Autor: “Jesús Aller”

Néstor Majnó, el hombre y el mito

La guerra civil que se desarrolló en Rusia entre 1917 y 1922 supuso un cataclismo de proporciones difíciles de imaginar. Estamos hablando de un conflicto en el que la ejecución de prisioneros era casi la norma, y en el que a los millones de muertos en las campañas militares hay que sumar muchos millones más en una secuela apocalíptica de represiones, hambrunas y epidemias. Bertrand Russell, que estuvo allí unas semanas en la primavera de 1920 y trató de entender lo que ocurría, nos dejó alguna de las reflexiones más lúcidas al respecto. Según él, la dinámica de la lucha de clases permitía vaticinar el desastre con toda claridad, y el gran error de los bolcheviques fue empecinarse, a pesar de ello, en su deriva autoritaria, prisioneros del convencimiento de que más allá de todas las calamidades que pudieran sobrevenir el problema se reducía a mantener en sus manos las riendas del poder.


Los soviets libres de Ucrania en la historiografía soviética

La victoria de los bolcheviques en la que se denominó “Pequeña guerra civil” generó intentos de idear una explicación para el hecho misterioso de que una revuelta en una zona relativamente pequeña hubiera sido capaz de traer en jaque al Ejército rojo durante tanto tiempo.


Documentos de la Revolución Majnovista. Los últimos combates (1920 y 1921)

A finales de septiembre de 1919, con su triunfo en Peregónovka los majnovistas consiguieron sembrar el terror en la retaguardia del Ejército voluntario de Antón Denikin y marcar un cambio de tendencia en la guerra civil rusa. A partir de ese momento y hasta finales de ese año, contemplamos su proyecto revolucionario en su máximo desarrollo, extendido por una amplia zona de Ucrania oriental. Sin embargo, como vamos a ver, el impulso constructivo va a encontrarse otra vez en esta ocasión con graves dificultades, porque este territorio es ambicionado tanto por los blancos, que instalados en Crimea no tardarán en recuperarse, como por los rojos. Fieles a su modelo autogestionario de funcionamiento, los revolucionarios celebran varios congresos en los últimos meses de 1919.


El arte de construir la vida: “Poema pedagógico”, la obra inmortal de Antón Makarenko

La apuesta por una educación empírica y humanista, que entrelaza pupitre y trabajo y hace a los jóvenes asumir su destino de forma autogestionada y con énfasis en el compañerismo, la emulación y el fortalecimiento del espíritu de comunidad.
Para Makarenko su responsabilidad era la formación del hombre nuevo en un estado que poco a poco absorbió las energías sociales pariendo una burocracia autoritaria. No es de extrañar que el autor tuviese serias diferencias con Stalin y el estalinismo.