Después de 30 años del levantamiento indígena de 1990, las demandas de los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador permanecen, Lenín Moreno y su gobierno han radicalizado las imposiciones del FMI y promovido la acumulación del capital en grupos monopólicos que evaden impuestos en favor de sus ganancias y propician la fuga de capitales a paraísos fiscales; como en el pasado, los grandes terratenientes, la oligarquía y la burguesía nacional se han declarado enemigos de los indígenas, de la clase trabajadora, de los campesinos, de los estudiantes, al amparo de un gobierno cómplice y partícipe de actos de corrupción graves, frente a este escenario queda la unidad y solidaridad de clase entre los indígenas, campesinos, los trabajadores, los desempleados, los estudiantes, los empobrecidos del campo – ciudad y de todos los sectores afectados por las malas decisiones del gobierno, la lucha va porque va.