Esto ya parece mercado de las pulgas de las figuras que aparecen con el jarabe que todo lo cura. Se ve que están desesperados.
Harnecker propone que efectivamente el socialismo cupular pase a ser dirigido por los autogobiernos del pueblo, o sea exactamente lo que le ponía los pelos de punta en el gobierno de Allende o en Cuba, incorporando la astucia de que a ese pueblo le falta tiempo de preparación y así debe postergar sus afanes de protagonismo, lo que significa re-valoración de la vanguardia iluminada, por lo que Emir Sader debe estar aplaudiéndola como loco.