Autogobierno comunitario en el estado plurinacional - Cuarta parte y final

La identidad del ser



4. La identidad, un asunto para no postmodernos

Cuando los pueblos indígenas del Sur reclaman las políticas de identidad como un asunto central
para el Buen Vivir, muchos de los pensadores de izquierda de la Revolución Ciudadana y sus
gobernantesidentifican inmediatamente estas demandas con las políticas étnicas que han estado
en manos de la derecha y el Neoliberalismo de América latina y de la ultraderecha del Norte con
significados inequívocamente racistas y reaccionarios. La reivindicación de la identidad no es
real y retrasa el desarrollo, piensan ellos. En consecuencia, la demanda de identidad es juzgada
como una política conservadora, esencialista, la cual tiende a buscar privilegios imposibles e
incongruentes con los horizontes de igualdad posibles por intermedio de políticas públicas. Un
Achuar no es un Achuar es primero un Ecuatoriano que tiene una cultura especifica. El pueblo
Saraguro hace parte de la nación ecuatoriana y no existe la nación Kichwa. De este modo se
salda rápidamente el asunto de la identidad como si no se quisiera permanecer mucho tiempo en
la discusión.
Para los deconstructivistas A no es igual a A, puede ser B, o C, o D, o puede ser todos a la vez o
ninguno de ellos. La coincidencia consigo mismo solo existe en el campo del símbolo y la
multiplicidad pertenece al ámbito del imaginario. En realidad, nadie es, todos nos hacemos. En
la coincidencia consigo mismo se esconde una extraordinaria violencia. Así, cuando se afirma 41
que los negocios son negocios, lo que se esta afirmando es la distorsión de lo primero, por medio
de la tautología. Luego la identidad no tiene razón de ser. Toda identidad es una invención. La
diferencia esconde el deseo por la igualdad, porque los indígenas tienen computadoras, quieren
tener dinero y autos, afirma el poder. Entonces, ser es mas querer ser con respecto al futuro que
en relación con el pasado. En consecuencia, la reivindicación de lo que se es, como algo que
pertenece a la historia propia entra al campo de la retórica y se aleja del dominio de la verdad
definida desde otros lugares diferentes a los pueblos y naciones indígenas.
El deconstructivismo adquiere rasgos de un cinismo espectacular porque sus “verdades” se
adecuan a la globalización, la occidentalización y el desarrollo. No es solo que no seamos lo que
la historia nos señala , sino que podemos ser aquello que nos propone el mercado. Podemos ser
lo que queremos ser, porque no hay nada que nos arraigue o que se convierta en un lastre. En
otras palabras, ser un indígena perteneciente a un determinado pueblo es un mero detalle, essolo
un accidente. No hay gravedad en el ser, solo volatilidad. Así, pueblos indígenas que han sido
aniquilados por ser indígenas, ahora no lo serán mas, porque se pueden camuflar en el bazar de
las identidadessin gravedad de la globalización.
De igual manera las políticas de la igualdad se han ido convirtiendo en la mejor manera de
impedir políticas diferenciadas de los pueblos indígenas. ¿Por qué una educación diferenciada
cuando la igualdad es el mejor legado de la revolución? ¿Para qué otro tipo de desarrollo cuando
el supuesto Buen Vivir del gobierno es el que todos deseamos? ¿Para que una salud intercultural
si la salud occidental es lo mas seguro, no importa que se distorsione cuando la enfermedad y la
salud se conviertan en una mercancía? La etnicidad es vista como un atropello para un Estado
que se construye con la eficacia de la economía pero con el peso de la vieja burocracia la cual no
desaparece con jóvenes tecnócratas en los cargos de decisión. El significante totalitario y único
llena todos los espacios y niega al sujeto que se opone a “la gran fiesta” del desarrollo
Entonces, la identidad no es un argumento que tenga muchos adeptos, más allá del
convencimiento profundo de las naciones y los pueblos indígenas, sujetos a los que se les
persiguió por ser indígenas y que hoy se les niega su derecho a la diferencia. Dentro de este
ambiente no es raro la expresión de asombro de un Ministro: ¿Por qué los indígenas quieren
viviendas propias, cuando la revolución les ofrece casas modernas?34 Sin embargo, el derecho a 42
vivir de otra manera, no es un capricho étnico, sus razones son contextuales y se apoyan en
saberes que la tecnología y la ciencia desconocen porque ellas no se aprenden en los lugares de
los pobres. Pero la negación de lo propio y de la especificidad étnica, no corresponde a la
perplejidad del poder por incomprensible. La verdadera razón para negar la especificidad de la
diferencia es porque ella se opone al desarrollo. por eso el Presidente de la Republica afirma lo
siguiente: los indígenas no se pueden oponer a la minería porque ellos no ganaron las
elecciones ¿para qué dejar los recursos bajo tierra si con ellos podemos construir hospitales,
universidades, en general el buen vivir de los ecuatorianos?
La identidad es un asunto complejo que la experimentan angustiosamente los migrantes de los
países pobres y los pueblos a los que se les persigue por su condición racial en un mundo donde
la superioridad es y ha sido blanca. En tal sentido no puede ser reducida a una ontología cerrada.
Haber nacido en un mundo en el que lo indígena es lo inferior, infantil y supersticioso, es algo
necesario para una perspectiva universalizante de la emancipación que siempre ha sido parte de
hombres blancos y occidentales, nacidos o habiendo estudiado en los países que se piensan
dueños del pensamiento y de la verdad universal. En otras palabras, la esencialidad de los
indígenas, es negada por la esencialidad que no tiene necesidad de ser defendida porque ella
pertenece al mundo que domina.
La condición de la emancipación desde la identidad comprende el reconocimiento de lenguas
propias, sistemas de justicia, educación, planes del Buen vivir, sistemas de salud y gobiernos
comunitarios, fuera de la gobernabilidad dominante y el sistema/mundo hegemónico. La lucha
por la identidad no es la recuperación de una sustancia pérdida, es la reivindicación del ser y su
existencia, porque nunca ha podido ser borrado a pesar de la conquista, la colonia y el desarrollo.
La conquista no fue el olvido de ser, fue la negación delser. El ser no se dejo de lado, se aplasto.
Solamente pudo ser el violento y avaricioso conquistador. Los conquistados no podían ser dentro
del espacio/tiempo de la conquista. El otro fue la prolongación del Ego Europeo, quien se mostró
como único, prepotente, y dominador. El “yo pienso” cartesiano no estaba vacío de ser como lo
explica Zizek, el vacío estaba en esos seres extraños con los que se encontraron por casualidad.
Los pueblosindígenas no fueron pueblos, ni cultos, ni civilizados para el Moderno conquistador.43
Desde la negatividad que compara la supuesta superioridad con la inferioridad para dominar, el
otro no pudo ser, por no ser idéntico y debió ser así para justificar la apropiación de su vida a
partir de la imposición de otra identidad como universal antropológico. El ser era un despliegue
de sí mismo, sin otredad, o con una otredad a la manera de negación. La conquista negó la
posibilidad de ser diferente. La pregunta sobre el ser no fue respondida ni por los invasores ni
por los invadidos, porque para los primeros la conquista era una confirmación de su telos
triunfante, cristiano y violento, mientras los segundos fueron aplastados en la perplejidad de la
invasión.
La identidad nunca fue reconocida. Sus religiones eran supersticiones, sus lenguas diferentes
eran iguales a la incapacidad de hablar, sus formas de vivir fueron incomprensibles. Se les negó
en la reducción a barbaros y por medio de la ficción del “buen salvaje”. El estado natural del
otro era razón suficiente para no reconocer nada como suyo u originado en sí mismo. No se
era, simplemente estaban allí, dispuestos a ser conquistados e invadidos, para convertirlos en la
obra y el objeto de la Europeidad. Por lo tanto se les definió con matrices civilizatorias, se les dio
el nombre de indios porque no tenían nombre. Sus vidas y sus territorios pasaron a hacer parte
del poderoso e invasor.
La pregunta por el ser es emancipadora. Los pueblos y naciones sabían quienes eran, sin
embargo desde entonces no se les permitió preguntarse y si lo hacían, eran los mismos
conquistadores quienes respondían. En efecto la pregunta sobre el ser es una pregunta en la base
de la independencia y la rebelión, una pregunta que atraviesa el tiempo cero de la conquista. No
permitir responder a la pregunta sobre quienes somos y quienes queremos seguir siendo es
convertirnos en presa fácil de las fuerzas de la dominación política, sexual y económica.
La colonialidad es la vergüenza de ser. No solo a los pueblos se les condenó a la imposibilidad
de ser en la nueva civilización del invasor, a ellos se les hizo experimentar la vergüenza de lo
que eran, sentían, pensaban y soñaban. La religión y la educación fueron las dos armas
privilegiadas de la colonización -la educación sigue siendo todavía el principal lugar de la
colonización a través de su ciencia y tecnología ante la disolución de la sustancia religiosa-. 44
La vergüenza de ser no se provoca por la mirada del otro como en Sartre35
, pues no se refiere a
un acto de presencia; la vergüenza del ser es la interiorización del juicio de inferioridad sin
necesidad de una presencia, puesto que el indígena busca ser convencido que lo suyo no merece
ser mostrado, ni hablado porque es motivo de condena y de burla.
La amnesia fue cómplice de la vergüenza. Los indígenas solo podían aparecer como fieles
seguidores del Dios vencedor porque sus dioses habían sido derrotados. La vergüenza emergía
en la frustración. Los nombres no eran los propios, ahora cargaban con los nombres de los
santos, o pertenecían a la arbitrariedad de quienes se consideraban sus dueños. Lo que eran
tenían que esconderlo dentro de una sociedad que los aceptó en la medida que aparentaban ser
iguales a ellos. Sin embargo la vida en la comunidad fue el lugar en el que no se sentía vergüenza
y podían recrear lo propio en el comunitarismo que les permitió sobrevivir a las reglas del
capitalismo.
La neocolonialidad del desarrollo ha sido el deseo de ser. A diferencia de la conquista que
negó el ser del otro y la colonia que generó la vergüenza de ser, la neo-colonialidad del
desarrollo recrea el ser de las diferencias. En sentido estricto el desarrollo es necesariamente
ontológico, sin embargo el verdadero problema es que el ser diferente depende del mercado. Para
ser se necesita de la referencialidad al dinero, por eso el desarrollo es una condición
indispensable. Dentro de este marco la verdadera negación no es oponerse o negar el ser, es
colocar al ser dentro de los límites del deseo que fomenta el mercado. Nadie niega el ser dentro
de una sociedad capitalista, inclusive porque los derechos son los hijos predilectos del mercado
en tanto que goce. Por tal motivo el ser es el deseo, no obstante, el deseo es la negación de la
negación.
El deseo del ser no coincide con la demanda de ser de pueblos y naciones. Si el mercado tuviera
la razón, los sueños solo fueran pesadillas. En realidad el mercado nos ofrece algunos tipos de
ser ya prefabricado en torno a la libertad y a la felicidad, los cuales son negados, tanto para la 45
clase que tiene dinero que es la minoría, como para los despojados, que son la mayoría. En
efecto, no se busca ser por deseo de ser, se quiere ser por negación del ser.
El deseo de ser implica la ausencia de gravedad y la caída en el sin sentido. El ser es
experimentado desde una volatilidad desbordante,se puede ser aquello que se sueña ser en tanto
que sueños individuales, pues los sueños colectivos no coinciden con el ser del deseo del
mercado. De hecho, los seres referidos a un pasado tienen una gravedad insoportable para el
mercado. La volatilidad del ser es lo que permite echar mano de los lugares sagrados para
convertirlos en hidroeléctricas, de los bosques para hacer muebles, del oro para hacer joyas de la
ostentación y de los recursos de la naturaleza para alimentar la locura de la maquinaria del
consumo. El sueño que ingresa al mercado se recrea en la ontología de las diferencias y es
mucho más homogéneo en su construcción y por su oferta.
Epistemología
América Latina no ha estado en el olvido de ser, sino en la imposibilidad de ser de la conquista,
la vergüenza del ser de la colonialidad y el deseo de ser del capitalismo. La obstrucción del ser
no es un olvido, mas bien la filosofía civilizacional quiso que nos olvidáramos, sin embargo la
imposibilidad, la vergüenza y el deseo del ser impidieron el olvido, la memoria fue mas viva
que nunca, precisamente porque los pueblos y naciones indígenas nunca renunciaron a resistir
desde su vida comunitaria. Los abuelos por medio de la oralidad conservaron la memoria que
se reproduce en la palabra y en las conversaciones interminables para recrear la vida.
La vergüenza no es un olvido del ser. Se tiene vergüenza de lo que se es, o de lo que se cree ser.
Si los fundamentos fueron dejados de lado es porque al invasor le interesó que su cultura
prevaleciera, para que el otro no escapara a su destino de esclavo e inferior. No se tiene
vergüenza de habernos olvidado del ser, la vergüenza que experimentamos es de no haber
podido ser. 46
El deseo de ser no es haber reconocido que el ser se encontraba en el olvido. Es mas bien porque
no queremos olvidarnos del ser que podemos desear el ser que nos ofrece el mercado, un ser sin
gravedad, puesto en la vitrina, comprable, intermediado por el dinero y si no hay dinero, por el
endeudamiento, puesto a nuestro alcance por la publicidad de la comunicación.
La búsqueda del ser no es la búsqueda de una esencia como de algo que así fue, se trata de la
vida misma que se negó dentro de relaciones de dominación de la conquista y que se quiso
“salvar” en la colonia y que ahora se compra y se vende por medio del desarrollo, la
globalización y la occidentalización. Por tal motivo la identidad de las naciones y los pueblos
indígenas se relaciona con la tierra, los recursos, la naturaleza, la geografía, la espiritualidad, los
vivos y los muertos; es una identidad cultural, social, cósmica, al mismo tiempo que es concreta
y singular. No es una sustancia de superioridad, es la condición que nos devuelve a la vida y nos
conecta con todos los seres planetarios.
La identidad de los pueblos relaciona dialécticamente lo propio con lo impuesto y no con lo
ajeno pues muchas de las cosas propias tienen un origen ajeno pero no fueron impuestas. Lo
propio es cuestionado desde corrientes emancipadoras pues contiene algunos rasgos de
dominación en tal sentido vive necesitado de una interculturalidad que sin perderse, refuerce el
ser con lo que fue y lo que se quiere ser en tanto que poder ser.
La identidad como lo propio no es básicamente étnica y simple, es política y compleja, por eso
no son sustancias, son territorialidades, sistemas de justicia, lenguas y modos de vida, con su
propia gobernabilidad comunitaria que el capitalismo no ha podido destruir y que la Izquierda
en el poder pasa por encima porque se ha quedado atrapada en la conservación del poder y en un
Capitalismo que validan cuando creen que su único problema es la redistribución de la riqueza y
los beneficios sociales del capital.
Metodología 47
La identidad ha generado problemas con la autoridad, la gobernabilidad y el poder, pues las
organizaciones tienden a encerrarse y fallar en la construcción de estrategias con otras
organizaciones y movimientos. Muchas de las personas que ahora están en el gobierno de la
Revolución Ciudadana hicieron parte de las luchas indígenas, ahora son los represores o los
desintegradores del movimiento y de la lucha social. El cierre y la represión aparece como un
inevitable cuando el poder tampoco se ha revolucionado.
La autoridad indígena se ha colocado al lado de la experiencia y desde dicho lugar reclama el
ejercicio prioritario de la gobernabilidad esto hace que se exista un conflicto latente
intergeneracional entre los pueblos y naciones indígenas, porque los jóvenes, las mujeres, los
migrantes indígenas esperan su espacio en la gobernabilidad que en muchos casos no quiere ser
abandonada por los que siempre han sido o se quedaron o simplemente se creen con el derecho
de gobernar. Está conflicto latente tiene repercusiones en la autoridad y en el ejercicio del poder
al interior de los pueblos y se visibiliza en la elección de los lideres de las organizaciones.
La identidad como el campo que cobija lo propio es también un campo generador de autismos,
pues lleva a que se coloque sistemáticamente en sospecha todo lo que viene de fuera. Existe
desconfianza de parte de algunos líderes hacia personas que vienen de fuera y quieren colaborar
con el movimiento pero que no son indígenas, hasta el punto de adquirir en algunos momentos
rasgos de exclusión.
Por ultimo, otra de las derivas es la percepción que tiene el dominador sobre la ontología de lo
propio que genera el juicio sobre el lento avance en la interculturalidad. Irónicamente cuando los
pueblos indígenas han sido obligados a asumir la educación, la política, la religión y aprender el
idioma del dominador, se les acusa de nos ser interculturales, de encerrarse en lo suyo porque no
están a favor de un desarrollo que les expropia sus territorios y sus formas de vivir.
A manera de conclusión, algunos desafíos para una política de la gobernabilidad indígena48
Por último quisiera presentar algunas conclusiones a manera de desafíos que se desprenden de
las cuatro líneas de gobernabilidad presentadas.
1. La gobernabilidad en los tres espacios/tiempos: la conquista es la violación del
espacio/tiempo de la gobernabilidad indígena. La armonía fue rota desde la invasión.
Desde entonces, el gobierno ha sido de imposición y violencia de parte del dominador
occidental y de resistencia y lucha de las naciones y pueblos indígenas. Las
cosmovisiones indígenas estuvieron condenadas a existir en los espacios que el
conquistador no quería habitar. Fue impuesto el tiempo Judeo Cristiano de la salvación.
La colonia impuso mentalidades, valores, mecanismos, autoridades, gobiernos con el fin
de aceptar como natural el poder del Amo occidental. Su espacio/tiempo fue de una
mayor violencia que el impuesto por la conquista. Se desconoció el espacio de los
antiguos habitantes y los relojes comenzaron a funcionar a partir de la cristiandad ajena.
El desarrollo es el espacio/tiempo del Capitalismo. La naturaleza es convertida en
mercancía. La vida del planeta es puesta en peligro. El espacio es ocupado por las
transnacionales y el tiempo es para el consumo, es decir, un tiempo organizado a partir
del trabajo, mientras la producción esclaviza y el consumo se articula con la felicidad
individual.
En suma, el indígena fue esclavo, el esclavo fue inferior, el inferior se hizo
subdesarrollado, el subdesarrollado se hizo pobre, el pobre se convirtió en victima, la
victima en un animal viviente, condenado a ser aquello que los poderes quieren que sea,
como lo ha señalado Badiou.
Desde ninguno de los extremos de la bipolaridad política Derecha e Izquierda se
reconoció la gobernabilidad indígena porque la Derecha siempre ha representado la 49
dominación por medio de jerarquías racistas y de lógicas del despojo, y la Izquierda ha
creído que bastaba con ocupar el lugar del poder para transformar la realidad, intervenida
desde la conquista, modificada por el colonialismo y dependiente del Capitalismo. Por tal
motivo, el camino de la ley y la democracia electoral han sido equívocos porque ambos
se apoyan en la forma de gobernabilidad del Estado/nación, el capitalismo es su finalidad
y la democracia electoral es su medio. Por tal motivo, el discurso de la soberanía no es un
cambio de Amo, es mas bien el comienzo de la ficción en un ejercicio de poder que
adquiere visos mas encarnizados.
La emancipación política de los pueblos y naciones indígenas esta atravesada por el
espacio/tiempo de la comunitariedad y de la democracia radical, en un tiempo sin
linealidad y un espacio sin divisiones y fragmentaciones. El pasado no es lo superado, el
presente no es aislado y el futuro no esta adelante. Se puede ir hacia atrás avanzando,
hacia el futuro,sin sacrificar el presente y dependiente del pasado.
2. El Estado Plurinacional, la territorialidad, la autodeterminación y la identidad
conforman las líneas básicas de la gobernabilidad indígena: la unidad en la diversidad de
la Plurinacionalidad, el territorio como el lugar al que le pertenecemos, la
autodeterminación como el ejercicio soberano de los pueblos y no de los gobiernos y la
identidad como aquello que contiene la diferencia y la otredad. Un nuevo Estado, otra
geografía, la libertad colectiva y el ser como diferente e idéntico conforman los cuatro
pilares de la gobernabilidad. La autoridad solo puede ser colectiva, no descansa ni en un
partido ni mucho menos en una persona. La autoridad no posee el territorio. No es una
autoridad para salvaguardar la autoridad individual, es una colectividad para garantizar la
autoridad. La autoridad no determina al ser, lo protege, reconoce y colabora en su
fortalecimiento. La gobernabilidad es heterónoma y diversa. Ella se ejerce no en
territorios sino en territorialidades. La gobernabilidad no es sobre pueblos, es de pueblos.
Ella fortalece lo que han sido, son y quieren ser los pueblos, como modos de vida,
educación, sistemas económicos, salud y sistemas de justicia. 50
3. Gobiernos de pueblos y naciones indígenas y no de organizaciones: hasta ahora hay
gobiernos indígenas que representan a pueblos y naciones indígenas, lo mismo que hay
gobiernos de organizaciones y gobiernos de iglesias indígenas, pero ninguno de ellos es
un gobierno de pueblos y naciones indígenas. Las elecciones de sus líderes siguen los
parámetros de relación de fuerzas entre grupos quienes recurren a mecanismos a veces
no tan ortodoxos para acceder al poder. Las organizaciones nacionales tienen necesidad
de reformarse a partir del enfoque de pueblos y naciones indígenas, esto les permitirá un
ejercicio de poder diferente y otro modo de hacer política.
4. Los gobiernos comunitarios y no de partidos políticos: Los partidos políticos han sido el
tipo de organización validada durante todo el siglo XX para acceder al poder. La
estructura de los partidos nunca ha podido superar la tendencia jerárquica y grupal. Casi
siempre caen en el antidemocratismo y la corrupción, pero sobretodo su representatividad
no supera el horizonte individual y jerárquico. La experiencia de gobiernos comunitarios
es realmente lo más cercano al gobierno de pueblos, puesto que no hay representación ya
que la democracia es directa y deliberativa, y la comunidad es el máximo legislador. El
individuo no desaparece, por el contrario existe y es cobijado por la comunidad. Su
relación no es consigo mismo sino con los pueblos y naciones.
5. El medio y el fin: la gobernabilidad no es el fin, es el medio, el buen vivir es el fin. La
gobernabilidad comunitaria se sustenta en la vida buena en tal medida no es un apéndice.
El Buen Vivir encuentra su realización en el ejercicio comunitario del gobierno, por lo
que no hay necesidad de un cuerpo autónomo, mecánico y que imite una comprensión
sesgada del hombre, como en el caso del Leviatán, para que por medio de la dominación
imponga la ley que garantice la paz. La gobernabilidad de otro modo es posible cuando lo
que se busca es la vida buena
6. La sabiduría y el valor: la gobernabilidad más que personas portadoras de conocimientos,
requiere de sabios que no pierdan de vista el camino que trazaron los mayores. Al 51
contrario de la Modernidad que va hacia el futuro rompiendo con el pasado, el gobierno
comunitario se encamina desde la experiencia, fuera de la experimentación del
pragmatismo y buscando la paseidad del pasado y sin perder la futureidad del futuro,
tiempos distintos y complementarios que se repiten alejándose. Los gobiernos
comunitarios se hacen en las largas e infinitas conversaciones a las que no renuncian
jamás, puesto que la gobernabilidad es un ejercicio de la palabra y de la escucha
permanente. Además el valor es la segunda característica esencial contra los enemigos de
la vida. Valor y palabra constituyen la vida y la política.

Freddy Javier Alvarez González
Visiting Academic University of Cambridge
Cambridge, Spring 2012

Gracias por la compañía y esperamos sus contribuciones para los estudios de la Desuniversidad en unlibre@gmail.com