A poco más de una hora de Nashville, en Tennessee (Estados Unidos), una pequeña empresa tecnológica se dedica a producir y vender contadores Geiger, esos aparatitos que crepitan cuando detectan ciertas dosis de radioactividad. Lo curioso de esta empresa, S.E. International Inc., es que se trata de un proyecto nacido en una de las comunidades intencionales más longevas de EE UU, The Farm.
Fundada en 1971, es una de las muchas comunidades utópicas creadas en EE UU a lo largo del siglo XX, al calor de los movimientos contraculturales de los años 60 y 70 y herederas de la prolífica y poco conocida tradición comunal estadounidense del siglo XIX y principios del XX, cuando eclosionaron proyectos idealistas de todo color, desde refugios cristianos utópicos, como las colonias harmonitas, hasta colectividades socialistas libertarias, pasando por cooperativas fourieristas. La mayoría de aquellos empeños fracasaron.