Las noticias no informan de la multiplicación de los asesinatos y secuestros en diferentes regiones de México, hay una evidente complicidad de las autoridades y de la prensa que cada vez más necesita el uso de una violencia brutal para someter a las miles de comunidades indígenas, campesinas y villeras a la aceptación forzosa de los mega proyectos destructivos y el extractivismo masivo que está obligando a centenares de comunidades a organizar sus autogobiernos y sus propias modalidades de policía comunitaria y autodefensa popular. O sea, el despojo no está resultando fácil ni barato al capital, sino que más bien está obligando al protagonismo de los pueblos a tomar cartas en el asunto distanciándose de las falsas pugnas partidarias izquierda-derecha.