Haití, antes y después de Haití, antes y después de los tiempos del cólera

16.Dic.10    Análisis y Noticias

Edición de un texto de Fabrizio Lorusso

Del terremoto al cólera

Puerto Príncipe, Haití. En estos momen
tos los medios de comunicación interna
cionales centran su atención en cómo s
propaga una epidemia de cólera en Haití
ya que puede extenderse a Puerto Prín
cipe, con el riesgo de contagiar a más d
un millón 300 mil refugiados en cam
pamentos a raíz del terremoto del 12 d
enero de 2010. Se habla de un poco más d
500 muertos en tan solo unos días, ya s
vive otra crisis humanitaria. Haití regresó
a un contexto mediático, después de l
gran espiral de silencio consecuencia de
terremoto de 7.3 grados Richter en enero
A la tragedia humanitaria del sismo s
suman las lluvias que hoy azotan a Haití
y el huracán Tomás, que si bien no fue un
problema grave dejó 20 muertos y alguna
casas dañadas, además de riesgos par
quienes viven en refugios y sobre todo en
la calle. A esto se suma la propagación de
cólera, que ya provocó muertes en el nort
del país, y más de 8 mil personas que s
encuentran hospitalizados.
Elecciones a la vista
El clima político es tenso días antes d
las elecciones parlamentarias y presiden
ciales el 28 de Noviembre de 2010, donde
millones de personas elegirán a diputado
y al sucesor del presidente René Preval
Naciones Unidas tiene la misión de preva
lecer el orden público antes y después d
las elecciones, debido al contexto actual
se puede desatar la violencia. Esta labo
será encomendada a los Cascos Azules d
la MINUSTAH (Misión de Estabilización
de la Naciones Unidas en Haití) que llegó
a Haití en junio de 2004. Existe peligro
debido al proceso electoral, además, la
creciente distribución de armas entre l
población, la reconstitución de grupo
dedicados al tráfico de drogas y secuestro
y por la eventual convivencia de éstos con
las fuerzas políticas en busca de finan
ciamiento.

Ayuda selectiva, tiendas de campaña
y geopolítica

Se disputarán entre los países donadores,
Estados Unidos, Canadá y Francia, y
empresas multinacionales para acaparar
los millonarios contratos públicos para la
reconstrucción del país y para utilizar, la
enorme cantidad de mano de obra barata
que podrá ser reclutada de los campamen-
tos de refugiados. La culpa parece ser de la
Comisión Interina para la Reconstrucción
de Haití (CIRH), presidida por el ex presi-
dente de los Estados Unidos, Bill Clinton y
por el primer ministro haitiano, Jean-Max
Bellerive, quienes han sido acusados de
incumplimiento de promesas hechas. La
CIRH fue creada después del terremoto
del 12 de enero de 2010.
La participación de las Naciones Unidas
en Haití comenzó en febrero de 1993 en
operación conjunta con la OEA (Orga-
nización de Estados Americanos), la
cual vino después reconfirmada por el
Consejo de Seguridad en el mes de sep-
tiembre como UNMIH (Misión de las
Naciones Unidas en Haití). Ésta no se
desarrolló plenamente sino hasta fines
de 1995 por la ausencia de cooperación de
las autoridades militares haitianas que, en
aquella fase, estaban respaldando el golpe
implementado el 29 de septiembre de
1991, por el general Raoul Cèdras al pre-
sidente Jean-Bertrand Aristid, vencedor
en las elecciones de diciembre de 1990.
Sin embargo el papel de las Misiones que
realiza la ONU en Haití ha sido cuestio-
nable. Los cascos azules han tenido un
papel contradictorio desde el principio y
han sido acusados de numerosos asesina-
tos y violaciones de los derechos humanos.
Después de tantos problemas en la capital
haitiana, entre simpatizantes del actual
presidente Preval y el ex presidente Aris-
tid, se reforzó el mito de que Haití es un
pueblo violento y salvaje que necesitan
los ejércitos extranjeros para sobrevivir.
Haití hoy se ve inmerso en un momento
complejo ya que la toma de decisiones
importantes son tomadas también por
terceros, y las decisiones muchas veces
no buscan el interés real y bien común el
pueblo haitiano.