CRISIS POLÍTICA EN ITALIA
Tres tránsfugas salvan a Berlusconi en una bochornosa sesión de la Cámara italiana
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, respira más tranquilo después de superar ayer, gracias a los votos de los tránsfugas, las mociones de censura contra su Gobierno, que, no obstante, queda debilitado y con un escaso margen de actuación para cumplir su programa. «Il Cavalieri» anunció que seguirá adelante con la legislatura pero no descartó convocar elecciones si no puede gobernar. Las protestas en las calles derivaron en graves disturbios tras la intervención policial.
GARA | ROMA
Silvio Berlusconi consiguió superar ayer por sólo tres votos las mociones de censura contra su Gobierno en la Cámara de los Diputados, despejando así la incertidumbre que ha mantenido en vilo al país en las últimas horas, ya que en esta ocasión no se descartaba la caída del Ejecutivo. Pero el voto contrario a la censura de tres electos del grupo Futuro y Libertad (FLI) de Gianfranco Fini, que rompieron la disciplina de voto tuvieron especial peso en este desenlace.
Las mociones, que se votaron de forma conjunta, no prosperaron al obtener 314 votos en contra, 311 a favor y dos abstenciones, un resultado recibido con una ovación por la bancada del Pueblo de la Libertad (PDL), de Berlusconi, y su xenófobo aliado Liga Norte.
Previamente, en el Senado, el primer ministro había logrado la confianza para su Gobierno, con 162 votos a favor, 135 en contra y once abstenciones, entre ellas la del grupo de Fini, el neofascista arrepentido que fue delfín antes que rival de Berlusconi.
Si bien el resultado en la Cámara Alta era predecible, ya que la coalición gubernamental goza de la mayoría, la incertidumbre era total respecto a lo que ocurriría en la Cámara Baja, al haber asegurado el FLI que votaría en bloque a favor de la censura.
Pero la sorpresa saltó cuando, a pesar del anuncio de la víspera, las diputadas del FLI Maria Grazia Squilini y Katia Polidori emitieron su voto en contra y su compañero de grupo Silvano Moffa, que había intentado frenar el voto de sus correligionarios contra el Gobierno, se abstuvo. Además, Squilini anunció su vuelta a las filas del partido de Berlusconi. Los tres fueron tachados de «traidores» por sus compañeros de filas.
Sin embargo, la pírrica victoria de Berlusconi se vio propiciada también por otros tránsfugas, cuyos votos fueron comprados por el PDL para la ocasión, según varias denuncias que investiga la Fiscalía de Roma tras la denuncia presentada por el líder de Italia de los Valores (IDV), el ex magistrado Antonio di Pietro.
Antonio Razzi se pasó de IDV a Nosotros Sur, que forma parte de la mayoría de derecha, y votó en contra de la moción mientras escuchaba gritos de «vendido».
Además, los diputados Domenico Scilipoti (IDV), Massimo Calero (Partido Demócrata, PD) y Bruno Cesario (Alianza para Italia, API) abandonaron sus respectivas formaciones para formar el que han llamado Movi- miento de Responsabilidad Nacional y se abstuvieron. Tras la votación, los tres fueron recibidos sin pudor por Berlusconi en la sede del Gobierno.
La salida de las filas de IDV de Razzi y Scilipoti está en el origen de la denuncia presentada por Di Pietro por presunta compraventa de votos por parte de Il Cavalieri para asegurarse la mayoría.
La sesión en la Cámara Baja estuvo marcada por la tensión entre los representantes del PLD y los del FLI, que protagonizaron graves enfrentamientos. La diputada Polidori (FLI) tuvo que ser protegida de la ira de sus compañeros de grupo por desobedecer la disciplina de voto.
Pese a la victoria, el futuro del Gobierno de derecha sigue siendo incierto debido a las dificultades que tendrá para aprobar leyes clave, ya que la diferencia mínima de votos visualizada ayer le convierte en rehén y le deja con un escaso margen de actuación.
No obstante, tras reunirse por la tarde con el presidente italiano, Giorgio Napolitano, para valorar la jornada, Berlusconi anunció que «seguirá adelante» con la legislatura y no convocará elecciones anticipadas, como sostuvieron sus aliados de la Liga Norte, que abogaron por ampliar la mayoría o en caso contrario llamar a las urnas.
A su juicio, su Ejecutivo sólo necesita mayoría para aprobar las reformas y no hay obstáculos para continuar la actividad de gobierno. Sin embargo, el primer ministro indicó que si es imposible gobernar, llamará a los italianos a votar.
En su opinión, unas elecciones generales «no es lo que necesita el país» en estos momentos. Por eso, volvió a presentar su propuesta a los tránsfugas del FLI y a la UDC para que «amplíen la mayoría» y «refuercen el Gobierno».
Fini no dimite pese a la derrota
Por su parte, Gianfranco Fini, uno de los responsables de la última crisis política que padece Italia desde que en verano rompiera definitivamente con Berlusconi, reconoció que su «derrota es clara» pero afirmó que «no dimitirá» de su cargo como Presidente de la Cámara de los Diputados, tal y como le reclamaron el PDL y la Liga Norte. Advirtió de que la «victoria numérica» del Gobierno no supone una victoria «en términos políticos», lo que dijo se demostrará en pocas semanas.
El desenlace de la crisis ha abierto, además, un brecha en las filas del FLI y sus parlamentarios tratarán ahora de recomponer el partido.
Mientras se desarrollaban las votaciones en el Senado y en la Cámara de Diputados, las protestas contra el Gobierno de Berlusconi se sucedían en las principales ciudades del país.
En Roma, la multitudinaria movilización de los estudiantes que protestaban contra la reforma educativa que impulsa el Gobierno, a la que se sumaron los damnificados por el terremoto de L’Aquila de abril de 2009, napolitanos contrarios a la apertura de un nuevo vertedero en la zona de Tergizo, trabajadores interinos y parados, entre otros colectivos, derivaron en una batalla campal entre manifestantes y policías y en graves disturbios que se saldaron con numerosos detenidos, decenas de heridos y la quema de varios vehículos.
La Policía cargó duramente contra quienes intentaron atravesar los cordones policiales que instalaron para proteger las sedes oficiales de la blindada capital italiana.
abandono
Silvio Berlusconi abandonó la Cámara Baja cuando Antonio di Pietro (IDV), en una dura intervención, acusó al primer ministro de haberse dedicado a la política «no para servir al país sino sólo para sus negocios personales, sobre todo las cuestiones judiciales».
«Vergonzoso»
El diputado del PD Massimo D’Alema afirmó que lo sucedido ayer es «un episodio vergonzoso en la historia del Parlamento» y que el Gobierno «gana por tres o cuatro votos comprados» que «no son una base para gobernar el país».
El TC decidirá en enero sobre la ley del legítimo impedimento
El Tribunal Constitucional italiano decidirá el próximo 11 de enero sobre la ley del legítimo impedimento, a la que se ha acogido en varias ocasiones el primer ministro, Silvio Berlusconi, para ausentarse de los dos juicios que tiene pendientes.
Según informó ayer el presidente del Alto Tribunal, Ugo de Siervo, la audiencia pública para discutir sobre la constitucionalidad del texto se celebrará el 11 de enero de 2011, después de que la fecha prevista inicialmente, la de ayer, fuera modificada al coincidir con las votaciones de una cuestión de confianza sobre el Ejecutivo italiano en el Senado y de dos mociones de censura en la Cámara de los Diputados.
Ugo de Siervo explicó el pasado 10 de diciembre que la decisión del Tribunal Constitucional se debía a que sus miembros consideraban más apropiado dejar la audiencia para un momento en el que hubiera un poco más de «tranquilidad» política, recordó Efe.
«Preferimos juzgar en un clima más tranquilo. Espero que no se hagan lecturas impropias. No regalamos nada, para el presidente Berlusconi el aplazamiento de un mes no cambia nada», agregó entonces De Siervo.
Después de que el Alto Tribunal invalidara en octubre de 2009 el llamado «Lodo Alfano» (la ley de inmunidad para los altos cargos del Estado presentada ahora bajo una nueva versión), el Parlamento aprobó a principios de este año la norma del «legítimo impedimento», que permite a Berlusconi y sus ministros ausentarse de juicios por «compromisos oficiales».
A esta norma, que se aprobó para que estuviera en vigor sólo 18 meses, se ha acogido Berlusconi en reiteradas ocasiones en los últimos meses, lo que ha obligado a suspender los juicios contra el mandatario por supuesta corrupción en acto judicial y por posible fraude fiscal, a la espera de que el Tribunal Constitucional se pronuncie.
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