Syriza junto a Podemos de España fueron la niña de los ojos y salvavidas de la izquierda durante un engañoso largo tiempo que se ha ido desmoronando poco a poco demostrando que aún quedan unos pocos incautos adorando a los dioses del estado que con sus cantos de sirena impiden que que mayor cantidad de población se autoorganice de forma autónoma y comunitaria por abajo sembrando, cultivando y construyendo el cambio civilizatorio del fin de los estados y nacimiento de los autogobiernos locales por todas partes.