Ambos estados son como las pelotas. El israelita por ocupar y colonizar territorios árabes palestinos, y el palestino por armar estado en territorios ocupados, teniendo al lado la experiencia de los autogobiernos locales del confederalismo democrático. Necesitamos que los partidos y estados salgan de encima de las espaldas de los pueblos para que se autoorganicen por abajo como mejor les quede. Los israelitas deben reconocer el error de los kibutz de no mantener las comunidades autogobernadas lejos de la política evitando ser arrastrados por los nazionistas y más encima trayendo la extraordinaria experiencia de Varsovia. Los palestinos e israelitas son maravillosos, pero sus partidos, como en todos lados, son asquerosos. Veamos unas gotas de agua de este mar: