La Palabra de Dignidad se Posesionó en la Plaza de Bolívar
Tejido de Comunicación ACIN - 26 de Nov/2008
“La minga no termina aquí, la minga continua con su llamado, despertando conciencias y unificando esfuerzos, compartiendo los dolores, caminando la palabra sin mirar fronteras ni limites, pues la esperanza de vida trasciende a todos los espacios, y todas y todos somos responsables de cuidar y crecer esta criatura que hoy acaba de nacer”. Afirmó Ezequiel Vitonás, líder indígena, quien presentó a la minga el plan de trabajo para continuar caminado la palabra.
Las voces de resistencia y dignidad resonaron una y otra vez en la plaza de Bolívar, los casi 40.000 participantes de la minga no cesaban de aplaudir y gritas vivas. Unos, los caminantes de la palabra, satisfechos por la labor cumplida y los invitados de la capital, emocionados y ansiosos al escuchar el mensaje de esperanza que la minga camino hasta la plaza de Bolívar.
Hacia las 9:00 a.m., la minga salió a caminar la palabra desde la sede de la Universidad Nacional hasta la plaza de Bolívar. Los Kiwe Theng¨zas (guardianes del territorio), encabezaron la marcha y rodearon con sus bastones lado a lado la vía por donde caminaban los mingueros. El río humano inundó las calles de Bogota, desbordando sentimientos, aplausos y voces de apoyo.
Los caminantes ondeaban sus banderas, exhibían sus pancartas, gritaban una y otra vez sus consignas e invitaban a todos los Bogotanos y Bogotanas a caminar la palabra en la minga.
Cuando la minga llegó, la plaza ya estaba acondicionada; la tarima, el sonido y los baños ya estaban listos. Todo estaba dispuesto para que los caminantes se instalaran y posesionarán la palabra de esperanza y vida en el corazón de la capital.
Al llegar a la plaza, el Tata Wala ¡Padre Trueno! saludó fuertemente la minga, indicando que las palabras que allí se iban a pronunciar, llenarían de esperanza todos los corazones y marcarían el camino de unidad, por tal razón debían ser palabras sabias y sinceras.
Con el himno nacional y el himno al pueblo Páez, se inició formalmente el acto público, la palabra de dignidad del movimiento indígena, del sector campesino, de la comunidad afrodescendiente, de los estudiantes, los sindicatos y sectores populares, resonó por toda la plaza.
Igualmente se escucharon voces de admiración y apoyo de las delegaciones internacionales de Suecia, Noruega, Bolivia y Ecuador, quienes no pudieron ocultar su gran emoción ante la muestra de dignidad de los caminantes. Asimismo, expresaron su gran preocupación por las diversas violaciones de derechos humanos que se dan en nuestro país y por el desconocimiento de esta realidad en otros lugares del mundo.
El acto central del evento estuvo marcado por el pacto de unidad de la minga, pacto entre las organizaciones sociales y el movimiento indígena, acuerdo de dignidad y de trabajo mancomunado, trabajo donde todos aportan y todos se benefician de los frutos de esta minga de unidad. Pacto para la consolidación de la agenda común de los pueblos, donde se reflejen todos los dolores y las esperanzas de un pueblo oprimido y cansado de la injusticia en nombre de la justicia.
Los estudiantes manifestaron sus temores, sus dolores y su inmensa esperanza en la minga, los corteros hablaron de su sufrimiento y de su decisión inquebrantable de continuar caminando la palabra. Los campesinos, afrodescendientes e indígenas, compartieron la belleza de sus territorios, hablaron de la montaña, del río y la llanura. También del dolor que se siente cuando la tranquilidad de los territorios se interrumpe con los sonidos de la guerra.
Los sindicalistas y trabajadores, compartieron con la minga, las tristezas y dolores de los pueblos y ciudades, hablaron de la esclavización laboral, de la miseria manifiesta en los mendigos de la calle, en los niños que deambulan pidiendo una limosna de vida a la caridad de los transeúntes, hablaron del dolor de las madres que han visto desaparecer sus hijos bajo las balas de la impunidad y el silencio.
Después de escuchar y compartir los dolores y sueños de los caminantes de la palabra, se presentó a la minga el plan de trabajo para continuar construyendo el camino de unidad y consolidar la propuesta de vida digna para los pueblos.“La minga no termina aquí, la minga continua con su llamado, despertando conciencias y unificando esfuerzos, compartiendo los dolores, caminando la palabra sin mirar fronteras ni limites, pues la esperanza de vida trasciende a todos los espacios, y todas y todos somos responsables de cuidar y crecer esta criatura que hoy acaba de nacer”. Afirmó Ezequiel Vitonás, líder indígena, quien presentó a la minga el plan de trabajo para continuar caminado la palabra.
La minga manifestó su interés y decisión incansable de seguir construyendo la propuesta de vida y unidad para los pueblos, frente a la realidad de muerte que se vive en los campos y ciudades de nuestro país. Es así, como el mensaje de esperanza de la minga, se convierte en promesa de vida para todas y todos los colombianos que luchamos por un país diferente.