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Crónicas de las luces y de los ruidos: Mozart en Ñancahuazú


Oleg Yasinsky :: 05.09.17

En Bolivia descubrimos que la famosa maldición del Che sigue vigente. Pero en vez de causar accidentes o problemas a sus victimarios y perseguidores, ahora afecta a los mercaderes del turismo. La ruta del Che no generó ningún “dinero fresco” y quedó en el papel. En Ñancahuazú no se divisan miles ni decenas de “curiosos turistas”. Solo se escucha el monte al despertar y despedir cada día, el río, los mosquitos, y muy a veces y a medio volumen, algo de Mozart que acompaña a un grupo de caminantes armados, que cada amanecer cruzan la neblina.


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