Lamentamos la pandemia en la isla, como lamentamos en todos los territorios del mundo, pero debemos señalar que todo estado, de izquierda o derecha, ha tenido que pagar las consecuencias de no contar con una población con autonomía y capacidad para tomar sus propias decisiones según sus responsabilidades y formas reales y no propagandísticas de participación. Mientras la salud siga siendo un servicio estatal que depende de los vaivenes e intereses del capital y los estados sigan centralizándose, seguiremos con estas pandemias. Será mejor que los partidos de izquierda dejen de mentir sobre su paraíso y su ejemplo de “estado bueno”. Hay que avanzar hacia la administración de los barrios por parte de los vecinos y la construcción de las comunas autónomas y su autogobierno acercándonos a la naturaleza.