Hace entre 50.000 y 30.000 años, algunos denisovanos (de Siberia) y los antiguos antepasados de tibetanos y chinos del grupo Han tuvieron relaciones, combinaron sus genomas, mezclaron los genes y produjeron hijos que tendrían descendencia propia.
Las poblaciones de Papua Nueva Guinea, Australia y algunas regiones del sureste
asiático habían heredado entre el 1-6% de su genoma de denisovanos.