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Irak: el país imposible


Kurdistán América Latina :: 06.09.22

El fin de la Primera Guerra Mundial propició la reorganización y el reparto, entre Francia y Gran Bretaña, de los territorios conquistados al derrotado imperio otomano. Y, aunque inicialmente, a Londres solo le interesó Basora, por encontrarse en el Golfo Pérsico y ser clave para el transporte marítimo, al final decidió formar un nuevo Estado incorporando las provincias de Bagdad y Mosul. Los asesores británicos creyeron que, siendo la población de Basora mayoritariamente chií, los suníes de Bagdad y los kurdos de Mosul equilibrarían el poder y los haría más gobernables.


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