Uruguay: Construyendo identidades. Miradas y reflexiones sobre el Día del Trabajador Rural

Ángel Rocha    29.Abr.13    Campo

Nada debemos esperar sino de nosotros mismos



- Miradas y reflexiones sobre el Día del Trabajador Rural (Trabajo&Utopía, marzo-abril 2013)

CONSTRUYENDO IDENTIDADES

Cuando esta edición esté en la calle se estará celebrando, por primera vez en el Uruguay, la Ley 1900, “Día del Trabajador Rural”.

Un día dedicado a jerarquizar a los trabajadores, mujeres y hombres, que generan las riquezas en el campo y que gracias a su trabajo gran parte de los bienes que nos alimentan, nos visten y otros servicios, provienen de esa producción agropecuaria.

Por supuesto que estas riquezas también son generadas por los productores familiares, quienes trabajan en sus predios con sus familias.

Pero el énfasis lo queremos poner en el trabajador rural asalariado, dependiente, como son los que trabajan en los tambos, cosechan las frutas, en la citricultura, trabajan en la forestación, cortan la caña de azúcar, están en los invernáculos y en general en la horticultura. Los que esquilan en las zafras de la lana. Preparan la tierra, riegan y cosechan el arroz. Para ese sector mayoritario de asalariados, casi silenciosos, que son los peones de estancia y de la agricultura y otros rubros que se nos escapan.

El largo y lento proceso de reconocimiento a los asalariados rurales

Nos podrán decir que hay otros días de los trabajadores, como el de la industria metalúrgica, la construcción, la aguja, el servicio doméstico de reciente reconocimiento y otros más.

Pero que los peones rurales hayan llegado al reconocimiento legal de tener un día propio, después de décadas de invisibilidad casi total, de ninguneos en las legislaciones de nuestro Parlamento uruguayo, es realmente un hecho para celebrar.

En marzo de 1993, en Temas de Coyuntura 10 de CIEDUR, decíamos: “Es tradicional la marginación de los trabajadores rurales. Empezando por lo político. En 1829, los que redactaron la Constitución de aquel entonces, excluyeron del derecho al voto a los “sirvientes a sueldo, al peón jornalero y al notoriamente vago”. En 1943 se creó el régimen de asignaciones familiares que protegía a los trabajadores de la actividad privada de la industria y el comercio y expresamente se excluía a los trabajadores rurales y del servicio doméstico. Recién en 1954, once años después, se extiende este beneficio a los asalariados rurales. En 1958 se crearon los salarios por maternidad, pero por resolución del Consejo Central de Asignaciones Familiares no se les pagaba a los trabajadores rurales.

Tuvo que establecerse por ley recién en 1966, ocho años después. Los asalariados rurales tuvieron que esperar hasta 1984, por el seguro de enfermedad. Recién en el 2001 se extendió el beneficio del seguro de paro a los asalariados rurales. Logros debido mayormente al trabajo de la Representación de los Trabajadores en el Banco de Previsión Social, representando a la Central PIT CNT, a los Sindicatos Rurales, parte del sistema político nacional y las organizaciones sociales. “

Desde la mirada de los actores, de los protagonistas rurales

Le propusimos a compañeras, compañeros militantes sindicales rurales y referentes, que nos brindaran sus reflexiones de cómo estaban viviendo esto del Día del Trabajador Rural y Cómo veían el desarrollo/trabas/dificultades/estímulos de los Sindicatos Rurales.

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Comencemos por la mirada de Germán Moraes, desde Bella Unión, viene de laburar en Calagua, actualmente integrante de COSSEMA (Cooperativa de Servicios de Maquinaria)

Este es un día muy especial para todos, muy esperado por muchos que ya se fueron, otros que hemos tomado otro rumbo pero muy disfrutable para el que está hoy, de sentir que este es nuestro día todo un logro, y con orgullo decir este es nuestro día porque el que fue trabajador rural siempre lo va a ser, esto se lo lleva muy dentro. También pensemos que si es un festejo también tiene que ser un día de reflexión, tenemos mucho por hacer y llegó la hora de que se arranque con más mucha más fuerza

Mucho se ha hecho y poco se ha logrado, son muchas horas de viajes, muchos compañeros despedidos o posteriormente maltratados por sus patrones hasta llegar a desistir de trabajar en ese predio solo por querer conocer sus derechos.

Seguimos siendo los desamparados de siempre que aunque tengamos las ocho horas todavía estamos lejos de que se cumplan.

Tendremos que mejorar muchas cosas, desde el pensamiento del trabajador, de cómo llevarles información a estos lugares remotos de nuestro Uruguay. ¿Por qué no usar el plan Ceibal o recibos de UTE, OSE, televisión, radios o esos mensajes que te pasa ANTEL para decirles que existe una ley, la de las ocho horas o tantas otras que si no es de estas formas sería muy difícil que se enteren?

Recién estamos entrando con formaciones de Sindicatos en el sector del peón de campo eso es un logro muy importante.

No nos olvidemos de los reintegros de compañeros, ya que esto nos impulsa a poder predicar que también tenemos una ley de protección a los sindicatos.

Todavía tenemos muchas trabas y la distancia es una de ellas, tenemos muchos trabajadores a mucha distancia uno de otro. Muchos establecimientos con dos, tres, cinco peones y eso se hace muy difícil llegarles a que se enteren de sus derechos. Tendría tantas cosas pero bueno, en la rápida que es esto, espero sirva como aporte disparador a alguna discusión.

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Con Juan Santana, Secretario de UTAA, desde Bella Unión

A nosotros nos parece muy importante lo que se logró con el Día del Trabajador Rural. Para nosotros trabajadores rurales es un día especial. Muchos años atrás no había el Día del Trabajador Rural, fue un logro de los trabajadores, con planteos bien concretos a través de los Sindicatos. Es un logro importante tener un día de los trabajadores rurales.

¿Cómo estás viendo Juan la organización de los trabajadores rurales?

Para nosotros es importante fortalecer la organización de los trabajadores rurales. Es muy difícil la participación de todos los Sindicatos. Muchas veces por ser Sindicatos del interior del país no tienen como participar porque no les alcanza para ello. El tema financiero no les da para participar. Los trabajadores rurales del norte que cobramos siempre por zafra, se vuelve difícil participar en otros lados del País. Es difícil porque la cosa financiera se hace difícil.

¿Si tuvieras que decir las demandas principales del Sindicato UTAA cuales serían?

Las cosas principales serían, si bien tenemos la limitación de la jornada a las ocho horas, no se cumple todavía. Definir más las condiciones de trabajo que una vez participamos en el Decreto 321/009 sobre Seguridad Laboral Rural, que a veces no se conoce a nivel del País. Una vez planteamos con los trabajadores rurales en esa participación sobre el decreto 321 que muchas veces el trabajador no se entera que tiene por derecho.Muchas veces no es difundido. Muchas veces la Patronal no cumple con esas cosas. Por eso creemos que eso es muy importante. También el salario del trabajador rural, que anda por los ocho mil y pico de pesos, que no alcanza para llegar a fin de mes.

¿En el tema de la tierra cómo está siendo visto por el Sindicato?

Creemos que no hay una política seria, verdadera. No hay una política de tierras a nivel nacional para los trabajadores. Si bien nosotros siempre estamos reclamando el derecho de acceder a la tierra pero no hay una política real del Instituto Nacional de Colonización.

Encuentro del 30 de abril

Vamos a ver si podemos participar, pero muchas veces acá se vuelve difícil. También hay un reclamo con los compañeros de AGROLUR que están nucleados en el Sindicato de UTAA. Se necesita equiparar los salarios con los de la industria y mejorar su calidad de vida. ALUR hizo una empresa AGROLUR que a nosotros nos parece que es una empresa tercerizada, para generar trabajo en el agro.

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Antonio Rammauro, desde tu trayectoria como Abogado de los Sindicatos Rurales, ¿qué te dice un Día del Trabajador Rural el próximo 30 de abril?

En 20 años hay muchos días. Y más de 20 años me separan de aquel primer día en que respondí al desafío de desembarcar en la ciudad de Libertad a charlar sobre derechos y torcidos del trabajador con los paperos, de la mano de dos referentes, infaltables en mi historia personal, Carmen (Améndola) y Ángel (Rocha). Si Carmen todavía estuviera entre nosotros nos ayudaría, desde su sensibilidad y compromiso, al pienso frente a la invitación a reflexionar que nos hace Ángel ahora y siempre que puede. Porque Ángel siempre nos provoca, nos hace pensar y nos obliga a soñar. Es lo primero que se me ocurre frente a este 30 de abril. Porque de muchas maneras mi militancia social y política, también el ejercicio de mi profesión, están marcadas por mis “aventuras” con los asalariados rurales. Mi vida tiene que ver con esto.

El 30 de abril también me invita a pensar en el día después. En tantos primeros de mayo en los que la situación de los trabajadores rurales no ocupó un lugar relevante en las plataformas, proclamas y pancartas, contribuyendo así a consolidar esa invisibilidad que aún hoy los condena. Creo que es bueno señalarlo aquí, tenemos que seguir escribiendo la historia pero no podemos re escribirla. La realidad de los más de cien mil asalariados rurales sigue en buena medida siendo ajena a la inmensa mayoría de la propia clase. La autocrítica, y me incluyo, como parte del movimiento obrero debe ser clave permanente para la formación y el fortalecimiento de la organización.

Eligiendo un día se reconoce la importancia del sector para la construcción de ese país productivo y con justicia social del que tanto se habla, se habla y se habla. En la tierra se siembra y se cosecha el propio Uruguay. Por eso merecido es el reconocimiento al peón rural.

Aunque el tal reconocimiento aún no le permite recibir en su mesa los frutos de su contribución. Pero eligiendo este día, el 30 de abril, aniversario del Congreso fundacional de la UNATRA, se reconoce la importancia de la organización de los asalariados rurales, para como decíamos antes, seguir escribiendo la historia. Y el reconocimiento se asocia a dos grandes luchadores sociales que dieron nombre a aquel congreso y que tanto tienen que ver con lo que hoy somos y que nos señalan en lo cotidiano lo que falta por hacer, hombres y mujeres como muchos pero al mismo tiempo como solo ellos representan la lucha contra la explotación, Julia Arévalo y Raúl Sendic.

¿Cómo ves el desarrollo/trabas/dificultades/estímulos de los Sindicatos Rurales?

Las penas siguen siendo de nosotros y las vaquitas siguen siendo ajenas. El principal estímulo siguen siendo las dificultades, las trabas. No está bueno. Las oportunidades y las posibilidades aparecen en un lejano segundo plano.

Claro, poco tiempo atrás no había siquiera un segundo plano. La realidad era uniforme, entre negra y gris, pero hay que apostar a algunos colores que se insinúan en el horizonte sobre todo de la mano de las experiencias autogestionadas.

La vieja consigna de “tierra para el que la trabaja” la sostienen los peludos del norte desde la caña de azúcar pero ahora se suman con proyectos concretos los naranjeros de Paysandú y los trabajadores arroceros de Río Branco y Treinta y Tres. Y se organizan en Salto y se organizan en Tacuarembó, la demanda crece.

Los asalariados no pelean solo por salario. Las condiciones de trabajo, en especial las que hacen a la salud laboral, y el acceso a los medios de producción son preocupación de cada día más compañeros.

Algunas leyes y algunas políticas favorecen, en primer lugar, la apropiación por parte de los asalariados rurales de derechos ciudadanos negados históricamente, algunos que alcanzan la categoría de derechos humanos fundamentales. Y en segundo lugar, a partir de “sentir” que tienen esos derechos, favorece o facilita el acceso a los mismos.

Aún es insuficiente pero camino se hace al andar.

La ley sobre promoción y protección de la libertad sindical, los Consejos de salarios, el decreto reglamentario del Convenio Internacional sobre salud y seguridad en la agricultura, la ley que regula la jornada laboral (8 horas), la entrega de tierras por parte del Instituto Nacional de Colonización a Sindicatos y organizaciones de pequeños productores familiares, son iniciativas y concreciones que saludamos y se deben defender. Son conquistas.

Sucede también que del dicho al hecho sigue habiendo un buen trecho. Y por algunas debilidades propias y ajenas, estos logros muchas veces, demasiadas, son letra muerta. Las leyes están para ser cumplidas, pero donde no llega la organización sindical, donde no llegan los controles del MTSS, del BPS o del BSE, lo que manda es la tradición, la que sostienen organizaciones como la Federación Rural y la Asociación Rural para las que el peón rural es solo un “costo” en la producción, y a menor costo mayor ganancia. En definitiva, NADA DEBEMOS ESPERAR SINO DE NOSOTROS MISMOS.

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Ahora es la mirada desde Salto, de Héctor Piedrabuena, de los cosechadores de citrus, CITRASITA

Hay que recalcar que no es un día pago más y pago. Es nuestro día. Es el justo reconocimiento a los olvidados de nuestra tierra. A los forjadores de nuestra Patria. Sin el trabajo rural no existiría este País. Somos la fuerza humana que mueve la economía y a su vez genera riqueza y futuro a este paisito.

También sería bueno recalcar el tema de las ocho horas y el Decreto 321, sobre la Salud Laboral de los Rurales. Son las tres leyes que la UNATRA logró. Cuando digo UNATRA somos todos los que siempre estamos. Por ejemplo Antonio, vos, Uruguay Rural, Walter Migliónico y tantos compañeros/as que ya no están más por diferentes motivos. Pero han dejado parte de su vida por el prójimo (UNATRA y Rurales)

Sobre el punto dos hay tanto que decir que no sé por dónde empezar. Nos cuesta enormemente juntarnos. Aún tenemos carencias de todo tipo.

Lamentablemente por problemas políticos y personales hemos perdido a muchos compañeros. Por estos motivos nos cuesta mucho crecer como organización.

Sería de suma importancia contar de nuevo con Uruguay Rural u otra identidad parecida por el tema de apoyo económico, logístico y técnicos. Si hacemos bien las cosas todo es posible. Eso sí hay que tener compromiso y mucho trabajo. Nada cae del cielo en paracaídas.

Tenemos que aprender a usar los MEVIR para nuestro trabajo en el Uruguay profundo. Es ahí donde se puede juntar a la barra. Todo cuesta. Pero cuando empieza a andar el compañero va solo a las reuniones o jornadas.

Otro tema a mencionar: tierras para todos los orientales o sea fomentar más políticas de Estado para lograr tierras para el trabajador rural y su familia.

Ya tenemos mucha tierra y agua en manos extranjeras. Vamos a ser inmigrantes dentro de nuestro propio País. Acá tenemos que darle una mano al Pepe que lo dice por la prensa y apoya este tipo de emprendimientos como también las cooperativas y empresas recuperadas a nivel de los rurales.

Estamos en un gobierno de izquierda y se vendrá otro, si no somos capaces de generar algo para nosotros mismos, no lo logramos más.

Te confirmo que este año o sea el 30 de abril se festeja nuestro Día, en Tacuarembó, en la Localidad de las Toscas de Caraguatá.

Salen micros donde hay Sindicatos Rurales o sea pensamos juntar a muchos compañeros. Para compartir en familia nuestro día, esto quiere decir que te estamos invitando a nuestra fiesta o mejor dicho tu fiesta.

Después de transcribir las miradas comprometidas de estos protagonistas rurales, solo nos resta celebrar juntos un primer Día del Trabajador Rural como un desafío a nuevas conquistas.

Fraternalmente

Ángel Rocha

San José de Carrasco 14.04.13