El partido de derecha radical Centro Democrático, fundado por el ex presidente Álvaro Uribe, salió victorioso: según analistas obtendrá un total de 19 escaños en el Senado y 32 en la Cámara de Representantes.
El Partido Social de Unidad Nacional (Partido de la U), del presidente Juan Manuel Santos, la suerte no estuvo de su lado: su representación en el Congreso sufrió una contracción de 21 a 14 senadores y de 48 a 25 sillas en la cámara baja.
En Colombia están las condiciones para multiplicar el creciente despliegue de autonomías y auoorganización en barrios periféricos, pero ya es tarea de los sectores uribistas la formación de grupos paramilitares que contribuyen a la represión de estos sectores. No es posible hacer proyecciones, pero basta saber que esos sectores cuentan con la presencia y fuerza de las comunidades indígenas agrupadas en la ONIC, que han desarrollado importantes niveles de autogobierno, economía propia y autodefensa en alianza con sectores afrodescendientes y campesinos. Lo importante es no echar la carne toda al asador, o sea, no prestar atención a quienes promueven la “lucha frontal” y la “lucha armada”, pues los milicos allí son fieros y realizan redadas cotidianas contra los cordones de pobreza, al estilo favelas de Rio.