Haddad y Gómez, ambos de la socialdemocracia neoliberal, tranquilizan a los empresarios y miembros de la telaraña del poder, y ya no preocupan sus veleidades izquierdistas que han servido para atraer a la masa petista vociferante al embudo electoral, tapón necesario para contener la expansión de la autonomía comunitaria y el protagonismo social, especialmente mediante el brazo agrario del PT, el MST, tropa concientizada que se mueve según los dirigentes huelen la proximidad del poder. Para el protagonismo social ya ha acabado el proceso electoral, pues ya está claro que la disputa será entre la derecha fascista y la socialdemocracia progresista, o sea, la misma feca que finalmente deriva en el fascismo militarista o en la dictadura “social” estilo Ortega de Nicaragua. Se han acabado las ilusiones electorales y armadas en todas partes, ahora toca a los pueblos autoorganizados, sin vanguardias, avanzar hacia los autogobiernos.