Fuimos muchas, muchos los que miramos con asombro a aquellos que, para que los vi?ramos, tuvieron que taparse la cara y nos descubr?an que la palabra dignidad era mucho m?s que una definici?n en el diccionario. Durante estos 25 a?os, hemos intentado acompa?arles y darles nuestro apoyo; hemos visto como han crecido, como los que eran ni?os y ni?as en los d?as del 94, se fueron convirtiendo en adultos y como quienes entonces a?n no hab?an nacido, son ya j?venes y j?venas con cargos en sus comunidades, responsables de salud, de educaci?n, de agroecolog?a? Hemos visto como han trabajado luchado para sacar adelante su autonom?a, sus Municipios Aut?nomos, sus Juntas de Buen Gobierno; c?mo han trabajado sus tierras recuperadas, c?mo han construido cl?nicas y escuelas; c?mo se han capacitado para mejorar la producci?n, para construir cooperativas y c?mo han emprendido un camino en el que gobernar es un servicio que todas y todos pueden y deben ejercer en un territorio donde el pueblo manda y el gobierno obedece.