3-Algunas sugerencias para construir huertos escolares
Introducción
Los huertos escolares presentan características especiales, ya que no son solamente un espacio para sembrar y cosechar alimentos sin dañar el entorno. En los huertos escolares se manifiestan las siguientes particularidades:
* Se realiza en un proceso participativo voluntario donde los escolares se organizan en grupos, todas las ideas y opiniones se toman en cuenta, y las
decisiones se hacen colectivas.
* Se asumen las tareas en conjunto con integración de maestros, familiares y la comunidad. Se socializa el trabajo, las responsabilidades y se planifican las acciones.
* Se difunden herramientas pedagógicas que apoyan la docencia de la escuela. Se desarrollan capacidades y se crean valores éticos de convivencia y protección al medio ambiente.
* Se aprende a conocer y apreciar el valor de los alimentos y la alimentación saludable.
* Se trabaja al aire libre con una mayor aproximación a la naturaleza y se contribuye a eliminar el sedentarismo.
Los pasos a seguir
* La creación del grupo escolar y sus características
El primer paso consiste en la creación del grupo escolar con los escolares y maestros interesados, donde estos últimos actúan como facilitadores. Así, de manera voluntaria, se produce la primera reunión o taller participativo donde se crea el grupo, se define qué hacer y se comparten ideas. Se establecen los compromisos. Todo parte y se decide en el grupo.
* Planificación de las acciones y socialización de las tareas
huertosLas acciones a realizar se planifican y priorizan para coordinar mejor las acciones.
Los huertos escolares tienen sus características propias, ya que se requieren resultados rápidos para mantener el impacto en los escolares. El trabajo en el huerto es complementario a las obligaciones docentes. Por otra parte, los escolares no están permanentemente en las escuelas y los periodos de vacaciones pueden ser prolongados. A su vez, se producen cambios rápidos en los cursos y las edades que pueden afectar la permanencia del huerto y los cultivos en diferentes épocas del año.
En esta etapa de planificación y socialización de las tareas, se realizan acciones de motivación para lograr la socialización con el apoyo entusiasta de la escuela y la participación de padres, familiares y de la comunidad.
En la planificación de los huertos escolares se recomienda tener presente utilizar escasos recursos, bajos insumos y aplicar métodos naturales, biológicos y orgánicos que no impliquen la introducción de productos tóxicos.
* Localización de lugar o espacio para hacer el huerto en la escuela o sus alrededores
La localización del lugar o el espacio disponible donde se puede asentar el huerto es conveniente que tenga un carácter permanente, pero no siempre presenta las condiciones óptimas y es importante estar dispuestos a movilizarnos para efectuar limpiezas y otros trabajos previos.
* Diseño del huerto
huerto esolarEl diseño del huerto es un momento especialmente importante para el grupo del Huerto escolar. Se requiere analizar bien y discutir amplia y profundamente qué queremos hacer, cómo lo queremos hacer, cuáles son las condiciones naturales y los recursos que tenemos para comenzar nuestro huerto. El diseño es uno de los principios más esenciales de la Permacultura y constituye una guía racional para la acción, para ello es conveniente si es posible asesorarse con un especialista.
Se recomienda hacer un mapa o un croquis de cómo concebimos el huerto en sus diferentes etapas de desarrollo con localizaciones concretas de los cultivos de acuerdo con las características de los cultivos y la parcela, la fuente de suministro de agua, localización del compost, etc.
* Localización de herramientas, fuente de agua e insumos
Antes de la preparación del terreno del huerto se hace necesario la localización de las herramientas, la fuente de suministro de agua y los insumos de semillas, posturas u otros recursos.
* Preparación del terreno
El terreno requiere una preparación que no consiste solo en la limpieza de escombros. Se hace necesaria la construcción de las camas o canteros para la siembra con la orientación correcta, los senderos de acceso, disponer de abonos orgánicos o compost preparados con anticipación, sembrar cercas vivas si fuera preciso y otras acciones.
* La siembra y atención al cultivo
huertos escolares La siembra se realiza a partir del consenso de los escolares con respecto a los cultivos que desean plantar en el huerto. Es aconsejable en el establecimiento de los huertos escolares seleccionar cultivos de crecimiento rápido que estimulen a los niños y jóvenes a permanecer participando activamente en el huerto. El proceso de siembra se realiza teniendo en consideración los hábitos alimentarios, las características de los cultivos, las condiciones ecológicas de lugar, la disponibilidad de semillas y posturas, así como de agua y abonos orgánicos. En la siembra la selección de semillas de calidad es muy importante porque todo parte de la semilla. Asimismo, debe respetarse la época óptima y es aconsejable establecer un calendario de siembra que nos permita de acuerdo con el desarrollo de cada planta tener siempre cultivos en diferentes etapas de crecimiento que nos garantice una continuidad de los productos que se cosechan. Además, se tiene en cuenta sembrar cultivos diversos de plantas acompañantes que ejerzan múltiples funciones como, por ejemplo, la introducción de plantas aromáticas y medicinales, la rotación de los cultivos y sus condiciones de manejo, así como la rotación para no sembrar siempre las mismas plantas en los mismos lugares.
Por otra parte, la atención a lo que hemos sembrado implica cuándo regar, la vigilancia de las plagas, las malas hierbas y otros factores.
* Cosecha
La operación de la cosecha es una de las más estimulantes porque se recoge el fruto de nuestro trabajo. En los huertos escolares que por su naturaleza son de pequeña y mediana dimensión, la cosecha se realiza escalonadamente en consecuencia con la siembra que hemos realizado, lo que facilita el trabajo de los niños y jóvenes.
* Destino de la cosecha
huertoUn aspecto importante es considerar qué destino se va dar a los alimentos o a las plantas útiles que hemos sembrado, cultivado y cosechado entre todos. En este sentido, se recomienda la socialización de su distribución y consumo, y que se logre un impacto no solo en la alimentación sino también se tome la cosecha como un elemento educativo y pedagógico, por ejemplo: el valor nutricional de los alimentos, el valor medicinal, aromático y biológico de las plantas, la realización de talleres para la elaboración o conservación de alimentos, demostraciones en clases y otras posibilidades.
4-Reforestando parterres
El vocablo parterre de origen francés se utiliza para identificar jardines, por lo general planos, los cuales se diseñan con diferentes elementos como arbustos, flores, hierbas, caminos, piedras, céspedes y otras siembras. Los parterres se desarrollaron durante el Medioevo y alcanzaron gran éxito en los famosos parterres del Palacio de Versalles.
En muchos países, con el desarrollo acelerado del urbanismo, en gran número de ciudades nuevas o viejas, existen pequeños espacios de áreas verdes completamente despobladas de vegetación alrededor de las aceras en las calles aledañas a las viviendas individuales o en edificios múltiples de zonas comunitarias barriales, áreas que en su conjunto forman grandes extensiones de tierra. En Cuba, se identifican los parterres principalmente por estos espacios de tierra que predominan en las ciudades.
La reforestación de estos parterres con árboles de baja talla o arbustos ha constituido un objetivo del Proyecto Comunitario de Conservación de Alimentos desde su fundación, para lo cual se han movilizado principalmente los niños en sus barios y comunidades, los que se han dado a la tarea de sembrar.
No caben dudas de que estas labores locales de reforestación fomentando arboledas comunitarias con la siembra de árboles alrededor de casas, escuelas, parques y otros espacios yermos, presenta muchos beneficios directos e indirectos para todos:
* Proporciona alimentos y plantas útiles
* Produce beneficios ambientales
* Genera la absorción de carbono, oxigena y evita el calentamiento atmosférico.
* Embellece el hábitat
* Origina sombra
En estas actividades de reforestación de parterres aledañas a las aceras hemos tenido en cuenta que son áreas que por lo general no tienen una atención directa de los vecinos de la comunidad y en la etapa inicial de reforestación se requiere atención continua hasta su establecimiento. Así, en este sentido, se ha promovido la participación comprometida de los niños del vecindario que con su entusiasmo y dedicación posibilitan el éxito de las acciones. Un niño que siembra un árbol, lo cuida, lo ve crecer y producir frutos, por lo que se siente orgulloso de su trabajo.
También en el diseño para la reforestación de estos parterres se consideran los siguientes factores:
* Selección de árboles o arbustos de baja talla que no obstaculicen las aceras y viviendas aledañas con el crecimiento de sus raíces.
* Selección de especies botánicas adaptadas y resistentes a nuestro ambiente, preferentemente autóctonas, de fácil reproducción y de rápido establecimiento, crecimiento y producción.
* Selección de árboles o arbustos que requieran mínimo mantenimiento para su cultivo.
* Selección de plantas que por su forma contribuyan al embellecimiento de la comunidad.
* Selección de especies que produzcan frutos de cosecha accesible, beneficios evidentes y de gustosa aceptación por la población.
5.El huerto orgánico de hortalizas
El cultivo de plantas en patios, huertos o jardines, es casi tan antiguo como los inicios de la agricultura cuando los pobladores de nuestro planeta comenzaron a domesticar las plantas que le servían de sustento, transitando así, desde un modo de vida recolector de los alimentos que les daba la naturaleza hacia estadios superiores de desenvolvimiento. Dejaron entonces de luchar por la subsistencia para alcanzar la calidad de vida superior que les proporcionaba producir sus alimentos y lograr ciertos excedentes que le garantizaran el crecimiento demográfico y el desarrollo social. Así, los orígenes del cultivo de plantas comestibles como las hortalizas y otras de uso medicinal, tiene una historia de más de 5 000 años.
En los jardines colgantes de Babilonia, vinculados a las primeras culturas mesopotámicas de huertos y jardines, construidos sobre terrazas hacia el año 600 antes de la era cristiana, a diferencia de los que muchos creen, crecían cebollas, pepinos, berenjenas y otras hortalizas. Asimismo, en los jardines egipcios, mucho más antiguos que los de Babilonia, no podían faltar las cebollas aunque se cultivaban también otras hortalizas como los ajos, los rábanos y los melones, plantas medicinales, aromáticas y ornamentales. Por lo general, estos jardines eran espacios cerrados rodeados de paredes o murallas.
La jardinería en huertos, patios y otros espacios, se introdujo en Europa desde Egipto a Grecia durante la época de Alejandro Magno y se fue expandiendo más tarde, a medida que crecía el Imperio romano. La influencia árabe también se hizo sentir con la introducción del islamismo en España.
En los jardines romanos, construidos en las villas rústicas y urbanas como una prolongación de las casas, se encontraban plantas nativas e importadas, entre ellas las hortalizas: coles, ajos puerros, cebollas, lechugas, nabos, pepinos, melones, remolachas, zanahorias y algunas más, plantas aromáticas, medicinales, pequeños árboles frutales y otros cultivos.
Más adelante, en la Edad Media, no se produjo la proliferación ni diversidad de hortalizas en las mesas de las familias, ni siquiera en las casas de los ricos. Sin embargo, florecen los jardines o huertos en los monasterios, encerrados sobre muros o paredes con setos divisorios y cultivados por los monjes. En estos jardines de estructura geométrica, prevalecían las hortalizas, los árboles frutales y las plantas medicinales.
No es hasta el Renacimiento cuando el consumo de hortalizas toma la importancia que merece y se populariza su cultivo, principalmente en áreas periurbanas donde las familias y los horticultores poseían sus huertos. Los horticultores llevaban sus producciones a los mercados públicos de las ciudades que resultaban centro de grandes atracciones. También se producían hortalizas en los grandes castillos de la nobleza.
Con el Renacimiento surgió también el cultivo de los huertos y jardines como motivo de recreación, de placer y se produjo una mayor diversidad, así se introdujeron combinación de flores, plantas ornamentales, árboles frutales, de sombra, hortalizas, plantas aromáticas y medicinales.
Hacia finales del siglo XVII, en los jardines del palacio de Versalles se cultivaban numerosas hortalizas como un ejemplo de la popularidad que alcanzaron en el esplendoroso mundo de entonces.
Pero la historia del cultivo de plantas útiles en patios, huertos y jardines, no se limita al Cercano Oriente, Europa y el Sudeste asiático, sino que, es un hecho conocido que en el continente Americano, en particular en América Central y Sudamérica, se cultivaban las especies autóctonas que más adelante iban a revolucionar en otros continentes la producción agrícola como por ejemplo la papa, el maíz, el tomate y otros cultivos.
Quizás entre los ejemplos de los jardines más famosos de América están los de Xochimilco donde los aztecas construyeron dos siglos antes de la conquista de los españoles, sobre lagos, jardines flotantes en islas artificiales o chinampas para cultivar maíz, hortalizas, flores y otras plantas que le servían de sustento o que transportaban a través de canales para su venta en Tenochtitlan.
A partir del siglo XVIII, con el crecimiento de las grandes ciudades, es que alcanzan mayor importancia las hortalizas, para lograr un volumen de producción que les permite pasar del patio familiar al cultivo comercial especializado y convertirse en cultivos económicos que más tarde, con la influencia de la Revolución Verde en el mundo occidental, se mantienen en explotaciones especializadas intensivas.
En todo este proceso de desarrollo social, que en mayor o menor grado se va produciendo en todos los países del planeta, también aparece un fenómeno que se hace cada vez más patente; por una parte la degradación y contaminación de la tierra en que vivimos y cultivamos los alimentos y por otra parte, la producción de alimentos explotados intensivamente e industrialmente, impregnados con sustancias químicas artificiales que producen daños a la salud de las personas que los consumen y grandes daños ambientales.
Esta situación ha llegado a un punto tal que está permanentemente presente en el orden del día la pregunta ¿podremos alimentarnos todos, saludablemente, sin comprometer el mundo del siglo XXII y las futuras generaciones?. Es, en este orden de cosas, que toma cada día más fuerza y vigencia la agricultura orgánica, es decir, la producción de alimentos sin el empleo de productos artificiales, lo cual no implica volver a las sociedades primitivas ni renunciar a los principales adelantos de la ciencia agrícola.
El huerto orgánico de hortalizas, especialmente cuando se explota en pequeños espacios de tierra, puede ser cultivado intensivamente y si se añaden los ingredientes de amor, conocimientos e inteligencia, logra ser un espacio muy productivo tanto para los que lo tienen en sus hogares como para los que lo explotan comercialmente. Para las familias que poseen huertos, constituye además, un modo de recreación, el disfrute de un estilo de vida sano y una manera de integración de toda la familia en actividades productivas. Es a su vez, un orgullo para la familia que disfruta trabajando en el huerto, consumiendo y conservando esta producción de alimentos naturales.
Una explicación de las técnicas de manejo de cada uno de los principios básicos elementales para el desarrollo exitoso del huerto orgánico de hortalizas, evidentemente, no es posible en ese breve espacio. Sin embargo, no podemos dejar de realizar un comentario general, ya que se trata de obtener un máximo de producción con el mínimo de trabajo posible, aprovechando todos los recursos naturales disponibles, tratando de devolver a la tierra y al ambiente todos los recursos que se han extraído en beneficio de los hombres y las mujeres que los disfrutan.
Un resumen de los principios elementales para el cultivo de hortalizas en el huerto orgánico se puede resumir como sigue:
* Realizar un diseño del huerto con la utilización de los recursos propios disponibles, orientación adecuada, estructura de los canteros y buena planificación del huerto.
* Tratamiento restaurador del suelo con abonos verdes, abonos compuestos (“compost”) u otros fertilizantes naturales.
* Selección de semillas, posturas sanas y de calidad.
* Diversidad de plantas.
* Siembra de cultivos en asociación o plantas acompañantes.
* Control orgánico de plagas y enfermedades.
* Fomento de animales beneficiosos protectores del huerto.
* Utilización racional del agua para regadío.
* Control orgánico de malas hierbas.
* Rotación de cultivos.
* Manejo adecuado de la época de siembra, cosecha, distancias, trasplantes, etc.
* Registro, lo mejor posible, de los datos de producción e incidencias para analizar y superar deficiencias o excesos.
6. EL HUERTO EN CONTENDORES
El huerto en contenedores es muy apreciado y cultivado cuando se dispone de
pequeños espacios para la siembra o se desea mantener las plantas circunscritas en espacios limitados con el objetivo de que no se expandan en nuestros huertos. Son frecuentes los diseños de estos huertos en balcones, terrazas, azoteas, patios cementados y otros espacios en ciudades o zonas periurbanas. Pero también se emplean elementos de estos diseños en áreas de tierra más o menos extensas para delimitar las plantas.
Los contenedores pueden presentar tantas formas y tamaño como nuestra
imaginación y creatividad lo permita, no existen reglas, digamos contendores en macetas, tiestos, cubos o diferentes baldes. Asimismo, los materiales que se utilizan son también de múltiples orígenes como el barro, la madera, troncos de árboles, hormigón, plásticos, gomas o llantas, tuberías, diversos materiales reciclados, etc., etc.
Los huertos en contenedores son por lo general bellos y muy originales, además de proporcionar beneficios de todo tipo a sus dueños si se cultiva una gran variedad de plantas.
Las plantas a sembrar son muy variadas, desde las ornamentales hasta las
medicinales, aromáticas, diferentes hortalizas y pequeños frutales. Una combinación de todas es muy apropiada, ya que resultan en plantas acompañantes que se benefician unas a otras, diversifican y embellecen nuestro huerto con su colorido, utilidad y belleza.
Un aspecto importante es la selección de los contendores de acuerdo con las
características de las plantas que vamos a sembrar y mantener en estos huertos. Así por ejemplo, las plantas aromáticas o condimentosas, por lo general son perennes y de raíces poco profundas, necesitan poca profundidad (20 a 30 cm) y se puede controlar fácilmente el espacio que ocupan, alrededor de 30 a 50 cm. Algunas de ellas son ideales para contenedores como la albahaca, cebollinos, mejorana, tomillo, mentas, hinojo, eneldo y otras. Asimismo, las plantas de uso medicinal como las conocidas en Cuba por los nombres de tilo (Justicia pectoralis), caña santa (Cymbopogun citratus), manzanilla criolla cubana (Matricaria recutita), etc., son
también apropiadas para ser cultivadas en contenedores.
Por su parte, un gran número de hortalizas de diferentes tipos, sean de hojas (lechuga, acelga, espinacas, coles), bulbos (ajo, cebollas, ajo puerro), raíces (rabanitos) o frutos (ajíes, tomates) entre otras, se cultivan bien en diferentes tipos de contenedores de poca profundidad con 25-30 cm aproximadamente. Plantas trepadoras como el pepino, algunos frijoles, habichuelas, la falsa espinaca de Malabar y otras necesitan además algún sostén que le sirva de enredadera.
Algunos frutales como higos, cítricos, guayaba enana, papaya y algunas cerezas, se pueden cultivar en contenedores a profundidades de 60 a 90 cm. Sin embargo, las frutas de fresas que se cosechan anualmente como hortalizas, requieren muy poca profundidad, solamente alrededor de 20-30 cm.