Fundamentos de la Desuniversidad

Para rearmar el mundo hay que indisciplinar las “disciplinas”



Trabajamos sembrando entre todos los valores comunitarios. La comunidad es la unidad en torno a lo común y la pluralidad de las diferencias de cada uno. El primer común es el instinto, que está grabado en los genes, ya que no provenimos de Adán y Eva ni de los marcianos, sino de millones de años de la horda y la comunidad, de ser y estar juntos. El segundo común es la pertenencia a la naturaleza, ya que no somos visitantes del más allá, sino nacidos en el más acá, somos parte de la naturaleza y cuando pensamos y hablamos es la naturaleza entonces la que piensa y habla. El tercer común es la interaccióncon la naturaleza y el equilibrio natural, de allí extraemos el alimento y devolvemos el detrito. El cuarto común es el afecto, llamado de muchas maneras: amor, amistad, ternura, fraternidad, etc.

Los otros comunes, que son muchos, podemos discutirlos, practicarlos y analizarlos en las sesiones indisciplinarias, llamadas así porque no aspiran a establecer una norma rígida que hay que seguir a rajatabla. La disciplina es imposición del poder, que necesita acrecentar cada día la ruptura y la distancia de los factores de lo común estableciendo normas, caminos, guías y recetas como el modelo de armar un mueble con cada pieza previamente moldeada que encaja en un determinado lugar a la medida.

Por eso, para rearmar el mundo hay que indisciplinar las “disciplinas”, destruirlas como herramientas que manipulan los cuerpos, las conciencias y las psiques para fabricar el producto que lleva el sello de garantía o de calidad del “título” universitario.

La desuniversidad muestra como opera cada instrumento disciplinario de manipulación, por ejemplo la pedagogía y la comunicación como lavado cerebral, haciendo creer que la diferencia la da el contenido, es decir, puede pasarse buena o mala información a los entes pasivos receptores.