Autor: “Hermann Bellinghausen ”

Santa Greta y el día después

El problema no es si Greta es Juana de Arco (que sí lo es), ni si nos gusta o no. Existen alternativas de conciencia, luchas y resistencias de mayor profundidad y elocuencia, pero en vez de voltear a ellas y actuar, nos chupamos el dedo de golosina en golosina, de indignación en indignación. Nos está llevando la que nos trajo y seguimos perdiendo el tiempo.


Absoluto Toledo

Así de inolvidable como conocer el mar, un gran amor o ese momento preciso que divide el mundo en un antes y un después del viaje sicotrópico que abre las puertas de la percepción definitivamente, guardo en la memoria la primera vez que vi un Toledo, hace más de 50 años.
No nos bastará el siglo para admirar todo lo que nos dio a ver Francisco Toledo.


Mujeres: su guerra es la paz

Resulta increíble la escasez cultural de alegatos femeninos, no digamos épicos (género que no va con la feminidad) sobre la fuerza violenta. En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, dos pensadoras judías, sin pretenderse feministas, ofrecieron sendas lecturas de la Ilíada que de hecho revolucionaban siglos de interpretaciones, exégesis y disecciones canónicas del canto homérico. El gran poema de guerra, destino y destrucción se enfrentaba al fin con la inteligencia de las mujeres.
Simone Weil en el umbral de la agresión fascista, y Rachel Bespaloff al fragor de ella, asediaron la Ilíada con armas nuevas.


Patíbulo para los valientes

La generación Wikileaks inaugura una nueva era para las libertades civiles y el derecho a la información. Un siglo separa los complicados heroísmos de Julian Assange, Chelsea Manning y Edward Snowden de las hazañas precursoras de la moderna defensa de los derechos humanos por Roger Casement y Edmund Dene Morel.


Los que sobran

El discurso ( la narrativa, según esa horrenda expresión colonizada hoy en boga) del gobierno con relación a los pobres puede haber cambiado, pero en los hechos se sigue tratando a comunidades y grupos humanos como estorbos para el progreso, gráficamente representado otra vez por el tren en un país que renunció a sus trenes hace un cuarto de siglo y ahora los pretende restaurar dentro de la imparable ola depredadora que el capitalismo no puede ni quiere detener.


Hipnotizados por los muros

Los muros tienen algo: no podemos dejar de mirarlos. Entre más cerca está uno de paredes y muros, resulta más difícil ignorarlos, y a fuerza de la constancia aprendemos a descifrarlos. El muro extremo es el de encierro. Sea frontera hirsuta (todas lo son), cárcel o campo de concentración o esclavitud, consiste en un obstáculo torturador de feo aspecto. Hipnótico, obsesionante.


Los nuevos campos de concentración, un regreso al futuro

El escenario de campos de refugio, contención, castigo, y como quiera de encierro no debe sernos indiferente. Lo estamos viendo en Tapachula y Ciudad Hidalgo para frenar la marea, mientras en el norte del país el pronóstico es reservados ante la inminente deportación desde Estados Unidos de miles de migrantes centroamericanos y de otros orígenes, muchos de los cuales “esperarán” en México la solución a su demanda de asilo o regularización migratoria en Estados Unidos. No retornarán a sus países y por un tiempo indeterminado residirán aquí. También están llegando los expulsados definitivamente, incluso con antecedentes criminales. Y se aglomeran en el bórder los que no han logrado cruzar, o desistieron de hacerlo y se están hallando, o quedaron atrapados, en Tijuana o Juárez.


Nuevo frenesí concentracionario

Asistimos a una legitimación de los campos de concentración. Aunque estos días se lleven todo el crédito Donald Trump y sus bonos electorales, sería injusto ignorar las aportaciones de la Europa meridional para modernizar y hacer funcionales campos de concentración que por supuesto reciben otros nombres y son apoyados por el electorado blanco.
aquí no hay cámaras de gas, el confinamiento es en principio temporal y punitivo, y los hornos corren por cortesía del desierto en Texas y Arizona. La versión actual de campo de concentración empata con los centros de confinamiento para ilegales. La demanda de estas instalaciones constituye un negociazo, administrado por corporaciones privadas. Vieran lo bien que cotizan en Wall Street los campos de concentración.


Se amontonan por miles los migrantes de centroam?rica en el sur de M?xico

Un r?o de gente. Parece f?cil decirlo. Continuo, con crecidas inesperadas y una corriente sostenida. Son centenares en todas partes, y miles en ciertos puntos


M?xico: ?Qui?n obedece a qui?n?

Lo volvi? a hacer. Al celebrar sus primeros 100 d?as, el Presidente omiti? cualquier compromiso serio con los pueblos originarios, como no sea destacarlos dentro del casillero primero los pobres y en el cap?tulo apoyos sociales. Nada sobre las verdaderas demandas de autogobierno, gesti?n territorial y contenci?n de megaproyectos y agroindustrias de Xochimilco a Chiapas, de Yucat?n a Durango, de las monta?as cafetaleras de Veracruz al Istmo de Tehuantepec.


M?xico. Los desplazados: otra vez los Altos de Chiapas

Los mega-proyectos extractivistas y las nuevas condiciones “progresistas” del capitalismo en M?xico est?n acentuando el despojo y los desplazamientos internos.


M?xico: A pesar del gobierno “progresista”, pueblos y comunidades siguen prefiriendo cambiar los municipios por los autogobiernos

Al lado de Ciudad de M?xico, capital del pa?s, en Xochimilco, el pueblo de San Luis Tlaxialtemalco se constituy? como la primera comunidad local con autogobierno. Y vienen m?s.


M?xico: muerte por gasolina

Las redes, ese tribunal nuestro de cada d?a, han echado le?a al triste fuego de los hermanos mexicanos muertos y quemados en una fuente surtidora de gasolina ilegal en el llano de Tlahuelilpan el 18 de enero. Ese es el clima: la necesidad que alienta ese ?esp?ritu de nuestro tiempo? de culpar a alguien urgentemente. Criminalizar a los muertos del pobrer?o es el expediente m?s barato y c?modo.
Tlahuelilpan todos los d?as. ?Qu? retrata esta indisciplina social sin contenido pol?tico, instintiva, gregaria, relajienta y reivindicadora? Un pa?s en la l?nea de sobrevivencia que ya no cree en nada, en la tierra de la gran pobreza. En otro planeta viven esas 29 familias mexicanas due?as de casi todo, en la misma calle de sus socios y empleados, entre quienes est?n los gobernantes que permitieron saqueos de todo tipo en los pasados 25 a?os. Y la gasolina es una de nuestras drogas favoritas. El gran negocio fue privatizarla: all? comienza la cadena de transmisi?n del huachicoleo.


Desenmascarando las mentiras del flamante presidente mexicano L?pez Obrador: Juez admite amparo contra ley que crea el burocr?tico Instituto Nacional de Pueblos Ind?genas

El pueblo originario de El Contadero, en la alcald?a de Cuajimalpa, exige una ley constitucional que reglamente los derechos ind?genas. El pasado d?a 18, una juez admiti? un amparo que tramit? la comunidad contra el decreto por el que se abroga la Ley de la Comisi?n Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Ind?genas y se crea la Ley del Instituto Nacional de Pueblos Ind?genas (INPI, Diario Oficial de la Federaci?n, 4/12/18).
El Contadero sostiene que ninguno de sus miembros fue convocado por el Congreso de la Uni?n ni otras instancias del Estado para participar en una consulta previa, libre e informada en t?rminos del Convenio 169 de la Organizaci?n Internacional del Trabajo (OIT) para dar el consentimiento a la Ley del INPI.


Las victorias del EZLN

El torpedo zapatista pegó en la línea de flotación del gobierno mexicano, que en minutos perdió el aura de invencible y tuvo que apechugar con la revuelta.


Río que suena

La poesía moderna está de guardia, en las barricadas, y se propaga sin cesar.


Con tu permisito Madre

El director jurídico del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Alejandro Varela, lo caracterizó no sé sin con cinismo o candor como “el ritual de los Pueblos Originarios a la Madre Tierra para Anuencia del Tren Maya” al arranque de la construcción del ferrocarril peninsular. “Un evento con contenido de respeto a la zona”, con la “compañía” de pueblos originarios y la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, “para generar una pequeña ceremonia de anuencia y pedir permiso a la tierra para poder ejecutar el Tren Maya”.


El sueño que acabó con Lennon

Decidió instalarse en Manhattan y desde allí apoyar a los irlandeses del norte contra los ingleses, y a los Panteras Negras y otros grupos radicales y antimilitaristas en Estados Unidos. Su música, así cantadita como parece, era peligrosa. Creó himnos rebeldes a pasto: Power to the People, Woman is the Nigger of the World, Happy Xtmas (War is Over), Instant Karma, Imagine, Give Peace a Chance. Se le consideraba un peligro para Estados Unidos, como recapitula el impactante documental The USA vs. John Lennon (David Leaf, 2006).


México: pueblos originarios y recambio presidencial

El caudal de mentiras, de legislaciones contrarias al interés de los mexicanos, de discrecionalidades y francos delitos que deja el gobierno saliente (en la salida sexenal más prolongada y patética que se recuerde, una auténtica agonía) llevó a los pueblos originarios a disentir de muchas leyes nuevas, a desconfiar de la justicia institucional, a resistir los intentos de despojo territorial, daño ambiental, control educativo y manipulación mediante programas sociales siempre chirles comparados con los montos del negocio político, bancario, minero, inmobiliario, de obra pública, propaganda inútil pero costosa y desnacionalización productiva deliberada, lo mismo del maíz que del petróleo.
En un contexto de violencia desatada y el reino criminal de pandillas poderosas que desafían y corrompen al Estado, resulta evidente para la población la responsabilidad criminal de las fuerzas públicas en matanzas y desapariciones en masa como los 43 de Ayotzinapa, las ejecuciones en Tlatlaya y operativos como el de Nochixtlán, hasta los millares de infantes, mujeres jóvenes, migrantes y toda clase de ciudadanos que de pronto ya no están. Con harta frecuencia la mano policiaca salta a la vista, o de plano la de soldados y marinos. Hemos vivido traicionados por los gobiernos del cambio y el recambio.


La hermandad migrante

Y sin embargo se mueven.