Autor: “Ra?l Zibechi”

Desmontar el mandato de masculinidad

La persistencia y la permanencia permiten no s?lo cambios en las relaciones, sino comprender a las y los otros, sus dolores y frustraciones, esas rabias y heridas que el patriarcado y el machismo han cincelado en el alma y en el cuerpo de las mujeres, pero tambi?n de los varones.


D?nde perdimos la br?jula

El centro del conflicto del progresismo es contra los pueblos y no contra el capital y las derechas, como pretenden los intelectuales progres.


Construir lo propio, nuestra salud, nuestra educaci?n, nuestro propio mundo

No son los partidos electorales los que nos pueden sacar del extractivismo, sino los movimientos de base.
Los que no tiene empleo ni acceso a ning?n servicio digno, pedir derechos no tiene sentido. Est? bien que los pidan, pero si adem?s construyen lo propio, ?su? salud, ?su? educaci?n, o sea su propio mundo.
La clave de la resistencia de los pueblos originarios es que no dejaron sus comunidades, que las siguen construyendo y sosteniendo. Veo que los pueblos negros est?n transitando un camino similar, re-construyendo quilombos, que son la clave de la acci?n popular no estatista.


La guerra EU-China y los movimientos de abajo

Estamos ante una guerra por la supremac?a geopol?tica global, una guerra tecnol?gica y militar que asume (por ahora) la forma de conflicto comercial. La hip?tesis que manejamos es que la guerra se va a profundizar hasta bordear el peligroso abismo de conflicto nuclear, y que ser? la marca del siglo XXI, ya que se extender? en el tiempo hasta que alguno de los rivales (probablemente China) se alce con la victoria.


Per?: Desmembramiento de las comunidades por la desarticulaci?n del tejido comunitario que provocan los emprendimientos mineros

En el conflicto minero en torno a Las Bambas, sobresalen dos cuestiones. Por un lado, 500 comuneros tienen procesos abiertos por haber participado en protestas contra la empresa minera. Tres campesinos purgar?n m?s tiempo de prisi?n por cortar la ruta que el ex presidente por robarse millones. El mes pasado, los abogados asesores de la comunidad fueron sentenciados a tres a?os de prisi?n preventiva tras ser acusados mediante la figura legal de ?organizaci?n criminal? que ?extorsionaba a la empresa minera?. Pero la represi?n es apenas una cara del conflicto. Las consecuencias m?s profundas de la presencia minera pueden resumirse en el desmembramiento de las comunidades por la desarticulaci?n del tejido comunitario que provocan los emprendimientos.


China a Estados Unidos en la guerra por la supremac?a tecnol?gica. “No tenemos miedo y vamos a luchar si es necesario”

China no pierde el rumbo, sabe que la guerra comercial no es tal sino una guerra por la supremac?a tecnol?gica.
El mensaje fue lanzado al aire por Televisi?n Central de China (CCTV) mediante un editorial titulado: “China ha hecho la preparaci?n integral”. En ?l se anuncia la posici?n de Pek?n en la guerra comercial lanzada por EEUU, durante la emisi?n del programa diario de noticias. El medio oficialista asegura que “no queremos esta lucha, pero no tenemos miedo y vamos a luchar si es necesario”.


Urbanismo: todo el sistema neoliberal se basa en una publicidad falsa

Si no logramos frenar este modelo nos arrinconar?n en las periferias de las ciudades en p?simas condiciones.


Militares, polic?as y democracia

El problema de los cuerpos armados, su persistencia en el papel represivo contra los pueblos y poblaciones, nos est? hablando de los l?mites que tiene administrar el Estado.
Zibechi lamenta que el tema no sea debatido en la izquierda. Nosotros no entendemos que tiene que ver la izquierda en esto. Zibechi habla mucho de autonom?a, pero no dice que los problemas hoy deben ser tratados por el protagonismo social y no por estrategas de la moribunda izquierda.


La imposible gobernabilidad de las derechas y la falta de voluntad de las izquierdas

ninguna fuerza tiene la capacidad para estabilizar la situaci?n. Para hacerlo, la derecha deber?a derrotar al campo popular, lo que no est? en condiciones de hacer. La izquierda puede gobernar si logra mover el modelo extractivo, romper con las agencias globales que lo sostienen y las ?lites locales que lo avalan. No tiene la voluntad de ?nimo para iniciar un ciclo de luchas que deber?a ser tan potente, que no s?lo barrer?a el extractivismo sino que podr?a expulsarla del escenario.
Nosotros decimos que la falta de voluntad de las izquierdas es porque viven disputando los cargos del poder, de all? su imposibilidad de iniciar un nuevo ciclo de luchas, que tendr? que provenir del protagonismo social como fue en el, caracazo, en la derribada de gobierno en Ecuador y Bolivia, en fin, situaciones donde la izquierda aprovech? el ?mpetu social para adentrarse en los mecanismos del poder. Pensamos que Zibechi invierte demasiado tiempo en analizar a la izquierda y deber?a seguir y profundizar sus estudios y difusi?n de las formas de autoorganizaci?n aut?noma en diversos pa?ses.


La pulseada de indios y afros con la derecha colombiana

Extra?o concepto que no parece de Zibechi, sino de la fuerte ofensiva de las izquierdas por insistir en mantener la idea de que las luchas sociales son de izquierda contra derecha. Las comunidades no tienen su contraparte en la derecha, sino en el estado y las empresas, que pueden tener un gobierno de derecha o uno de izquierda.
Este t?tulo produce la impresi?n de que hay elecciones y que no hay autonom?a en las comunidades, que estar?an obligadas a escoger en el eterno maniqueisno de los que disputan el poder.


El agua: un problema grave para la autonom?a de los de abajo.

Corresponde a los movimientos antisist?micos garantizar el derecho al agua, ante la colusi?n entre estados y empresas monop?licas para hacer del agua un gran negocio.


El moderno pan?ptico: control social, designio del siglo XXI

Cuando el control social que ejercen los estados y las empresas se convierte en una malla tan fina que atrapa y sujeta todas las manifestaciones de la vida cotidiana, ?es importante qui?n gobierna? El concepto de gobierno (instituciones estatales, nacionales, federales o municipales) es absolutamente insuficiente para comprender lo que est? sucediendo en el d?a a d?a de nuestras sociedades.


La derecha gana porque la izquierda abandon? el campo de batalla

El periodista y escritor uruguayo analiza el avance de la derecha en Am?rica Latina y afirma que la organizaci?n ?desde abajo? es la apuesta de resistencia.


Estados mafiosos y poder pol?tico

Los Estados-naci?n se van deslizando hacia instituciones controladas por grupos paramilitares, mafias policiales y narcotraficantes. Lo que antes parec?a una excepci?n, acotada a situaciones casi extremas, ahora se est? convirtiendo en norma, a medida que el Estado ya no es aquella instituci?n capaz de controlar territorios y asegurar el monopolio de la violencia leg?tima,


Autodefensas de abajo, sentido com?n de los pueblos

Terminada la ?poca de la toma del poder para pasar a la ?poca del despliegue de la potencia social construyendo otra sociedad, ha terminado tambi?n la ?poca de las guerrillas y de la autodefensa de grupos o colectivos de vanguardia, para pasar a la autodefensa comunitaria, que no la decide un grupo de “inteligentes” o de vanguardia, que ya van quedando para los museos, sino la comunidad toda, el pueblo en armas que reclamaba Marx en el cap?tulo 3 de “La guerra civil en Francia” y que Engels y los “marxistas rechazaron terminantemente optando por el ej?rcito profesional de estado con el pretexto de que “a Marx hay que interpretarlo” como escribi? Engels en la introducci?n de ese libro cuando ya Marx hab?a fallecido. Que f?cil es tergiversar la herencia una vez que el causante ha muerto.
Y esa comunidad se organiza en la forma de autogobiernos, cuyas experiencias m?s avanzadas a nivel mundial son los zapatistas de M?xico y los kurdos de Oriente Medio.


Pasando por encima de la pugna izquierda-derecha por el poder, nuevos movimientos sociales construyen sus propios caminos desde abajo

A?n no es posible hablar de tendencias, pero los poderosos nuevos movimientos sociales desaf?an a los estados porque claramente no lo necesitan, siguiendo su camino a pasos de gigante y enviando la vieja pugna por controlar los estados al sitio que merece: los museos.


De las misiones de paz a la ayuda humanitaria

No habr? una invasi?n cl?sica, con bombardeos y desembarcos de marines. La invasi?n es la ayuda humanitaria, estrategia que los militares prepararon durante 13 a?os en Hait?, con el apoyo de gobiernos progresistas.


Si se puede: los movimientos vuelven a la calle en Brasil

Los movimientos sociales brasile?os est?n recuperando las calles durante el primer mes del gobierno de Jair Bolsonaro. Entre el 10 de enero y el 5 de febrero el Movimiento Pase Libre (MPL) realiz? cinco manifestaciones en Sao Paulo, en pleno verano, contra el aumento de la tarifa del autob?s.


Caos geopol?tico y lucha de clases

Los pueblos no tienen una organizaci?n que los represente, ni un caudillo, ni un partido o movimiento. Esto puede ser positivo, ya que venimos de un periodo de unificaci?n de fuerzas que al homogeneizarse perdieron su capacidad de resistir y combatir. Tanto la resistencia como la creaci?n de lo nuevo son m?ltiples, heterog?neos en sus tiempos y modos de hacer y caminar.
Las diferencias son m?nimas: conservadores y progresistas gobiernan para los de arriba. Est?n ah? para ahogar las autonom?as de abajo porque, a la larga, saben que son las ?nicas capaces de transformar el caos sist?mico en mundos nuevos, donde los pueblos sean los protagonistas y no el capital. Ninguna transici?n en la historia se hizo desde arriba.


La soledad de los movimientos anti-sist?micos

Al parecer no est?n solos los que obtienen votos, puestos o prensa.
Desde la d?cada de 1980, esa es nuestra realidad: apostamos todo a las elecciones, a reformas constitucionales, a una legislaci?n que es letra muerta y, en tanto, desarmamos nuestros poderes que son la ?nica garant?a frente a los opresores.
Las pol?ticas sociales de los gobiernos progresistas y conservadores, las luchas por reformas, las marchas de protesta y la mera cr?tica o simple lucha callejera, han formado camadas enteras de dirigentes y militantes que aspiran a incrustarse en el aparato estatal, a negociar para conseguir beneficios que hagan la vida menos penosa y terminan subordinando a los colectivos a las agendas de arriba.
La tarea actual no puede consistir en prepararse para tomar el poder. Ser?a repetir un camino que nos lleva al fracaso.
Respecto al Estado, el tema que merece acalorados debates en la actualidad, las reflexiones del dirigentes kurdo Abdullah ?calan pueden ayudarnos a hacer balance. La toma del Estado ?asegura en el segundo tomo del Manifiesto por una Civilizaci?n Democr?tica? termina por ?pervertir al revolucionario m?s fiel?. Remata el razonamiento con una balance hist?rico: ?Ciento cincuenta a?os de heroica lucha se asfixiaron y volatilizaron en el torbellino del poder?. Lo cual no depende de la calidad de los dirigentes, sino de una cuesti?n de cultura pol?tica.