Autor: “Marina Garcés”

El pensamiento como herramienta del deseo

Redescubrir el concepto de mundo común es darnos la posibilidad de pensar más allá de nosotros. Occidente ha pensado el más allá de manera jerárquica y vertical: hacia el cielo, hacia lo divino, hacia lo espiritual, hacia la eternidad. Pero hay otro más allá que es el del continuo de los seres humanos y no-humanos, naturales y artificiales, de los que formamos parte responsable pero no única. La preguntar por un mundo común es una invitación a pensar este más allá terrenal y embarrado, concreto e inacabado, desde la alianza y la copertenencia con seres y realidades que no serán nunca nuestros.


Por desgracia lo peor de la normalidad no se ha detenido

Docente en la Universidad Abierta de Cataluña, ensayista y filósofa, Marina Garcés (Barcelona, 1973), autora de “Un mundo común” y más recientemente de “Escuela de aprendices” (2020), reflexiona sobre la normalidad


Yo me rebelo, nosotros existimos

Fragmento del libro Un mundo común


Un mundo común II

Pensar fuera del paradigma emancipatorio y sus dualidades: mismo/otro, actividad/pasividad, alienación/reconciliación, captura/liberación. Desde este doble desplazamiento, esta vida ya no queda proyectada hacia la irreductibilidad de lo nuevo o de la pura otredad, sino entregada a la necesidad de lo que le concierne. Esta necesidad, que emerge de haber hecho suyo lo que no es nada, ya no es la necesidad de una ley que se impone: es la necesidad de lo que hay cuando es aprehendido como dimensión común, como riqueza inapropiable. Esta vida, que no es mía, es la mía: es la declaración de una conquista que hunde la ley de la propiedad y, con ella, un falso anhelo de libertad diseñado a su medida. La vida no se libera a sí misma. Sólo puede vivirse liberando la riqueza del mundo.


Un mundo común

La perspectiva de un mundo común como base de la verdad permite salir de la pregunta «¿qué nos une?» y de sus incansables aporías, para aventurarnos en su formulación contraria «¿qué nos separa?» y reelaborar, desde ahí, los desafíos que la herencia revolucionaria de esa misma política moderna occidental ha dejado abiertos


Un retrato personal del yo y del “nosotros”

“El consenso es la censura cuando todo puede decir”. Ésa fue la primera frase que me atreví a proponer en una pancarta, la primera vez que abrí la boca en una asamblea. Era en una reunión de diversos colectivos para organizar una acción reivindicativa en la Plaza Catalunya. Cuando hablé, me temblaba la voz y se hizo un silencio terrible. En un primer momento, nadie entendió la frase. Me quería morir.


Ciudad Princesa

Detalles, sensaciones y sentires de y desde Barcelona entrecruzados con experiencias de abajo de otras ciudades europeas.
Una buena presentación del libro. Rogamos que alguien pueda hacernos llegar el link para copiar y publicar aquí el libro completo. Muchos lo agradecerán.