En todo caso, la cuestión relevante es reconocerse
en la vitalidad social de lo de abajo, siendo las circulaciones más globales una necesidad a
posteriori, a veces, un mal menor en la creación de mejores condiciones para reafirmar dicha
vitalidad.
Implícitamente, pues, no hablo de un recetario, si no, antes bien, de un paradigma con tres grandes
cambios que alimentarían, a la vez que se derivarían, de esta proliferación de cultivos sociales:
➢ cambio de paradigma tecnológico en el manejo de recursos naturales: relocalización
➢ cambio de paradigma de la intervención (eco)social: política de los vínculos
➢ cambio de paradigma en la interpretación de lo público y lo común: democracia radical
El último cambio, la democracia radical, nos lleva a situarnos en una reinterpretación de horizontes
políticos que, desde Occidente, podrían leerse en clave de solidaridad, libertad y diversidad. No
parece difícil que, en este país, diferentes ríos subterráneos puedan aflorar buscando desarrollar
propuestas en este sentido. Al fin y al cabo, la democracia radical constituye un eje aglutinador y
galvanizador para las formas de hacer (desde abajo, desde la diversidad) y para el decir (desafección
hacia democracias formales) que vienen despertando desde los 9065.
La cuestión es saber si somos capaces de desplegar un potencial creativo (actitud, comunicación,
experiencia) y un uso constructivo de recursos y referencias (espacios, organizaciones, lenguajes,
símbolos) de manera que las personas más afectadas por la crisis puedan sentirse motivadas y
llamadas a la construcción de otras sociedades. Este desafío es verdaderamente la antesala del
desafío ecosistémico a un mundo desigual y saturado, no habitable en el futuro. La crisis abre la
posibilidad de incrementar la cooperación social como potenciadora de nuevos vínculos enfocados
hacia la vida. De abajo a arriba, sin desdeñar paraguas que alienten la transición. Del apoyo mutuo a
una democracia radical: agendas dirigidas a las necesidades básicas, relocalización de decisiones y
de satisfactores, deliberación y autogestión social en la definición y manejo de bienes comunes,
politización de los cuidados y de los límites naturales. Coevolución desde la libertad, la solidaridad
y la diversidad.
Suspender las guerras, (re)tomar la vida.
Teguise, Lanzarote, 2006, especialmente trabajos de Federico Aguilera Klink (en internet); y las aproximaciones de
Sousa Santos a esta cuestión.
65 En mi trabajo, Nuevos Movimientos Globales, obra citada.
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Crisis y política de los vínculos III Parte y Final
27.Mar.09 Análisis y Noticias