Autor: “Emilio Terán Mantovani”

¿A qué nos enfrentamos? Ya nada será igual: Venezuela y la crisis de la civilización petrolera

Consumadas ya las elecciones presidenciales, es necesario nuevamente subrayarlo: independientemente de cuánto tiempo dure Nicolás Maduro como primer mandatario; independientemente de si las élites que gobiernen en los próximos meses o años, sean militares, empresarios, derechas, izquierdas, populistas, tecnócratas, socialistas, neoliberales, blancos, azules o rojos; finalmente todos tienen y tendrán que enfrentar al desmoronamiento de los viejos pilares de una economía, una sociedad, una nación que fueron construidas en torno a un petróleo altamente rentable, fluido, abundante y estable. Eso está llegando a su fin.
Y si sirve la metáfora del Titanic para pensar nuestro rumbo actual, entonces agreguemos que en nuestro caso el barco no navega en aguas tranquilas (como aquel), sino que está siendo sacudido por la tormenta de la crisis energética global. Todo es parte del mismo proceso mundial. Si usted está buscando una de las más claras expresiones de la crisis de la civilización petrolera, pues ponga sus ojos en Venezuela.


Venezuela: La ecología política del ‘Petro’: alta intensidad energética y financiarización de la naturaleza

El pasado 20 de febrero, el Presidente Nicolás Maduro activó el proceso para la preventa de la criptomoneda venezolana ‘Petro’, la cual es considerada un ‘criptoactivo soberano’ respaldado por 5.342 millones de barriles de petróleo provenientes del campo I del bloque Ayacucho de la Faja Petrolífera del Orinoco. El Petro cumpliría una función de posibilitar una fuente alternativa de financiamiento para el Gobierno nacional, que no estaría directamente atada a los grandes centros financieros globales, dado que adopta la tecnología de cadena de bloques (blockchain), abierta a la participación directa de los ciudadanos. También ha sido anunciado el próximo lanzamiento del ‘Petro-oro’, respaldado en este importante mineral metálico.


El fantasma de la Gran Venezuela: un estudio del mito del desarrollo y los dilemas del petro-estado en la Revolución Bolivariana

Si desde la cosmovisión maya y la cultura campesina de México y Guatemala se desprende el «somos gente de maíz», mostrando el vínculo identitario, geográfico y cultural de buena parte de las poblaciones centroamericanas con esta planta sagrada, nos preguntamos:
¿será que los venezolanos «somos gente de petróleo»?
Lo cierto es que, hasta nuestros días, nuestro imaginario nacional está determinado por mitos, narrativas e imágenes profundamente atravesados y significados por el petróleo y el “progreso”, elementos fundamentales en la construcción social del valor en nuestro país.