Después de la victoria electoral del progresismo de López Obrador en México que lanzó el militarismo para imponer a sangre y fuego los megaproyectos enfrentando la resistencia de los pueblos, vence en Argentina el progresismo peronista en su variante más derechista que apoyó la victoria electoral del MAS en Bolivia que hoy se debate en crisis debido a la salida de dirigentes cansados de Evo Morales que ha evitado la elección interna de candidatos a las elecciones subnacionales cambiándolos por sus allegados parte de la burocracia estatista. Ahora viene el turno de Andrés Arauz, de UNES, el delfín de Correa el dictador progresista de Ecuador, que enfrenta al banquero o exbanquero Lasso mientras por el lado popular disputa desde una tercera posición Yaku Pérez del partido Pachakutik creado por la Conaie, poderosa confederación indígena a la que Pérez dio la espalda devorado por el electoralismo sacrificando así el apoyo electoral de su principal bastión.