El izquierdismo ya ha llegado a los mismos niveles de la derecha, ya se han borrad0 en todas partes las diferencias. En Bolivia cocaleros y mineros izquierdistas que defienden el capitalismo de estado atacan a los cocaleros y mineros que defienden el protagonismo social. En Venezuela el madurismo persigue y reprime militares y civiles que priorizan la autonomía social antes que la burocracia capitalista disfrazada de socialista. Ya ha quedado claro que gobernar no es más administrar, sino eliminar “enemigos”, por eso la población de los países ya no quiere nada más con los partidos políticos.