agricultores que vivían en pueblos distintos. Se hicieron algunos pedidos con posterioridad hasta finalizar la campaña de verano. De todos ellos quedó uno interesado en continuar, pero en búsqueda de socio/a.

Para la campaña siguiente se consiguió una asociación con dos productores, Bea y Silvano, que producen la hortaliza conjuntamente en una finca con agua propia, que tiene un ecosistema idóneo -huerta, olivar, higueras, pastoreo, etc.- para hacer agroecología. De las parcelas de Silvano se recolectan kiwis. En esta nueva asociación acordamos un pedido mínimo por cada GAK, en función del número de familias, y compartir los costes de transporte a Madrid (el 75% lo pagan los GAKs repartido de forma solidaria, en función de su tamaño, y el 25% restante los productores). Aun así, la temporada de invierno obligó a reducir los pedidos a periodo quincenal por ser excesivos los costes de transporte. La siguiente campaña, además de mantener un contacto regular, Bea y Silvano asisten a las reuniones de coordinación que pueden.

Contenidos, formas de organización interna y participación

Casi desde el principio nos preocupamos por expresar, buscando un lenguaje sencillo, lo que pretendíamos que fuese una forma de educar-nos en un consumo agroecológico y responsable. Hicimos un tríptico que divulgamos en 1997.

Definimos los GAKs como grupos de personas (o familias) que se organizan para:

•Comprar de forma diferente, sólo alimentos de temporada.
•Consumir alimentos de calidad, ecológicos
•Pagar un precio justo que valore el trabajo necesario y la forma de producir los alimentos
•Establecer relaciones directas entre agricultores/as y consumidores/as basadas en la confianza y la solidaridad mutua
Elegimos a las personas agricultoras con las que nos relacionamos porque:

•Se preocupan por la forma en que cultivan sus productos para que sean sanos, de calidad y no contaminen el agua y el suelo.
•Quieren mantener las variedades y razas tradicionales y también las plantas y animales silvestres.
•Trabajan directamente la tierra y quieren obtener unos ingresos dignos para seguir viviendo en sus pueblos, con sus familias.
•No quieren que les subvencionen, sino que sus ingresos procedan de la venta de sus productos.
•No especulan con los precios, sino que pactan un precio con los/as consumidores/as durante toda la temporada
•Se asocian con otros/as agricultores/as para facilitar el acceso de sus productos a los GAKs
Consideramos alimentos ecológicos:

•Alimentos cultivados de forma natural, sin pesticidas ni ningún producto químico.
•Alimentos sanos, buenos para las personas y respetuosos con el medio ambiente.
•Alimentos que utilizan el mínimo de embalajes, retornables y reciclables.
•Alimentos que se transportan a las distancias más cortas posibles
•Alimentos que se cultivan sólo durante la temporada en la que tradicionalmente se han producido
En esencia no hemos cambiado estos criterios [3] , pero sí los hemos ido profundizando con la práctica. En ese esfuerzo por poner palabras que expliquen y teoricen nuestra práctica, estos contenidos los criterios con que aplicarlos se han ido desarrollando y haciéndose más precisos con el tiempo, las dificultades y la forma de resolverlas.

Promovemos el diálogo de los problemas antes que el rechazo del producto, y por tanto, del productor/a, aunque ello obliga a socializar la experiencia entre las personas nuevas para evitar la tendencia a fijarse solamente en el producto. Es por eso que insistimos en la solidaridad mutua y no sólo en una dirección para integrar también las dificultades económicas de las personas consumidoras. Hemos impulsado que todos los contactos fueran colectivos, de todos los GAKs (para ahorrar costes y esfuerzos y evitar descoordinación), salvo que dicho contacto fuera previo y no tuviera capacidad para suministrarnos a todos.

A pesar de tener los mismos criterios, hay una tendencia a tener una relación más directa y solidaria con los productores de hortaliza y pan que con el resto, en razón de la cotidianeidad y porque producen de forma preferente (o a veces exclusiva) para los GAKs. Con el resto de los productores, intentamos que compartan nuestros criterios, pero no hay planificación de la producción en base a las necesidades del consumo o de estabilidad en el consumo como garantía de renta, aunque procuremos regularizar el volumen para evitar que se disparen los gastos de transporte [4].

El GAK de CAES después de varios años de funcionamiento y participación en la Red de GAKs, y dos años en el BAH (Bajo el Asfalto está la Huerta), aprovechando la entrada de personas nuevas y a raíz de los debates que se estaban produciendo al interior de la Red de GAKs y el BAH, elaboramos y acordamos unas notas para expresar los diversos planos y condiciones de lo que para nosotros significaba nuestra práctica de agroecología y el consumo responsable.

Notas para el debate sobre agroecologia (23/7/2002)

Los grupos autogestionados de consumo (GAK) llevamos una década fomentando una relación directa entre productores agroecológicos del campo y consumidores responsables de la ciudad. Promovemos unas relaciones de cooperación desde los márgenes del mercado global. La mayor dificultad está en la transformación de una relación social que también es económica. Esta transformación interpela a la conciencia pero también a las actitudes y prioridades para ajustar nuestras palabras a nuestros hechos y para crear las condiciones de reproducción y crecimiento de nuestros proyectos agroecológicos. Algunos principios que hoy expresan la teoría de nuestra práctica son:

La producción agroecológica campesina y el consumo agroecológico autogestionado no son posibles la una sin el otro. Esta relación directa entre productor@s y consumidor@s no es táctica, instrumental y anónima, sino estratégica, sustancial, personalizada y basada en la confianza.

Defendemos el apoyo mutuo entre productor@s y consumidor@s desde: a) el respeto y la autonomía de cada parte; b) la responsabilidad, reciprocidad, igualdad de derechos y centralidad entre ambos. Equidad en el intercambio. Las situaciones de desigualdad deben ser puntuales y no estructurales; c) trasparencia y diálogo como base para la expresión y resolución de los conflictos; d) libertad de funcionamiento, organización interna y coalición con otr@s para producir y distribuir alimentos sanos, en cantidad y variedad suficiente y a unos precios razonables.

La Agroecología y el consumo responsable contemplan diversos planos: a) seguridad y soberanía alimentaria; b) dimensión económica: precios pactados para toda la temporada, suficientes para pequeñ@s productor@s y asequibles para consumidor@s de pocos recursos; c) dimensión ecológica (austeridad, temporada, proximidad, reutilización de envases); d) dimensión social-laboral-tecnológica; e) el máximo protagonismo y participación posibles de l@s integrantes del proyecto en todas sus fases y lugares; f) la máxima información y transparencia y simétricamente, máximo respeto a los acuerdos compartidos; g) tomar partido ante las políticas gubernamentales que defienden o atacan la seguridad y soberanía alimentarias; h) participar, desde la autonomía y el respeto a la pluralidad, en la coordinación con otros colectivos sociales activos en el terreno de la producción y consumo de alimentos en clave agroecológica.

El crecimiento no es sólo en tamaño, sino también en la participación en las tareas, la deliberación sobre los principios, el perfeccionamiento de la distribución, la cantidad, calidad y variedad de los productos, el control colectivo sobre la escala y el tamaño del proyecto. Un proyecto social no puede mantener sus principios más allá de una dimensión en que la economía, las estructuras organizativas y la eficacia se imponen. Tampoco es posible sin el tamaño mínimo que garantice la viabilidad económica, organizativa y participativa en sus distintas fases. Hay que mantener la tensión entre incorporar a sectores sociales más amplios y la defensa de los principios. El estudio colectivo, la implicación y el trabajo de sensibilización social son claves para las tratar las contradicciones mencionadas.

Si es posible, el transporte, sobre todo el interno en la gran ciudad, debe ser una dimensión del proyecto agroecológico a todos los efectos.

La participación en los MMSS. Nuestra actividad se enfrenta a las políticas del capitalismo global y a sus efectos en las formas de alimentación. Sin unir ambas cosas sólo tenemos el interés individual de agruparnos para comer mejor. Viceversa, sin la participación consciente de los proyectos sociales pequeños y reales, los movimientos sociales contra la globalización no podrán dejar de ser marginales o burocráticos.

Desde la voluntad de participar en los movimientos sociales aportando nuestra realidad y beneficiándonos de otras experiencias asociativas, debemos respetar los distintos ritmos, experiencias, identidades y deseos. Impulsar espacios compartidos por todas las experiencias agroecológicas y procurar la conexión con las redes agroecológicas presentes en el movimiento desde el respeto a la pluralidad y la situación de cada colectivo. Fomentar el debate y la formación como garantías del avance de l@s integrantes del proyecto y del crecimiento del mismo.

Puede encontrarse una versión más desarrollada en el artículo que elaboramos en julio de 2004, para el núm 12 de la revista Rescoldos bajo el título “Resistencia agroecológica a la globalización de la agricultura y la alimentación. Los GAKs una experiencia social práctica de soberanía alimentaria” [5]

En cuanto a la organización interna, acordamos desde el principio una coordinación en red, con asamblea de grupos periódica mensual (aunque en alguna ocasión quisimos distanciar las reuniones, finalmente se vio imposible), y repartiendo las tareas necesarias de coordinación. Al interior de cada grupo, nos ha parecido que lo mejor era respetar la autonomía de cada colectivo, siempre y cuando se responda a las tareas que se precisan de forma compartida para todos los GAKs. En los últimos últimos años hemos ido adoptando un reparto de responsabilidades, por productores/as o productos o tareas entre los GAKs. Sin embargo, esto no se impone de forma rígida, sino que se deja a cada GAK que asuma lo que cree estar en condiciones de coordinar y se deja que internamente lo organice como pueda o quiera. De hecho continúa habiendo una tendencia a que los grupos y personas que llevan más tiempo coordinen las cuestiones más delicadas, que exigen mayor dedicación o preocupación por la totalidad, o simplemente que precisan un conocimiento más prolongado en el tiempo de cómo funcionamos. La cultura del respeto la hemos mantenido por encima de la eficacia, aunque no a costa de la eficiencia, posibilitando que la toma de decisiones pasase siempre, de forma previa, por las reuniones de los GAKs antes de llegar a acuerdos conjuntos. De hecho la evolución de la propia experiencia ha sido la que ha ido configurando los debates sobre los contenidos y formas organizativas y participación en la asamblea de GAKs. La primera asamblea monográfica sobre estos asuntos se produjo en enero de 1999, previa discusión en los grupos y elaboración de propuestas. En la propuesta que elaboramos en el GAK de CAES contenía aspectos como coordinación entre grupos, funcionamiento interno de los grupos (criterios, autogestión, reparto de trabajo), relación con los productores y debate teórico y participación en campañas ligadas a la globalización, modelo de alimentación, patentes, transgénicos. [6]

La distribución interna y su transporte en Madrid

Hemos experimentado diversas etapas de distribución en la que diversos grupos se organizan y comparten un transporte interno. Inicialmente como GAKs, formando parte del mismo proyecto y con una sola coordinación. Posteriormente, al ofrecernos a compartir nuestra infraestructura con el BAH, siendo proyectos distintos, pero con un solape común de 5 grupos, tuvo una coordinación compartida y gestionada desde dos asambleas distintas. Esta experiencia acabó en división de la distribución interna de los GAKs al pretender el colectivo de trabajadores del BAH hacerse cargo de la distribución de ambos proyectos. Por último, la distribución compartida por los diversos proyectos miembros de la Coordinadora de Grupos de consumo Agroecológico de Madrid. Estudiamos el modelo de distribución de la Coordinadora tomando como base las experiencias anteriores. Intentamos darle ese trabajo a alguna empresa social de transporte, pero no fue posible porque los volúmenes que manejábamos y el escaso número de grupos, no facilitaba unos costes razonables. Para más detalle del funcionamiento del transporte en la Coordinadora ver el documento “Coordinación, criterios de participación y entrada de nuevos grupos” en el que se da cuenta de las condiciones del transporte y de su papel para permitir el crecimiento de la Coordinadora tanto en volumen de consumo como de nuevos grupos y puntos de reparto. [7]

La distribución en una gran ciudad como Madrid es un asunto complejo pero imprescindible si se pretende potenciar una estructura en red de grupos, ya sea pertenecientes a un mismo proyecto o a diversos pero que son capaces de ponerse de acuerdo para compartir criterios y unos mínimos. Exige plantearse como acometer la distribución interna, a los distintos locales de los grupos, y los criterios para llevar a cabo: a) en el reparto de costes; un único coste por punto; un pago proporcional en función del tamaño del grupo; pago en función de volumen; una cantidad fija y una parte variables; un mínimo de volumen de compra, es decir un mínimo tamaño de grupo. etc.; b) en las condiciones de pago a los transportistas; c) en la responsabilidad en caso de pérdidas, roturas, multas, accidentes; d) en la “seguridad social” en caso de enfermedad y la sustitución.

En el modelo de funcionamiento de los GAKs, la distribución interna ha supuesto siempre la columna vertebral. Por ello hemos elaborado diversos documentos que dieran cuenta los distintos planos. El primero “Contenidos para plantear la distribución” fue elaborado tras un debate previo en la asamblea de la Red de GAKs, recogiendo los aspectos fundamentales. Se hacía después de más de un año de distribución interna y con el intento de favorecer la transmisión al BAH, a quien ibamos a hacer partícipes de nuestra infraestructura y modelo de distribución interna. Los ejes fundamentales en esos momento se centraban en criterios generales de la distribución (como una parte del proyecto a todos los efectos, pero pretendiendo que tuviera su organización autónoma y responsable frente a los grupos y los productores) y anticipándonos a los problemas que podían ocurrir tanto en el reparto cotidiano como en el hecho de dar servicio a dos proyectos distintos, aunque con un solape común. [8]

A la problemática mencionada se une también un intento de favorecer a los grupos más pequeños para que no se hagan excesivos los costes de transporte interno. En el documento “Reparto solidario de costes de transporte entre los GAKs” se explican los criterios y la forma de cálculo. [9] Este gesto complicaba aún más los cálculos de costes, que debían elaborarse de nuevo con cada variación en el número de miembros de los grupos. Esta tarea fue asumida por el GAK de CAES durante varios años. La experiencia nos enseñó que este gesto solidario, puede llegar a ser demasiado paternalista, cuando los miembros de los grupos pequeños dejan de preocuparse por alcanzar un tamaño suficiente para dejar de estar subvencionados por los grupos más grandes. Durante el tiempo en que apoyamos a los grupos pequeños, ninguno de ellos dejó de serlo. Cuando dejamos de hacerlo y nos planteamos que cada grupo debía aspirar a ser autónomo, nos dimos cuenta que los grupos se preocupaban de alcanzar su mínimo necesario y que lejos de suponer una dificultad, servía para promover el desarrollo del grupo más allá de las tareas de compra cotidiana.

Actividad cotidiana, tamaño de los GAKs
Comprar es una actividad cotidiana en la que buscamos el mejor equilibrio entre calidad y precio. Lo mismo pasa con los alimentos. Por eso no es tan fácil apartarse de esta práctica y emplear otros criterios (ecológicos, sociales, solidarios, etc.) que incorporen otras razones que no sean estrictamente económicas. Más difícil resulta, si además pretendemos hacerlo en grupo y no individualmente, donde es necesario el acuerdo por parte de las distintas personas que participan en el grupo. Por ejemplo, hay que comprar las naranjas por cajas de un determinado peso y en un número de cajas suficiente para llenar un palé y así abaratar el transporte. Eso obliga a ajustar el pedido de todas las personas consumidoras del grupo a esos módulos. Pero no todo se reduce a cuestiones cuantitativas. Esta práctica compleja pone a prueba nuestra voluntad de involucrarnos en un consumo responsable que implica no sólo nuestras necesidades como consumidor@s, también las de las personas que cultivan esos alimentos. Quienes llevamos tiempo en esta forma de comprar y consumir, lo resumimos en la frase: “un GAK no es una tienda”.

La actividad de los GAKs, si pretenden alcanzar todas las dimensiones que declaran, exige un enorme esfuerzo organizativo y participativo. En el GAK de CAES, la actividad cotidiana se despliega en: a) dinámica del pedido, b) relación con los proveedores, c) cuentas y caja, d) coordinación, información y fomento de la participación, e) actividades del GAK en los movimientos sociales y f) actividades de comunicación social (boletín, radio, artículos, cursos, etc.). Como no podemos dar un mayor detalle que excedería las dimensiones y objetivos de este libro, remitimos al documento “Actividad cotidiana de GAK. Tareas GAK CAES (20/1/06)” que se encuentra alojado en la web www.nodo50.org/caes

En todo este proceso han desaparecido personas y grupos (primero Frawen, luego Lavapies, Ekkaia, y un fugaz periodo de Cosas de la Luna), pero también han surgido otros nuevos (Campamento inicialmente, después Trasgo, CGT y Prospe). En mayo de 2002 éramos 9 GAKs y en torno a 60 familias en conjunto. La experiencia nos dice que es una realidad móvil que se mantiene en un equilibrio inestable, fundamentalmente gracias a los esfuerzos de expansión, y al debate y búsqueda de soluciones a los problemas que van surgiendo que son de muy diversa índole. De hecho hay una tendencia si no se hace un esfuerzo por contrarrestarlo, a que los GAKs reduzcan el número de sus miembros, y los de más reducido tamaño son los que tienen una amenaza mayor de desaparición. Una dimensión más amplia en cada grupo permite, además de conseguir una proporción de los costes de transporte más razonable, ampliar las actividades y dinámica participativa del propio grupo, aunque ello exige trabajar muy bien la participación y fomentar el crecimiento de cada persona en la toma de responsabilidades y en el desarrollo de nuevas tareas.

La forma de crecimiento ha sido una de nuestras preocupaciones en varias vertientes. Hemos necesitado crecer, o mejor dicho, neutralizar la amenaza de disminución y la marginación, pero nos ha preocupado cómo hacer el trabajo de sensibilización y a qué gentes llegar, para evitar que nos confundan con una tienda, pero permitiendo igualmente, que personas menos sensibilizadas pudieran ir haciendo nuestro proyecto suyo. Hemos cubierto varias etapas. El primer debate se dio muy al principio, en enero de 1999, por la forma de llegar a la gente y el instrumento de divulgación. Ante una avalancha de llamadas por la aparición de una noticia en un medio masivo de comunicación, nos decidimos por el contacto directo y los medios alternativos. El segundo debate se dió sobre qué tipo de gente con la que nutrirnos y fortalecernos. Este es un debate inconcluso que ha tenido evoluciones e incluso adopta criterios diferentes según cada GAK, en el respeto de su autonomía y autogestión.

En la asamblea de evaluación en octubre de 2001, llegamos a la conclusión, tanto los GAKs como los/as agricultores/as de la Vera, que debíamos expandir nuestra experiencia al mismo tiempo que conseguimos fortalecernos. El resultado de lo que somos ahora, muestra que se precisa un enorme gasto de energía en el mantenimiento y dinamización de redes de distribución y consumo responsables y autogestionadas. Su continuidad depende de resolver el circulo contradictorio de problemas que se generan en la práctica. Entre los problemas de no crecer se observan el desgaste de personas y grupos, la reducción de miembros y los límites que tenemos, dada nuestra envergadura actual, para organizarnos, y de ahí surge la dificultad para buscar soluciones a los problemas cotidianos.

La salida se encuentra precisamente en resolver el círculo contradictorio de producción suficiente en cantidad, calidad y diversidad, para que haya un consumo satisfactorio y suficiente que no haga excesivos, ni los esfuerzos ni los costes de transporte. Sin embargo, parece que es preciso simultáneamente, por un lado, hacer un esfuerzo por engordar un poquito los grupos más pequeños y por otro, conseguir una estabilidad en el consumo que nos permita un compromiso más fiable con la Vera y con los otros productores/as. A su vez, esto conecta con la distribución interna (transporte), siempre amenazada porque no podemos garantizar unos ingresos suficientes que posibiliten una continuidad a las personas repartidoras. Sin tales condiciones resulta difícil plantearse tanto cualquier esbozo de crecimiento, como la propia continuidad del mismo después de un cierto tiempo.

Una cosa es crecer hasta ser arrastrados por el tamaño y perder la identidad social y agroecológica, y otra cosa lo lejos que estamos de la dimensión mínima que permita la supervivencia de nuestro propio proyecto y de los productores agroecológicos a los que apoyamos. Esta frontera marca la diferencia entre condiciones de viabilidad, y consumo colectivo de apuesta política testimonal. En parte hemos experimentado esto cuando decidimos impulsar un espacio en Madrid en común con otras iniciativas de consumo agroecológico que tenían voluntad de sumar esfuerzos (Asaltodemata, Cantueso, Redes, Ecosol), y que después, de varios meses de trabajo, acabó siendo la Coordinadora de Grupos de Consumo Agroecológico de Madrid. Nuestra experiencia de una década en la que hemos participado en la fundación de los GAKs, del BAH y de la Coordinadora, nos dice que tanto el esfuerzo de sensibilización como el impulso de la cooperación, facilitan soluciones que de otro modo no serían viables y permite afianzar la continuidad de todos.

Enfrentar todas estas limitaciones exige abordar adecuadamente y desde el diálogo, los aspectos organizativos, de coordinación y el elemento troncal del proyecto, la distribución. Sin él no hay continuidad. Pero su estabilidad depende de multitud de factores entre los cuales están la necesidad de ampliar: 1) la cantidad, calidad y diversidad de productos y, 2) el tamaño de los GAKs e incluso, su número. Esto permitiría: 1) satisfacer las necesidades de las personas consumidoras y compensar los esfuerzos que genera la organización del consumo colectivo y, 2) no sólo minorar los costes que supone el reparto cuando el volumen de producto es escaso e incluso discontinuo, sino mejorar la remuneración de las tareas de reparto, condición que sólo puede cumplirse con una cantidad y diversidad mayor de alimentos, como hemos comprobado en el caso de la distribución de frutas, en cooperación con otras iniciativas agroecológicas de Madrid.

El GAK de CAES cuenta actualmente con una treintena de familias, más un círculo más amplio que se activa desde hace un par de años, cada vez que hacemos una campaña de apoyo a un productor que duplica el número de familias consumidoras. Este segundo cinturón facilita un acercamiento paulatino a nuestra actividad. Las personas que se acercan, pueden conocernos, poco a poco, darse cuenta de la importancia del consumo responsable autogestionado y decidirse a involucrarse más. Hace casi un año iniciamos un proceso de creación de nuevos GAKs. A consecuencia de dicho proceso, vimos la necesidad de hacer un curso-taller destinado a los nuevos miembros y a los proyectos de nuevos grupos que hay en marcha. Tras el taller, nos pareció imprescindible plasmar tanto la teoría como nuestra práctica de Agroecología y Consumo Responsable en este libro.

Fuente: “Agroecología y Consumo Responsable. Teoría y práctica” VVAA. Ed. Kehaceres. Madrid, 2006. Páginas 115-132. Puedes encontrarlo en la Librería Asociativa CAES. C/Atocha, 91 2º 28012-Madrid.

Para ver la totalidad de documentos producidos por el Area de Agroecología y Consumo Responsable del Movimiento contra la Europa del Capital, la Globalización y la Guerra durante la III Presidencia Española de la UE http://www.nodo50.org/caes/todos.php?cat=37

Para ver la campaña actual durante la IV Presidencia http://www.nodo50.org/lagarbancitaecologica/garbancita/index.php?option=com_content&view=category&id=69&Itemid=81

http://www.nodo50.org/lagarbancitaecologica/garbancita/index.php?option=com_content&view=article&id=410:area-de-agroecologia-y-consumo-responsable&catid=69:campana-contra-la-presidencia-espanola-de-la-ue&Itemid=81

Notas:

[1] Fuente: “Notas sobre la producción, distribución, transporte y consumo de los alimentos en los márgenes del mercado global. Los grupos autogestionados de consumo (GAKs) de Madrid (1996-2006)”. síntesis elaborada para presentar nuestra iniciativa en el Curso-taller: “Agroecología y consumo responsable: teoría y práctica”, realizado por los GAKs, los días 7, 8, 14 y 16 de junio en Madrid.

[2] Extraído de “los Grupos autogestionados de Konsumo (GAKs), texto elaborado por GAK de CAES y acordado en la Red de GAKs para su publicación en la Revista Rescoldos núm 6 (primer semestre de 2002). Este fue un monográfico dedicado a agroecología y salud que, en apoyo a la actividad del Area de Educación-Exclusión-Menores, impulsamos para que todos los proyectos de agroecología y consumo responsable que, hasta la fecha se desarrollaban en Madrid coordinados entre sí o en contacto con los Movimientos Sociales, expresaran su propuesta. Era una forma de dar a conocer esta actividad y que personas interesadas en participar en distintos modelos de consumo responsable agroecológico pudieran integrarse en los distintos proyectos.

[3] Corresponden a los que se incluyen en el díptico de 1997.

[4] Reflexiones de “Los grupos autogestionados de Consumo (GAKs)”, Rev. Rescoldos núm 6, Pág. 81 a 87

[5] En formato web puede encontrarse en www.nodo50.org/caes sección Agroecología y Consumo Responsable

[6] Fuente: “Propuesta del GAK de CAES sobre criterios de coordinación. Material para la Asamblea de los GAK de 26 de enero de 1999″. Puede encontrarse en www.nodo50.org/caes

[7] Este documento puede encontrarse en www.nodo50.org/caes

[8] Este documento puede encontrarse en www.nodo50.org/caes

[9] Este documento puede encontrarse en www.nodo50.org/caes


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