A río revuelto, ganancia de empresarios

17.Jul.03    Análisis y Noticias

El papel de los presidentes en América del Sur, Central y México, hasta ahora, rayana el ridículo, muy bien camuflado por la propaganda de sus medios, sin importarse en hacer las máximas payasadas con tal de que las arcas empresariales y del FMI se hinchen. Lo que interesa es que la prensa diga que son los ‘representantes de la nacion’ y los militares estén convencidos de eso y dispuestos a salir a dar dentelladas contra quien no se sume a la procesión.

Fox acaba de recibir la cachetada del circo, de esas que un payaso pega al otro y un sonoro plaf! suelta las risas del público. 60% de los electores no se presentaron a las urnas electorales y algunas de ellas fueron cerradas por el pueblo autoorganizado, lo que hace que México sea ‘dirigido’ hoy día por uno de los gobiernos más débiles, con menos base de sustentación de toda la historia mexicana, lo que no es poco decir.

Lagos, enfrascado en los 30 años del golpe militar que arriban el 11 de septiembre, disputa con los militares y con la derecha a quien es más bueno. Los tres rompen espejos preguntando: espejito, espejito, quien es el más buenito. Propuestas de amnistía, de conciliación, de paz, en fin, de hermandad y ‘aquí no ha pasado nada’, provienen de todos ellos sin tener claro como diablos enfrentar la insatisfacción popular que pretenden camuflar de ‘ideológica’. Tiemblan ante lo que viene el 13 de agosto: Paro nacional convocado por la CUT, dirigida por los amarillos, y Jornada Nacional de Protesta estimulada por decenas de movimientos sociales barriales, juveniles, de trabajadores de base, etc. Los reformistas y un sector del gobierno esperan simplemente ‘parar’ la producción, los movimientos se preparan para una lucha social ofensiva con la que se espera que la población de los barrios pobres salga a levantar barricadas y mostrar que aquí no ha cambiado nada, que el pueblo está peor.

En Argentina, Kirchner se posesiona del asiento presidencial con una de las más bajas votaciones que se recuerden y su ‘legitimidad’ la está adquiriendo dando una de progresista con apoyo de sectores de izquierda ansiosos por arrojarse en los brazos empresariales como hizo Lula. Diversos movimientos sociales se encuentran movilizados y la represión no se ha dejado esperar diciendo a las claras que las reglas del juego se van ‘a imponer’ de cualquier modo.

En Paraguay, el nuevo gobierno asume en medio de la mayor corrupción, lleno de conflictos internos. En Bolivia Goni ha pasado temporales que no se aquietan mientras la iglesia corre de un lado a otro intentando que gobierno y movimientos sociales se sienten de una vez en la mesa de la concordia. Toledo por su lado ha salido malparado de la militarización que lanzó contra la protesta social y ha tenido que replegarse en sus cuarteles de invierno colocando como principal cabeza del gobierno a una figura de ‘consenso’ entre las clases dominantes. Todos los días la prensa emite sustanciosas noticias sobre el rebrote del ‘terrorismo’ y se militarizan regiones. En Ecuador Gutiérrez también pierde base de apoyo y ha tenido que militarizar el petróleo. En Colombia el gobierno realiza el show de las conversaciones de ‘paz’ con los grupos paramilitares que ellos mismos formaron, y con ciertas características como que no hay zonas de exclusión, con lo que los muy pillos pretenderán posteriormente torcer la mano de las guerrillas para que acepten también ‘negociar’ en áreas geográficas de control del Estado. La estrategia se perfila paso a paso. Varias grandes empresas han sido intervenidas para orientarlas a la privatización y los trabajadores preparan fuertes movilizaciones.

En Venezuela las negociaciones y las restructuraciones institucionales parecen dirigirse a buen término. Sectores empresariales están comenzando a convencerse de que es mejor una sólida alianza de clases que subordine a la población detrás de consignas centralizadas. El Poder Judicial ha venido a dar un sorpresivo apoyo a la salida chavista por arriba eliminando un parlamentario opositor, lo que no deja de ser un aviso que traerá consecuencias con efecto multiplicador, pues a medida que los organismos del Estado van cerrando filas junto a las fuerzas armadas en el proyecto de sometimiento de la población por vía populista, los sectores empresariales determinantes se irán sumando al proyecto de modernización. Aún falta terreno por arar, pues hay sectores poderosos que no desean quedar por fuera del ‘reparto’ y seguirán las presiones para entrar en el contubernio. Pero todo indica que se está consiguiendo transferir el espacio de las ‘conversaciones’ desde la calle al parlamento y demás órganos de la dominación.

En república Dominicana los movimientos sociales tienen en jaque al gobierno que acaba de firmar un nuevo convenio con el FMI, decenas de miles están saliendo en casi todas las ciudades a levantar barricadas y enfrentarse duramente a la represión. La izquierda agrupada en el CUP hace todos los esfuerzos posibles para ponerse ‘a la cabeza’, pero hasta ahora no pasan de testarudas intentonas. En Panamá los estudiantes y desempleados han dado muestras de una fuerte capacidad de lucha que radicalizó las protestas de los trabajadores del seguro. Sectores de desempleados han comenzado a practicar una estrategia de lucha bastante interesante. Varios cientos de ellos entran a obras de construcción y las interrumpen exigiendo empleo para una cantidad determinada, por ejemplo 30 o 60 compañeros y establecen negociaciones con los empresarios, que sólo han atinado a llamar a las legiones y los choques han sido brutales. En Guatemala el expresidente Ríos Montt enfrenta un movimiento nacional para impedir su candidatura que es apoyada bajo cuerda por las instituciones. En Nicaragua y el Salvador la izquierda reformista se prepara para ganar las próximas elecciones en alianza también con empresarios.

En Brasil Lula cae aún más en las encuestas de opinión mientras se cierra a los requerimientos de los trabajadores públicos esperando erosionarlos con los petistas en el interior de los sindicatos neutralizando el crecimiento de la protesta. El gobierno del PT ha estrechado la alianza con los gobernadores de derecha para evitar modificaciones al reaccionario proyecto de reformas y con eso ha sorprendido a las bases que se encuentran aún más inquietas. El MST ha sido neutralizado con promesas y ha sido preso nuevamente el líder rebelde José Rainha.

En fin que el panorama no está muy quieto que digamos, las aguas están agitadas y los movimientos sociales no se lo están dejando fácil a los gobernantes. Las ONGs están siendo utilizadas con mayor fuerza que antes para penetrar movimientos y áreas rurales con ‘proyectos’ de domesticación y mansedumbre local para restar localidades al proceso de crecimiento de la resistencia que se multiplica. Ha comenzado un terreno de disputas donde diferentes ONGs levantan banderas sensibles como la lucha contra el Alca para erigirse como referentes, como Bolivia, por ejemplo, donde las ONGs hacen nata y se oponen por todos los medios al crecimiento de la autoorganizacion rebelde de las bases cocaleras, campesinas y originarias. Es notorio como en diferentes países estos organismos han recrudecido su accionar y aprovechan los espacios y las alianzas que consiguen con sectores de izquierda a partir de las reuniones y conversas en los Forros sociales. Hay varios movimientos sociales dirigidos por grupos de izquierda que se caracterizan por un amplio abanico de relaciones o alianzas, que van desde las comunidades originarias y movimientos combativos, hasta las ONGs, espacios institucionales, frentes políticos de izquierda, etc. en una mezcla que a veces compromete la necesaria autonomía de la construcción del poder popular y al parecer cayendo en parte en el juego de la Harnecker de unir la ‘izquierda política’ (partidaria) con la ‘izquierda social’ (movimientos propiamente dichos). En Ecuador son notorios los intentos de constitución de un frente de izquierdas para ‘ponerse a la cabeza’ de las luchas sociales, y esa actividad cuenta con el apoyo de algunas corrientes que cruzan las luchas de resistencia continental y que tienen sus propias estrategias, que por hoy se encuentran actuando juntos con los movimientos autónomos y las comunidades originarias. Lo mismo sucede en México, donde corrientes de izquierda se caracterizan por las tentativas de ‘ponerse a la cabeza’. Estas alianzas son fundamentales para el proceso general de acumulación de fuerzas, pero no pueden hacerse en menoscabo de la autonomía de los movimientos y estamos viendo que algunas personas están dispuestas a sacrificar la autonomía estratégica por la necesidad táctica de estrechar lazos, donde se valoriza con excesivo énfasis el papel de los movimientos controlados por sectores partidarios. Creemos que ha llegado la hora de levantar con más fuerza la autonomía social, el asambleismo y el respeto a la diversidad. Algunos nos están llevando a constituir Frentes nacionales y continentales con el pretexto de que no son frentes, que es solo intercambio horizontal, repitiendo un poco lo que dicen sobre el Forro de Porto Alegre: ‘allí podemos intercambiar con otros grupos’, y lo que hacen es sembrar sus estrategias y orgánicas, amarrando contactos y avanzando a paso de carga. Con ello sólo están acarreando aguas para las estrategias reformistas, que se encargan de los frentes populares.

La crisis de los gobiernos y la férrea disposición de los movimientos sociales para avanzar no pueden verse como terreno para el desarrollo de estrategias ‘controladas’, que sólo condicionan a los movimientos a las movidas superestructurales y confunden las cosas. Los únicos que están saliendo ganadores en estas aguas agitadas hoy por hoy son los empresarios que afianzan sus intercambios, sus relaciones con el capital internacional y su influencia en los gobiernos. No se trata de generar el ‘descontrol’, sino de realmente respetar la diversidad y estimular que desde diferentes lugares y regiones pueda crecer la autoorganización y capacidad de control real de territorios. Así las coordinaciones son de potenciamiento mútuo y no de subordinación. La lucha de resistencia está siendo aprovechada por algunas corrientes para instalar allí sus proyectos con lo que limitan la creatividad, iniciativa y construcción real de poder popular, lo que sólo favorece al capital. La paciencia y la fraternidad de los movimientos autónomos y originarios está siendo puesta a prueba por el hegemonismo, que no se abuse, pues ello sólo va a llevar a contradicciones innecesarias.

Profesor J
Clajadep
http://clajadep.lahaine.org