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Subordinación o autonomía de las dinámicas campesinas. La crisis de la llamada “Vía Campesina”

20.08.10

Vivir o trabajar en el campo, significa estar en contacto directo con la naturaleza y la madre tierra, por lo tanto hay una mayor proximidad con la raíz comunitaria del ser humano.

En la formación social esclavista, la dependencia de los esclavos, mujeres e hijos al señor patriarca condicionó un modo de vivir encerrado en la normativa del domos, el lar, donde se ejercía la dominica potestas y la vinculación con la naturaleza o la tierra pasaba por la voluntad y el deseo del pater familias. Sin embargo esos esclavos, mujeres e hijos escapaban para retomar su relación directa e inmediata con la tierra rearmando las formas comunitarias del Buen Vivir en lugares de difícil acceso donde compartian el trabajo y el alimento.

En la Edad Media, habían en Europa y otras regiones, como China y Japón, dos modalidades de vida campesina: los siervos de la gleba, que aunque subordinados al señor feudal, contaban con un pedazo de terreno, que seguía en propiedad del feudo, donde extraer su propio alimento a condición de trabajar también la tierra del señor.
La segunda modalidad era la vida comunitaria de los llamados bandidos, como los bandidos de los bosques, de las montañas y los mares, que pululaban en todo el planeta formados mayoritariamente por siervos fugitivos y objetores de conciencia, los primeros escapando de la gleba y los segundo de los ejércitos, que reclutaban campesinos y artesanos a la fuerza para llevarlos a las colonias, donde aprendían a masacrar a sus hermanos campesinos originarios de otras latitudes.

Cuando nace la compraventa de la fuerza de trabajo en los talleres clandestinos de los señores de las villas que ya no podían incorporar más artesanos debido a la reduccionista Ley de Gremios, mandaban a los candidatos a sumarse a las nacientes manufacturas fuera de las villas y lejos de los castillos señoriales, el siervo y campesino en general debía ser libre para venir a ofrecer su fuerza de trabajo a cambio de un salario con el cual solventar gastos y necesidades. Se va perdiendo la relación directa con la tierra de donde se extrae el alimento conversando con las plantas y los animales.

Sin embargo la revolución industrial de la primera mitad de los 1800 no consiguió someter al campesinado, ya que su comportamiento se correspondía con los ritmos de la naturaleza, como el canto del gallo, la posición del sol, el cuidado de la madre tierra y difícilmente aceptaban la disciplina que requería la fábrica. Muchas factorías fueron incendiadas, las huelgas y paralizaciones se sucedían una tras la otra. Las cárceles estaban llenas de estos campesinos transformados en obreros industriales. El naciente movimiento obrero lo hacía bajo la influencia de sus padres y abuelos que provenían de la vida campesina, por lo que había que tomar medidas, y el poder así lo hizo: nace el ministerio de educación y se constituyen las escuelas como espacios encerrados lejos del mundo de la vida para evitar que los hijos asuman la reproducción cultural proveniente de sus padres y abuelos y puedan modelarse sicológicamente bajo el grito del sargento, ya que los primeros profesores fueron militares. La escuela es similar al cuartel y al ponerse el sol se hacía regresar a la muchachada al seno del hogar de las tradiciones campesinas donde comenzaba a circular el veneno inoculado de la domesticación disciplinaria civilizatoria.

Los dirigentes del partido en el capitalismo de estado socialista también hicieron algo parecido. Fue Trosky quien ideó la vía para “proletarizar” al campesinado mediante su incorporación al ejército rojo, cuestión que asumió Stalin, carente de toda propuesta y necesitado de recurrir al programa troskista. Recordamos que los soviets, así como la misma Comuna de París, recogen las tradiciones comunitarias campesinas para establecer sus formas de democracia participativa, directa y asamblearia. En 1905 nacen los primeros consejos campesinos, los soviets, que agrupaban al campesinado, artesanos y algunos obreros para caracterizar sus necesidades y luchar por sus derechos. Muy luego los partidos descubrieron allí la mina de oro para sumar gente organizada a sus filas, dirigirlas y conducirlas en la disputa contra otras ideologías y proyectos que también aspiraban al control del aparato del estado para utilizarlo desde el beneficio de determinado sector hacia algunos otros sectores de población. Con ello se quebró la autonomía de los soviets, que pasaron luego a ser subordinados al soviet supremo con la idea de que el proletariado debía dirigir el proceso de industrialización y de acumulación de capitales desde donde irradiar a todos, hasta que ya no fuera necesaria la dictadura de clase y pudiese extinguirse el estado para el desarrollo pleno de la libertad.

De esa manera para un sector del proletariado y trabajadores en general había la estricta necesidad del partido para administrar el estado en nombre de la clase subordinando a las demás capas sociales como campesinado, artesanos, intelectuales, pueblos originarios, estudiantes, habitantes de los barrios, lumpenproletariado, etc.

La omnipresencia de la industrialización, la tecnología, las grandes redes de electricidad y más adelante la robótica, la cibernética, las comunicaciones inalámbricas, los satélites, se hacía cada vez más poderosa, de manera que no se quería imaginar otras formas de vivir que no fuera aquella donde la subordinación y disciplinamiento de la mano de obra produjera las maravillas que llenarían los bolsillos de la ganancia con la sangre de la población del planeta. Así cuando cae el muro de Berlín, los burócratas de los altos puestos pasaron a ser los grandes empresarios y narcotraficantes que se disputan la “democracia” en los países ex socialistas.

Sin embargo, la mercancía hoy día cuenta -por la misma tecnología- cada vez menos con la presencia del trabajo vivo, acrecentándose la participación en la composición material y orgánica del capital del trabajo muerto o acumulado, también llamado trabajo histórico, lo que ha ido agrandando de formas abismantes las capas de excluidos y marginados en todo el planeta, no viéndose para nada el “beneficio” que traería la dichosa industrialización, que permite vivir cómodamente a un reducido sector de la sociedad, medianamente con grandes sacrificios a otro sector que imita y acoge este modo de vida y en las peores condiciones a la gran mayoría de la población.

Esa disminución del capital variable en la composición del capital lleva a aumentar cada vez más el trabajo muerto, la tecnología y las materias primas, es la hora de la precariedad del trabajo y del ataque desenfrenado contra la naturaleza en la forma de destrucción, envenamiento y aniquilamiento de montañas, bosques, ríos, campos, mares, glaciares, aire, clima, etc. Gigantescas máquinas son arrojadas contra la madre tierra asesinando la vida en todas partes.

Para reducir al campesinado y evitar que retome las tradiciones comunitarias de trabajar juntos y alimentarse juntos, el capital inventa la reforma agraria, una pequeña tierra para tí, otro pequeño pedazo de tierra para ese de allí, etc, subordinando las parcelas al banco, financiamiento estatal, las reglas depredadoras del mercado, el control de las semillas y demás. La otra modalidad es retirar la tierra del mercado concentrándola como en los mejores tiempos de la oligarquía en pocas manos generando fuentes de exportación que atraigan dinero a la burocracia estatal y al empresariado. Las grandes tiendas comienzan a comprar extensas tierras para instalar ahí sus criaderos de chanchos hacinados, elaborar sus propias cecinas llenas de productos químicos y modificaciones biológicas, acabando con el agua y envenenando las tierras adyacentes liquidando cientos y miles de pequeños campesinos de las inmediaciones. Los transgénicos se van apoderando del planeta.

Los partidos de ideología obrera a nivel internacional se agruparon para constituir una organización campesina que responda estratégicamente a los requerimientos de un estado que permita un proceso de acumulación llamado progresista, como Venezuela, Bolivia o Ecuador, donde los gobernantes se encuentran atacando a la naturaleza y subordinando las capas del campesinado y de los pueblos originarios a ese camino para poder exportar petróleo y otras materias primas para mantener el estado, lo que ha concitado la rebeldía de extensos sectores de los pueblos originarios que se habían aliado a estos gobernantes.

Nació entonces la llamada Vía Campesina con la participación de dos grandes organizaciones campesinas de izquierda de Asia, la Unión de la India, dirigida por el Partido Comunista pro soviético, y la potente organización Filipina, dirigida por el Partido Comunista de la otra línea, la maoísta, de acumulación de fuerzas por parte del partido obrero en el campesinado para dirigir toda esa fuerza social hacia las ciudades y asaltar el poder estatal.

Las otras organizaciones son la Poderosa agrupación de pequeños campesinos franceses, dirigida por el famoso Bové, o nombre similar, aliado del Partido Comunista Frances, en especial de su fracción pequeño-burguesa de Le Monde Diplomatique.
Desde América Latina el fundador fue el MST, Movimiento de trabajadores Rurales Sin Tierra, de Brasil, brazo campesino del PT, Partido de los Trabajadores, que paralizó la lucha por la tierra esperando una reforma agraria que nunca realizó Lula en sus dos gobiernos, o sea, subordinando el movimiento campesino a las necesidades políticas de su partido.

Los campamentos del MST son escuelas de formación marxista-leninista al más puro estilo del antiguo partido Bolchevique y sólo se mueven o realizan alguna actividad si lo decide la dirección nacional compuesta por miembros también de otros partidos, conservando el PT el 90% de la dirigencia, en lo que llaman “política de alianzas”.

El MST visitó Lacandona e invitó a los zapatistas de los municipios autónomos y del EZLN a unirse a la Vía Campesina, pero no aceptaron por los motivos anteriores. Son muy pocas las organizaciones o comunidades indígenas del continente que han aceptado sumarse a la Vía Campesina y a Cloc, especialmente aquellas dirigidas por militantes o ex militantes de partidos de izquierda, como Hugo Blanco en Perú, viejo dirigente troskista o el “Perro” Santillán en Argentina, viejo dirigente del PC maoísta de ese país.

En las luchas antiglobalización de la década de los 90, la Vía Campesina jugó un fuerte papel, participando en las grandes movilizaciones de Praga, Gotemburgo, Seattle, etc. Sin embargo optó por separarse de las construcciones y experiencias autónomas y territoriales para priorizar por el Foro de Porto Alegre, siendo uno de los principales organizadores. En ese Foro se levanta la alternativa de abandonar la lucha autónoma y dedicarse nuevamente a disputar los gobiernos, aprovechando la fuerza social acumulada por la lucha antiglobalización. En ese primer Foro el 55% de los participantes fueron miembros del PT y MST de Brasil y de la CTA y peronismo argentino. Luego de ello se producen las victorias electorales de Lula y Kirchner desmovilizándose el MST y la lucha por la reforma agraria en Brasil y las asambleas vecinales que venían expandiéndose en Argentina, para subordinarlas a los planes kirchneristas.

No es casualidad que haya sido la Vía Campesina, dirigida por partidos de izquierda y la Cloc, las que hayan estado entre los principales cabezas de ese Foro, ni que el 60% del financiamiento haya sido colocado por la Fundación Ford.

En un comienzo la Vía Campesina había rechazado la presencia de las ONGs, debido a la dinámica autónoma que imponía la lucha antiglobalización, sin embargo, en torno al Foro de Porto Alegre se establecen vínculos con diferentes ONGs que comienzan a trabajar estrechamente con la Cloc y demás organizaciones a nivel mundial de la Vía Campesina.

Para el Foro Mundial en Caracas, el MST visitó Venezuela cuatro meses antes y se instaló con varios cuadros junto al Frente Campesino Ezequiel Zamora, pujante movimiento de base que apoyaba a Chávez, pero tenía programas y dinámicas propias en regiones y localidades, lo que le caracterizaba como un movimiento autónomo, bastante respetado por diferentes actores nacionales y continentales. Sin embargo, después de la estadía del MST allí y del Foro de Caracas, por extraña y sorprendente coincidencia, el Frente Zamora deja de ser autónomo y solicita su ingreso al partido único del gobierno de Chávez.

Hay un análisis muy importante sobre el MST y su vinculación conciliadora con Lula en los dos capítulos llamados Análisis del Comunicado del MST I y II en la dirección web http://www.colectivonph.com.ar/destacadosemanal/230407.htm

En el caso de Argentina, había un gran frente de piqueteros y movimientos de trabajadores desocupados en que algunos de ellos, en especial los Mtds de Lanús y Almirante Brown, van a recibir instrucción a los campamentos de los sin tierra brasileños invitados por el MST, y cuando vuelven quiebran el movimiento y se separan dando nacimiento a otro frente que se unifica con otros sectores para constituir el Frente Darío Santillán, dejando una gran cantidad de organizaciones autónomas y barriales detrás que optaron por continuar trabajos independientes de construcción local.

En el caso chileno, el principal interlocutor de la Cloc es la organización Ranquil, conocida mundialmente como brazo del Partido Comunista chileno.

Es muy importante constatar que la victoria de Lula en Brasil se da en brazos de una creciente movilización social campesina y urbana, donde el MST se introduce en las ciudades creando el MTST, movimiento de trabajadores sin techo, en alianza con sectores partidarios y de la corriente continental libertaria ligada a la red de la OSL, que en Chile tiene su brazo en el FEL. Esos libertarios se dicen autónomos sin serlo ya que operan con criterios partidarios, al menos en Brasil, Uruguay, Argentina y Chile y ayudaron a dar una imagen autónoma al MST por ejemplo en las universidades, donde fueron ganados muchos centros estudiantiles por esa alianza PT, MST, OSL (que allí se llamaba RP, Resistencia Popular).

Había una dinámica de ocupaciones urbanas de donde salían enormes contingentes a ocupar tierras rurales, se ocupaban edificios céntricos abandonados y también se avanzaba en otros frentes sociales, sin embargo luego de arribar Lula al gobierno, todo ello se paraliza para dar “oportunidad” al compañero presidente, quien aprovechó para desmovilizar y dividir aún más las fuerzas sociales acumuladas y en coordinación. Bastó que el MST dijera que no era hora de luchar, para comenzar a perder decenas de centros estudiantiles y desmantelar otros tantos campamentos urbanos.

Nosotros los autónomos agrupados en redes horizontales, como la Red de Economía Popular y Ecología social y otras, hemos preferido observar la experiencia zapatista, la de los pueblos originarios, asambleas vecinales autónomas, experiencias de redes de economía de reciprocidad y energía alternativa, y comunidades campesinas más independientes, en especial en la nueva coyuntura en que los gobiernos progresistas se dedican con más fuerza que los conservadores a destruir la naturaleza, para lo cual puede verse el notable artículo de Immanuel Wallerstein publicado esta semana en esta misma página web de Clajadep.

Las organizaciones de la Cloc y la Vía Campesina se han puesto al lado de los gobiernos criticados por Wallerstein y, por el contrario, muchos sectores ecologistas, del campo y de periferias de ciudades se encuentran en la misma línea con las comunidades originarias enfrentando la agresión empresarial contra la madre tierra.

En el caso chileno poco a poco se abre conciencia la necesidad de la independencia de las organizaciones sociales respecto de los partidos y los aparatos institucionales que procuran domesticar las dinámicas de los de abajo, tal es el caso de la Alianza Territorial Mapuche, que se está erigiendo en un polo aglutinador y de intercambio con otras experiencias para avanzar en el desarrollo de alternativas de fortalecimiento de las luchas sociales desde ellas mismas, simultáneamente con la construcción de una nueva economía asentada en las localidades con capacidad de intercambiar horizontalmente con otras.

Así es posible continuar analizando y profundizando la realidad de las organizaciones de la Cloc y Vía Campesina en los más variados países, pero para finalizar este breve análisis baste decir que la presencia de las organizaciones cubanas, venezolanas, bolivianas y nicaragüenses, están dando la tónica junto al MST brasileño de un tipo de organización y dinámica campesina que más que descubrir y construir un modo de vida, comunidades, autonomía y autosustentabilidad económica, orientan y condicionan los esfuerzos al reforzamiento de los aparatos estatales que critica por ejemplo Wallerstein, que hemos traído sólo como un artículo de actualidad, ya que no tiene más de tres días publicado.

Para finalizar pensamos que hace falta desarrollar una alianza horizontal desde las periferias de las ciudades organizadas hacia y desde las organizaciones del campo y originarias, donde puedan circular productos y apoyo mutuo, también hacia y desde los pescadores artesanales, como estamos haciendo en Valparaíso y ya empezamos en algunas comunas de Santiago, hacia los sectores populares que luchan por la vivienda, estudiantes autónomos y sindicalistas no ligados al aparato burocrático de la CUT, de preferencia donde predomine más la necesidad de la gente que los cánones ideológicos. En Santiago se han realizado varias reuniones y conversaciones al respecto.


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