Lula decide construir la tercera represa mayor del mundo, pese a la resistencia de las comunidades y ambientalistas. Ese es el gobierno “progresista”

15.Nov.10    Análisis y Noticias

Brasil: Indígenas piden a la CIDH suspender construcción de hidroeléctrica Belo Monte

Servindi, 13 de noviembre, 2010.- Indígenas y organizaciones civiles solicitaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la suspensión de la construcción de la hidroeléctrica de Belo Monte.

Los indígenas argumentan que no han sido consultados y el gobierno no ha tomado las medidas adecuadas que les garanticen la protección de sus derechos y la conservación del medio ambiente.

Las organizaciones civiles aseguran que el gobierno ignora el impacto de la obra sobre las comunidades indígenas del río Xingú en la región de Pará.

Los Arara, Kayapó, Parakanã, Asurini, Jurana, Arawaté y Xikrin son los pueblos originarios que se verían más afectados.

La organización no gubernamental Amazon Watch afirmó que de acuerdo a informes realizados por instituciones estatales se concluye que Belo Monte acarreará problemas sociales, de salud y económicos.

“Con Belo Monte aumentarán las enfermedades y la pobreza en la zona, además de causar la llegada masiva y desordenada de migrantes que sobrecargarían los precarios servicios públicos de la región, entre otros”, señala Amazon Watch.
Belo Monte

La construcción de la hidroeléctrica Belo Monte se definió el 26 de agosto pasado cuando el presidente Luiz Inacio Lula da Silva firmó la concesión.

Su construcción está a cargo del consorcio Norte Energía, conformada por 18 empresas privadas y la estatal Eletrobras.

Sería la tercera represa más grande del mundo y su inversión asciende a 11 mil millones de dólares.

Se prevé que la represa entre en funcionamiento en cinco años, que genere 11.200 megavatios y beneficie a 23 millones de familias aproximadamente.