Reportaje exclusivo de Clajadep desde las 14 haciendas ocupadas por los guaranís en Brasil

09.Feb.04    Análisis y Noticias

Yvy Katu: Centro del mundo. La rebelión de los guaranís.

Escriben para la prensa alternativa: Mónica Olaso y Telmo Carrillo, de Clajadep.

Cuenta el Cmdte. Tacho del EZLN que antes de la rebelión del 1º. de enero de 1994 ya prácticamente nadie conocía Chiapas a no ser por un cartelito en la carretera que indicaba que por ahí se iba, vamos!, y que figurando sólo en algunos mapas la palabra Chiapas, ni siquiera era bien pronunciada por los propios mexicanos. Históricamente ésta rebelión de los zapatistas es la continuación de otras grandes producidas en la zona de los mayas, oscurecidas por la historia oficial … sin forzar comparaciones, la ignota “aldea” guaraní de Porto Lindo, ubicada en el municipio de Japorá, extremo sur del Estado de Matto Grosso do Sul, lindero con Paraguay, en plena cordillera del Mbarakayu. Más exactamente entre el arroyo Jakare´i y el río Iguatemi, hoy el Yvy Katú, tekoha guarani “ampliado” del Porto Lindo tambien empieza a sonar en la media a partir del año nuevo de este 2004, aunque todavía sin la sonoridad de una Realidad, o de un Oventic o un Sakamch´em de los Pobres de Chiapas, donde otros indios tambien encapuchados y armados, ocuparon 14 grandes haciendas de ganaderos y sojeros, simultáneamente, planteando una “recuperación” de territorios ancestrales.

El pasado 3 y 4 de febrero llegamos a la Fazenda San Jorge, del rico paulista Pedro Fernandez, “Agrolak-kue”, hoy Yvy katú, centro del centro del mundo como la mitología guarani denomina a esa región. Saliendo de la ciudad de Iguatemi hacia el sureste, a unos escasos 7 kilómetros se atraviesa el río del mismo nombre por un angosto puente de cemento y ahí mismo en los portones de la tranquera encontramos un cartel escrito con tintas vegetales: Yvy katú.
En el portón ni un alma visible, algunas mantas penden del alambrado.Unas pequeñas pancartas y restos de barricada improvisada, sin embargo, señalan que ahí hubo una accion. Una acción grande. Una ocupación grande. Una recuperación de tierras ancestrales.”Tekoha Yvy Katu. Entrada proibida p/ pessoas estranhas. Indios.” Una calavera y arco y flecha dibujados. Y la otra:”Tekoha Yvy Katu e dos guaranis. Queremos de volta.” Detenidos en el portón descendemos de la camioneta y nos envuelve la tarde con su paisaje serrano. Sólo se escucha el rumor de la corriente de agua y el canto de algunos pájaros. En la floresta cercana alguien se mueve. Un indio se acerca a nosotros. Saludamos en guaraní y quien resultó ser “Sixto” nos contesta y saluda afable pero desde cierta distancia. Quienes somos, que queremos, de donde venimos… nuestras respuestas aparentemente son de su agrado, en su rostro se diseñan unas pequeñas sonrisas orgullosas… nos explica el duro momento que están pasando y se dispone a introducirnos a la hacienda ocupada… en lo que fuera el casco de la misma nos deja esperando… bajo la custodia de una pareja de guaranies… En medio de las edificaciones principales y bajo la arboleda que las rodean mucha gente en movimiento y… tres camionetas de la policía federal!! Los policías armados como para la guerra…y los indios también… en las paredes de las casas más leyendas referidas a la ocupación y el Yvy Katu que se repite y se repite con letras rudimentarias pero igualmente bellas y orgullosamente sonantes al pronunciarlas… diseminadas por el campo de excelentes pastos grupos de vacas … en las elevaciones bajo carpas de plástico negro y ramas de palmas se ven puestos de observación… con nuestros vigilantes compartimos tereré y conversamos amablemente en guarani sobre las repercusiones de su accionar. En general todos los indios con esa actitud tan suya de “mbareté” suave… a poco regresa nuestro “Sixto” con un “yvyra´i yara” y nos explica que en ese momento la “liderancia” está tratando cuestiones principales y no nos puede recibir… que volvamos mañana con un papelito de la “Funai” y si no, tal como llegamos hoy, que seríamos recibidos… ni modo pues, así que nos despedimos, no sin antes desearles éxito en esa lucha que también es nuestra y hacerles saber de la solidaridad moral con que cuentan de parte de muchos de los pueblos indios del Paraguay.
A los pocos metros, la sirena de la policía dándonos el “alto”… detenidos, somos rodeados por cuatro elementos poderosamente armados… sus armas relucientes… revisan la camioneta… interrogan… Mónica (Olaso) les explica que somos “observadores internacionales de paz independientes…” yo por mi lado les digo simplemente “abogado de indios”… (por algo somos veteranos de la Selva de Lacandona) no mostramos signos de temor y cuando les decimos que el caso tiene repercusiones internacionales como que se quedan cortados… de cualquier modo nos “invitan a retirarnos de la hacienda ocupada, definiéndola como territorio en conflicto bajo su exclusiva jurisdicción … y que la Funai ya no tenía parte ni poder en ese asunto”… La Funai es la Fundación Nacional del Indio, organismo estatal dependiente del Ministerio de Justicia.
Regresamos a pernoctar a Amambai, sede de la regional Funai para el sur del Matto Grosso. Al dia siguiente, nos constituímos en la Funai. La funcionaria, “educadora” ella, me pregunta si soy abogado de indios paraguayos o brasileños y le contesto que, que yo sepa, los guaraní no son ni brasileños ni paraguayos… reconoce el error y nos presenta a otro funcionario más ducho, el Cleomar, quien nos atiende deferentemente en ausencia de William Rodriguez, el director con licencia médica. Cleomar se comunica con el antropólogo Homero que estaba en Yvy Katu, enterándole de nuestra presencia. Homero explica telefónicamente que las negociaciones atraviesan un momento muy difícil y que no era el momento adecuado para una visita, que mejor volvamos mañana. Denunciado el trato agresivo que recibimos por parte de la policía federal del Brasil, demandamos que alguien del Funai se pusiese en medio de los indios y de la policía, que consideraba que ese territorio estaba bajo su exclusiva jurisdiccionalidad, haciéndole ver el peligro de no permitir la presencia de observadores independientes en el terreno… luego, sin papelitos de la Funai ni nada, regresamos por nuestra cuenta hacia la cuenca del Iguatemi, en la cordillera del Mbarakayu… por los tapé pyta, caminitos de tierra roja, hacendados y capangas en camionetas de cuatro por cuatro armados recorriendo los linderos de sus tierras “invadidas” y nosotros cruzándonos con ellos… llegamos otra vez al mismo portón secundario del Yvy Katu y sacamos fotos, recorrimos sus linderos sacando más fotos y llegamos hasta el portón principal… saludándonos alegremente con los indígenas que encontrábamos y charlando con ellos les preguntábamos cómo se sentían, cómo estaban y si sentían fuertes para la lucha que queda por delante. Siempre las respuestas fueron muy positivas y la frase más escuchada fue: “Yvy Katu es nuestro, de acá no salimos”. Recorrimos la cordillera hacia el este, llegamos a la aldea de Porto Lindo, visitamos el pueblito de Japorá y dimos por concluído, de momento, el viaje de reconocimiento en el cual vimos a estos guerreros guaraní bien dispuestos para la lucha. Toda una demostración de que los pueblos indios exiten, están vivos y en pie de lucha. La nueva lucha india evidenciando que los viejos y nuevos integracionismos, disfrazados de nacionalismo o universalismo, no han podido desaparecerlos, de que una buena parte de la intelectualidad y de la clase política sigue profesando un liberalismo decimonónico trasnochado. El testimonio de que no son “reliquias vivientes”, sino actores políticos dotados de un proyecto de futuro, culturas acosadas, pero vivas, poseedoras de una enorme vitalidad. En la cordillera del Mbarakayu también se ofician los funerales del indigenismo.

Un poco de historia abreviada.

Nada pudieron los de los “escuadrones” armados por los hacendados para impedir el regreso de los indios a su tekoha, la tierra tradicional, quienes decidieron volver a ellas después de trabajar cortando caña en las fábricas de aguardiente, pintar y reformar casas en centros urbanos, o simplemente mendigar y volverse alcohólicos en ciudades, aldeas y carreteras. Durante mucho tiempo, hace más de cinco años, que líderes, oporaivas- rezadores y shondaros-guerreros vienen midiendo sus fuerzas. En diciembre del 98 ya intentaron ocupar la hacienda Jatobá, cerca de Paranhos, (Ypé jhu del lado de Paraguay). Los del “escuadrón” estaban mejor armados entonces y los indios, pocos. La línea divisoria es seca, no hay ríos que separen Brasil del Paraguay en esas cordilleras del Amambay y Mbaracayu. En 1999 se vivieron otras situaciones semejantes. Matto Grosso do Sul, después del Amazonas, es el segundo estado con mayor población indígena del Brasil. Se calcula que son unos 25 mil guaranis y otros tanto en Paraguay solamente dentro de los departamentos de Amambay, Kanindeyu y Alto Paraná.
Desde 1983 cuando el asesinato hasta hoy impune del cacique Marcial da Souza con cinco tiros en un hospitalito de la Funai en Piracua, provocó una reacción de los líderes seguidas de ocupaciones de haciendas, no se veía nada parecido. Indigenistas y antropólogos habían advertido que esas acciones de recuperación de tierras ancestrales podrían ser apenas el comienzo de un largo y penoso, tal vez sangriento, (lo que no sería novedoso en el Estado) proceso de recuperación de áreas consideradas indígenas. El mayor problema era que todas esas áreas hoy están ocupadas por hacendados de ganado y de soja, desde hace unos 50 años cuando Getulio Vargas, procedió a titular el antiguo fabuloso latifundio yerbatero de la Matte Larangeiras, que llegó a poseer más de 6 millones de hectáreas y a emplear a unas 25 mil personas bajo regimen de esclavitud — los mensú — con verdaderas milicias que penaban severamente a los trabajadores que se ausentaban. La apertura de la carretera hasta Dourados, segunda ciudad del Matto Grosso del Sur, con la instalación de colonias agrícolas y hasta Ponta Porá, transformado en territorio federal por su proximidad con el Paraguay, provocó la llegada de forasteros a la región. Para 1956, 20 empresas poseían 42.000 kilómetros cuadrados, especulando criminalmente con la tierra.
Avasalladoramente, la llegada de los no indígenas puso al mundo guaraní de cabeza para abajo. Tanto en la extracción de la yerba mate como en la construcción de carreteras, los indios habían servido de mano de obra barata, esclava. Mucho más los esperaba. Cuando “conquistaron” el oeste brasileño, los “fazendeiros” sabían de la presencia de los moradores originales. Empero los empujaron para afuera de los alambrados, desparramando el ganado y sembrando pasturas. Tal como los bandeirantes exterminadores, liderados por los matadores de indios, éstos quedaron diezmados, tras ser expulsados violentamente. Así en una frase en portugués pronunciada por un indígena ” O fazendeiro foi chegando e o indio foi saíndo”.
Luego los órganos públicos se encargaron de meterlos en las reservas… era la “política de aldeamento”, agruparlos cerca de centros urbanos como para que con el discurrir del tiempo fueran “integrándose” a la sociedad blanca. En esas reservas, muchas veces más pequeñas que las tierras originales, agrupaban a familias y caciques diferentes, mismo de diferentes etnias… el sistema económico, familiar y religioso de los guaraní, que está ligado intrínsecamente a aquella tierra original, fue inviabilizado…
Oficialmente, los guaranis ocupan hoy unas 40.000 hectáreas en el Matto Grosso do Sul, lo que da 1 hectárea y media por persona… en ese espacio el indio debe cazar, plantar, pescar, soñar, danzar y rezar…
Los choques entre familias diferentes alentadas muchas veces por los blancos, el alcoholismo embrutecedor, el desempleo, la violencia interna, las peleas por la posesión de las tierras… y a pesar de todo y contra cualquier pronóstico (y esto es una buena noticia), el aumento de la población, todo se suma para reducir aún más las ya pequeñas reservas. En Campestre 524 indios se aprietan en once hectáreas ( 47 indios por hectárea). En 1955 esta dramática situación llevaba a los indígenas al suicidio. 56 indios se suicidaron. En 1996, 28
guaranis se quitaron la vida. Algunos antropólogos definieron el fenómeno como una “rebelión cultural silenciosa”, una respuesta extrema al nuevo modo de vida impuesto por los blancos. “Se nao fizerem alguma coisa por nós, é melhor apagar o sol” llegó a decir entonces el cacique Amilton Lopez de Piracua.

Las reuniones.

En la mayor tierra guaraní del Brasil el sol se apagó para muchos indios. Estas historias movieron a los indios a acelerar el proceso de retomar las tierras. Los caciques están convencidos de que sólo con más tierras cesaran estas muertes autoprovocadas. La decisión de recuperar las tierras ancestrales fue aprobada y reafirmada en innumerables ocasiones en los Aty guasú, o grandes asambleas, de todos los caciques y oporaívas en las áreas guaranies. Unos pocos indigenistas, antropólogos y hasta algunos funcionarios de la Funai los apoyan. Tal fue el caso de José Nilton, de Funai Amamabai, que atendía a los guaraníes del sur del Matto Grosso do Sul, acusado de malversación del presupuesto por alimentar a doscientos indios que habían desalambrado y ocupado una hacienda. Según los ganaderos y sus políticos, José Nilton debía haber hecho todo lo posible por expulsarlos. José Nilton fue finalmente destituído. Que en fin, según el pensamiento de los ganaderos de la frontera con Paraguay, los funcionarios de la Funai son todos “unos vagabundos.” En el municipio de Antonio Joao, los indios decidieron invadir el Cerro Marangatú, considerado por ellos como tierras tradicionales. Los pocos antropólogos del Estado (pese a la importante presencia indígena en Matto Grosso no se estudia la carrera. En Paraguay tampoco, qué coincidencia!! N. de los autores) concuerdam en que esas tierras efectivamente son de pertenencia de los pueblos indígenas.
En el discurso de los ganaderos se explica que existe una gran conspiración en marcha, una especie de estrategia que envolvería a organizaciones no gubernamentales e indios del Brasil y del Paraguay. La idea central sería la creación de un territorio supranacional guarani, aproximadamente unas 25 mil hectáreas, avanzando sobre la frontera de los dos países. Una “República guaranítica” sin jesuítas! También corre la bola de que todas estas retomas de tierras están alentadas por no indígenas infiltrados. Mientras tanto, a más de1.500 kilómetros de las “cosas de Brasilia” y aproximadamente a 700 km. de las “cosas de Asunción” la tarde de este 4 de febrero va muriendo en esta cordillera del Mbaracayu… el cielo nublado, los motivos del trueno y del rayo vaticinan segura tormenta… y es que son tiempos borrascosos, pero que tienen, que traen y que están llenos de esperanza.

Las haciendas de la frontera transformadas en Tierra buena: Yvy katu.

Por las calles de la ciudad de Iguatemi, en las aceras y lanchonetes de Iguatemi, los empleados expulsados de “Agrolak kue” fazenda San Jorge, la Paloma y Remanso Guasu de los ricos señores Pedro Fernández, Segundo Silva y Flavio Teles de Meneses y de otras once fazendas deambulan junto a parientes y policiales uniformados y no, clamando al cielo el atropello sufrido en sus propiedades, preparando manifestaciones para concientizar a la población sobre el “sagrado derecho a la propiedad privada”. La Famasul (Federación de la Agricultura y la Pecuaria de MG), la Acrissul (Asociación de criadores de MG) y otras instituciones de los rurales intentan conseguir gente para la manifestación a realazos.
El gobernador “Zeca”, del PT, correligionario de Lula llama desesperadamente a su presidente para que a su vez se comunique con Nicanor, “tendotá-í” paraguayo de vacaciones en las playas del Atlántico. Lula y el jefecito Nicanor, en un paréntesis vacacional, planifican represión… 600 elementos policiales militarizados y helicópteros se movilizan desde Brasilia y Río de Janeiro… el Batallón de Novo Mundo se reestructura enrolando nuevos y más efectivos, los bomberos de Tres Lagoas permanecen en estado de alerta las 24 horas del día. Por Amambai, Takuru, Iguatemi, Japora, Novo Mundo, Dorados, Sete Quedas, patrullan policías de la Dof, policías civiles y militares, y Policia Federal . “A populacao pode ficar tranquila em relacao a seguranca” declara a la prensa el coronel Edson Aldes Severino.

Cerca de alli, los nombres inventados por los blancos para esta docena y pico de fazendas cercadas con alambradas, algunas electrizadas, en torno a las plantaciones de soja y pasto para el ganado no sirven: por allí, hasta donde el ojo alcanza con su mirada, la cordillera del Mbarakayu, cerca de 8 mil hectáreas es Yvy Katu. Pintados para la guerra con urucu, carbón y jenipapo, arcos y flechas y adornados con plumas, algunos encapuchados, los guaranis se enseñorean de sus tierras recuperadas. Han vuelto a bailar en ellas, danzando el jeroky, entonando cantos sagrados, batiendo maracas y sonando los takuapu. En muchos kilómetros a la redonda y desde hace tiempos inmemoriales no se ha visto una organización así. La movilizacion puede durar mucho tiempo.

En instancias judiciales mientras tanto, la jueza convocada del Tribunal Regional Federal de Sao Paulo, Ana Pezarini con respecto al recurso planteado por los hacendados reitera en su decisión que la salida de la ocupación por los indios debe ser consensuada, reforzando lo resuelto por la jueza inferior Consuelo Yoshida, que apunta a la liberación de las haciendas, pero al mismo tiempo a la permanencia de los indios en las propiedades. La desocupación judicial originalmente debió producirse el pasado 21 de enero, pero fue prorrogado por 20 días, dejando la nueva fecha para el desalojo al 10 de febrero próximo. Por otro lado, los Procuradores de la República Charles Mota Pesoa y Ramiro Rockembach da Silva están negociando la salida de los guaranis de las 14 haciendas ocupadas. El antropólogo de la Funai, Homero, permanece en Japorá negociando también. La dificultad, según el Procurador Mora es que no existe “uma liderancia general que responda por todos os indios, alguem com quem negociar”. El Procurador debe negociar con treinta o sesenta líderes simultáneamente, según el caso, y eso según él, “dificulta las conversaciones.”

Sectores de la sociedad civil se mobilizan en Campo Grande para apoyar la justa causa de los pueblos indígenas y últimas noticias dan a conocer que la gente en Curitiba y otras ciudades del Brasil también, se aprestan a visitar la zona de conflicto a fin de garantizar los derechos de los indios. La idea es pedir la urgente demarcación de las tierras a favor de los guaranis.

Entre la prisa y la paciencia.

En la hacienda “Agrolak kue”, el Yvy Katu, los caciques se encuentran en asamblea permanente. Tienen prisa, critican la Justicia blanca y avisan que si vienen están prontos a morir por esas tierras. Ya lo habían advertido el indio”Teyu” y la india Kuña Yboty. La gente no va a salir dice el primero, y ella que estan dispuestos a regar el suelo una vez más con su sangre. Los de la Funai piden paciencia, intentando dar satisfacciones sobre la demora en la demarcación de las áreas.

La ocupación de los guaranis de Porto Lindo (Japorá) es la primera que los mismos promueven desde la muerte del cacique Marcos Verón el 13 de enero del año pasado en el municipio de Juti, en el tekoha Takuara o ex hacienda Brasilia do Sul. En Yvy Katu los guaranis locales son apoyados por grupos venidos de otras zonas de la región, y mismo de guaranis del Paraguay. El objetivo es apurar el proceso de demarcación de la reserva o aldea superpoblada de Porto Lindo, concedida en 1928 por el antiguo Servicio de Protección al Indígena, hoy desaparecido. El dossier de identificación de las tierras está en trámite en el Funai de Brasilia, tras haber sido devuelto a los especialistas para ajustes a las normas exigidas por la legislación.

A pesar de estos y otros trámites previstos en el dossier (publicaciones oficiales, réplicas de los propietarios afectados, contraréplicas, resoluciones en primeras y segundas instancias ministerales, pago de indemnizaciones, etc.etc.) los indios sustentan sus movilizaciones para luchar por mucho tiempo, antes de que el Estado brasileño resuelva el conflicto que el mismo ha creado al instalar colonos blancos por ahí. En todo el Centro del Mundo, como la mitología guarani denomina esa región, aún hay y habrá diversos conflictos prontos a explotar, por lo que no se extrañen de que en los próximos relatorios fechemos estos informes “desde algún lugar de la Cordillera del Mbarakayu…”.
Nos vemos en julio en Santa Cruz, Bolivia, junto a diversos movimientos sociales en el Segundo Encuentro Continental de Derecho Alternativo, Tierra y Territorio.
Luque city (Py), 6 de febrero de 2004.
Mónica Olaso et
Telmo Carrillo chetelmo@caramail.com