Cuencas hidrográficas degradadas. Pobladores se organizan ante contaminación de los ríos de la Patagonia norte.
28-02-09, Por Hernán Scandizzo
Pobladores y organizaciones sociales y ambientales de las provincias de Río Negro, Neuquén y Buenos Aires, donde se levantan las principales ciudades y polos industriales de la Patagonia norte, realizan una serie de actividades de incidencia política para poner freno a la degradación de la cuenca hidrográfica que los provee de este recurso.
La cuenca hidrográfica conformada por el lago Nahuel Huapi y los ríos Limay, Neuquén y Negro abarca una superficie de 140,000 km², que constituye cerca del 5% del territorio argentino y donde vive casi un millón de personas que beben sus aguas.
En su geografía conviven, no sin conflicto, importantes centros turísticos -como la ciudad de Bariloche-, una de las principales zonas hidrocarburíferas (la cuenca Neuquina), la mayor producción de peras y manzanas, y siete represas que generan electricidad para la mitad del país. Estas actividades degradan las aguas que bajan de los Andes.
En marzo del 2008, los pobladores de la zona constituyeron la Unión de Asambleas de Ciudadanos por la Sanidad de la cuenca del lago Nahuel Huapi y los ríos Limay, Neuquén y Negro.
“El concepto de cuenca nos remite a funcionar con una lógica que tenga en cuenta que lo que hace una población en cualquier zona de la misma repercute necesariamente en todas. Esta lógica ambiental basada en el concepto de ecosistema demanda un funcionamiento integral de todos los ámbitos políticos y judiciales que deben garantizar la sanidad de la cuenca”, postula la Unión de Asambleas.
Además de organizar festivales artísticos y de distribuir informes con los que intentan llegar al resto de la comunidad, los asambleístas promueven políticas públicas y monitorean tanto a los gobiernos municipales y provinciales como a la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) -integrada por representantes del gobierno nacional y de las provincias comprendidas-, los interpelan a través de pedidos de informes y promueven acciones judiciales. Un ejemplo es el recurso de amparo que la Unión de Asambleas presentó en octubre del 2008 -junto a diputados provinciales- contra la empresa Aguas Rionegrinas SA, el Departamento Provincial de Aguas y la AIC por el no funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas residuales de la ciudad de Viedma, capital de la provincia de Río Negro, que se traduce en el vertido directo de residuos cloacales al río del mismo nombre.
Uso y abuso
“La cuenca del río Negro no presenta actualmente el grado de deterioro ambiental de otras zonas de nuestro país y del mundo”, señala la AIC en su sitio web. “No obstante en los centros poblados con cierta densidad poblacional han comenzado a aparecer problemas puntuales ocasionados por residuos domésticos e industriales. En las áreas rurales la contaminación producida por algunas actividades extractivas comienza a ser relevante”.
Este organismo, responsable del uso y preservación de la cuenca, está en la mira de la Unión de Asambleas. En un informe presentado en el Foro de Concejales Patagónicos -realizado el 27 y 28 de noviembre en Carmen de Patagones, en el extremo sur de la provincia de Buenos Aires- detallaban: “Por inadecuadas, las normas y el sistema para el control sanitario del agua de la cuenca están convenidas para permitir su actual proceso” de polución. Por tal motivo impulsan la promulgación de un “Nuevo Protocolo para el Control Sanitario”, formulado a partir de que “los efluentes cloacales e industriales sean analizados antes de que se diluyan y esparzan en el agua del río”.
En dicho protocolo plantean la necesidad de elevar la cota mínima de las represas de 300m³ por segundo que es actualmente a 900m³, ya que las represas regulan el caudal de los ríos Limay y Neuquén según la necesidad del mercado eléctrico. Esta reducción y su estancamiento producen un incremento en la temperatura de las aguas, propiciando la proliferación de fitoplancton y algas que al descomponerse contribuyen a su eutrofización, o pérdida de oxígeno.
Mapa de la verdad
En el informe dado a los concejales patagónicos, la Unión de Asambleas resaltaba “la desinformación ciudadana respecto de los diversos focos de contaminación agroquímica, industrial, petrolera y cloacal arrojados a lo largo de toda la cuenca, junto con el desconocimiento sobre su actual proceso de eutrofización”.
Señalaba además que los técnicos y funcionarios de los organismos responsables del control sanitario de la cuenca subestiman “los conocimientos de quienes habitamos su cauce y sabemos sobre su proceso de polución”.
Parte de este complejo panorama social y ambiental observado por la Unión de Asambleas lo constituye también “la inconciencia del sector político vinculado a la cuenca y su desaprensión sobre la necesidad de priorizar su preservación ambiental”.
A fin de tener una visión totalizadora del problema los vecinos confeccionaron el Mapa de la Verdad, donde permanentemente identifican puntos de polución.
Sólo en la provincia de Río Negro, 1,056 establecimientos industriales -químicas, de baterías, frigoríficos, jugueras, bodegas, sidreras e incluso una pastera- descargan sus efluentes en el cauce. De ese total, el 59% cuenta con el servicio primario de tratamiento, el 8% con el secundario, el 5% está exento, mientras que el 28% no realiza tratamiento alguno, detalló la Unión de Asambleas en un informe difundido en noviembre.
En el mismo señala la carga de nutrientes y antibióticos que recibe el Limay de las pisciculturas ubicadas sobre su curso. También se advierte que sólo en la provincia de Neuquén se registran más de 3,500 pozos petroleros y cada año se habilitan entre 25 y 30 nuevas explotaciones, cuyos derrames escurren a la cuenca hídrica. Además alerta sobre la utilización de trazadores radiactivos, como el tritio, en la detección del recurso en la etapa de exploración.
Según el mismo documento, sólo el 40% de las localidades rionegrinas cuenta con un tratamiento del 100% de sus redes cloacales conectadas, lo que no significa que toda la población esté conectada.
Los perjuicios generados por esta situación emergen permanentemente. Esta temporada fue clausurado por varias semanas el balneario Playa Moreno del lago Nahuel Huapi, en Bariloche. Según información publicada el 8 de febrero por el diario Río Negro, el Grupo de Estudio de Calidad de las Aguas de la Universidad Nacional del Comahue había detectado en agosto otros tres focos de contaminación en la costa del mismo lago, donde los bacilos de escherichia coli y coliformes superaban ampliamente los valores de referencia. www.ecoportal.net