Este análisis, aunque intenta desconocer la emergencia de los de abajo, en especial la movilización de millones contra el alza de pasajes urbanos, contribuye a la comprensión del callejón sin salida en que se encuentran los salvadores “progresistas” del capitalismo, que ya cumplieron su misión de domesticar y regresar al estado a los movimientos sociales, pero ya no pueden seguir haciéndolo. Las puertas están abiertas para el avance sostenido de las construcciones locales m ediante la autonomía de las formas de vida comunitaria.