Sobre las dificultades de utilizar el estado y el partido para dirigir los procesos sociales en vez de reconocer el protagonismo social poniéndose en su contra y finalmente reprimirlo, como hace Ortega en Nicaragua.
Este artículo demuestra la evolución y superación de limitaciones que está sucediendo en importantes sectores de la izquierda mundial ante los sonoros fracasos de los gobiernos de Syriza en Grecia, del Podemos con el Psoe en España y de los progresistas latinoamericanos que dicen estar de vuelta con el triste gobierno de Fernández en Argentina, el repudiado gobierno de López Obrador en México y las derrotas de Evo Morales entre las bases de su propio partido en Bolivia.