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Donde actuamos
Asistimos a un período especial de la humanidad, con una crisis de tal envergadura que nadie puede predecir su intensidad y su duración.
En el plano nacional asistimos al fin de una falsa propuesta de transición, llevada a cabo por la Concertación ,que no hizo más que perfeccionar y fortalecer el modelo capitalista neoliberal , facilitando la llegada al gobierno de la extrema derecha, cuyo presidente es el mejor representante de aquellos que en pocos años se han hecho multimillonarios ,en desmedro del futuro de chile y de sus habitantes ,gobierno, que al cabo de 1 año empieza a sentir un precoz y acelerado deterioro con pérdida del apoyo ciudadano ,instalándose un sentimiento de rechazo creciente.
Sin embargo, estamos lejos de un proceso de debilitamiento del sistema .Por el contrario estamos sometidos ante un sistema de dominación complejo y múltiple donde intervienen diferentes mecanismos de opresión y de dominación .En lo esencial es un sistema represivo y opresor en lo económico, en lo ideológico, en lo político y en lo militar.
Hoy estamos frente a un escenario distinto donde se constata un nuevo reordenamiento de la sociedad con cambios en el sujeto social y político, determinado por los cambios estructurales del capitalismo neoliberal donde se modificó la estructura del trabajo, fortaleciendo el desarrollo de actividades informales, tercerización de la economía y tasas altas de desocupados. En nuestro país la represión de la dictadura aceleró los cambios, con el asesinato, prisión y exilio de los mejores representantes de la clase trabajadora.
Por otro lado , la manipulación ideológica, llevada a cabo por la concentración de la propiedad y el control de los medios de comunicación ,mas las políticas oficiales de la educación , ha llevado a que millones de chilenos ,explotados y excluidos ,no adquieran real conciencia de su situación ,sino por el contrario ayudan a construir una falsa mayoría ,liderada por los sectores más reaccionarios de la sociedad.
Comentamos:
No es una diagnóstico muy preciso, pero eso no es materia de análisis, ya que a grandes rasgos aparecen en este texto algunos indicadores reales de la coyuntura.
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2.- Nuestra matriz de acumulación de Fuerzas, la vía de nuestro proceso revolucionario y nuestras formas de lucha.
Hoy día está en juego levantar una propuesta popular, ante la hegemonía de los sectores dominantes, y por lo tanto debemos oponernos al oportunismo de los sectores reformistas ,que detrás de un discurso “por un gobierno de nuevo tipo” postergan la instalación de un proyecto popular. Nuestra propuesta anticapitalista debemos desarrollarla al interior del sistema sin esperar la toma del palacio de invierno, y debemos hacerlo como un elemento confrontacional al pensamiento capitalista dominante.
En este contexto asumimos la necesidad de impulsar la unidad del pueblo, fortaleciendo su organización y sus niveles de lucha
En esta nueva situación debemos dejar de lado nuestros sectarismos y abrirnos a acuerdos mas amplios en la perspectiva de sumar a la inmensa mayoría del pueblo, que se encuentra perjudicado por las actuales directrices del los sectores dominantes .Debemos de ser capaces de salir de nuestra marginalidad, para lo cual debemos levantar propuestas y soluciones para las grandes mayorías, en la medida que son las grandes mayorías las que se ven perjudicadas por el actual modelo económico.
Debemos ser capaces de identificar a los sectores que configuran estas mayorías que si revisamos el último censo la encontramos en :
600.000 campesinos
800.000 trabajadores fiscales
800.000obreros industriales.
500.000 trabajadores de la construcción
180.000 trabajadores de la minería
500.000 empleadas domesticas
3.000.000 trabajo precario
1700.000 trabajadores del comercio
570.000 cesantes
Millones de jóvenes
Nos proponemos transformar, sustituir y destruir el poder existente a la vez que hay que construir, instalar y desarrollar el poder participativo del conjunto de los explotados.
Lo dicho supone tomar como centro el postulado fundante del marxismo que es la lucha contra la enajenación de los seres humanos, lo que debe significar la participación real y consciente del conjunto del pueblo en la elaboración –definición del nuevo proyecto.
La lucha contra la alienación debe comprender todos los ámbitos, políticos, económicos, ideológicos, antirrepresivos y de autodefensa en una primera etapa, articular lo reivindicativo, lo político y la democratización de la participación de los protagonistas.
Hombre y mujeres reclaman ser seres en su totalidad y en su plenitud.
Comento:
No hay poder popular sin territorialidad, por lo que no basta con caracterizar grupos sociales o económicos, sino que es necesario ver como se sitúan en los barrios periféricos de las ciudades, en las villas, poblados y campos.
Por otra parte el pueblo tiene o puede tener unidad, sin embargo la existencia de propuestas ideológicas, paradigmáticas, filosóficas, políticas, religiosas, esotéricas, etc. adversarias unas de las otras, no va a permitir esa “unidad”, ya que a cada uno le va a salir gente al paso, se hacen la cama unos a los otros, se desprestigian, se tratan de enemigos, se hacen alianzas que muchas veces la gente no entiende, como con los curas progresistas de un barrio que un día reclaman por los derechos humanos y al otro solicitan agentes armados en las puertas de las escuelas, lo que obviamente va a ser atendido con la mayor celeridad sistémica. Hay que saber escoger aliados, ya que la misma iglesia progresista hoy día está de capa caida y la gente que nosotros mismos llevamos a las capillas a trabajar contra la dictadura hoy está rezando junto al Opus Dei y por la virgen María de la Bachelet. Nadie sabe para quien trabaja, las alianzas de hoy son la soga en el cuello de mañana. Nos creemos muy pillos, pero los “aliados” son pillo y medio. Hay que ser realmente arrogantes para “imaginar” que le vamos a meter el dedo en la boca a las otras organizaciones, por eso las conversas entre dirigentes no conducen a nada, salvo a conciliábulos inoperantes e ilusionistas que nos entusiasman un tiempo, caen, volvemos a la carga y así vamos, haciendo nosotros el juego del divisionismo, ya que como somos los buenos, vengan todos acá, mientras los otros tironean por el otro lado para que vayan para allá. Hay que reconocer que somos una importante causa del divisionismo social y de la falta de unidad, pues la “unidad de los afines” requiere enormes esfuerzos de concientización hacia la población que son rápidamente destruidos en las escuelas y la TV por el sistema. Los niños que “educamos” en las escuelas populares, mientras no tengan refrentes comunitarios donde puedan ver a la gente junta de verdad, volverán a ser atrapados nuevamente por la máquina cultural sistémica, tal como fue toda esa tropa “izquierdista” y antidictatorial que fue atrapada por la Concertación en la farsa de la vuelta a la democracia, de forma acelerada para evitar que fuesen atraidos por las formas de organización por la base de las colonias urbanas que se multiplicaban como instancias autónomas de autodeterminación y por las barricadas que se reproducían por decenas y cientos por todo el país incorporando cada vez más nuevas personas a la lucha. Hace falta analizar más a fondo esa realidad, donde confluían todos, pero sin la famosa necesidad de la “concientización”, pues ahí justamente se trataba de ver donde apretaba el zapato. Hoy día esa “unidad” sólo es posible entre vecinos que pueden conversar e identificarse con asuntos cotidianos y problemas comunes mientras algunos de nosotros todavía quieren “convencer” de que el capitalismo es negativo, cosa que ellos saben mejor que nosotros.
Unidad del pueblo si, pero no “detrás” de un sistema de valores o de un posible cambio futuro y menos de una “vanguardia” que quiere “dirigirlo”. Antes tal vez podía hacerse, ya que para ajustar los engranajes de la máquina del capitalismo de estado se requería de un ejército proletario disciplinado. Hoy día eso ya sólo ha quedado como discurso atrapamoscas, pues como vimos, las condiciones son otras.
Unidad del pueblo si, pero empezando por los vecinos inmediatos, empezando por cada barrio, desde los cuerpos y los corazones, desde los problemas reales del barrio, pero no como reivindicaciones inacabables con las cuales se va a hacer un programa nacional de reivindicaciones inalcanzables. Las reivindicaciones locales son para lucharlas y resolverlas allí, así se hace protagonismo, no se puede solamente acostumbrar el cuerpo de la gente a que no resuelvan y no resuelvan, una secuencia interminable de no soluciones e insatisfacciones generalizadas con el objetivo declarado de formar conciencia de la necesidad de que nos coloquen a nosotros a administrar la cosa pública estatal. Es hoy día inaceptable plantear reivindicaciones para que se sumen a nosotros que ofrecemos “la solución”, pero sólo a cambio de que nos lleven en andas al sillón presidencial por las elecciones o por la guerra, tenemos la solución, pero ella pasa por ponerse en la fila de las ovejas detrás de los dirigentes, que podrán marchar por aquí, negociar por allá y demás, juntarse con quien sea sin preguntarle a nadie, bastando el acuerdo de los cuatro o cinco que dirigen el partido tal o cual, vaya democracia.
Y más encima nos lamentamos de que la gente no nos siga y no “se una”. Con esas estrategias caducas, obsoletas, fracasadas y además con algunas personas que son dirigentes gracias a su discurso o muñeca? No, gracias. Mejoremos nuestra ética pública y pongamos el cuerpo a tocarse y compartir con vecinos y vecinas, así tal vez dejemos las doctrinas y las guías para la acción de lado y nos sumemos a las dinámicas propias que la gente va desarrollando en todas partes a nivel continental, mal que le pese a los partidos que se tiran los pelos porque las masas no los siguen. Por eso pienso que entre estas agrupaciones que postulan una izquierda consecuente, es posible profundizar estos temas y alcanzar niveles superiores de comprensión que nos permitan a todos nutrirnos de esos intercambios, ya que como no existe un camino, ese diálogo nos va aclarando a todos (a los “ellos” y a los “nosotros”) el panorama de donde poner el próximo paso con la gente, no entre nosotros para que la gente nos siga. Lo lamentamos, pero muchos no queremos “dirigir” a nadie.
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3.- ¿Pero, cómo podemos ir desarrollando este poder popular y creando la correlación de fuerzas favorable para nuestro poder revolucionario?.
Al mismo tiempo que construimos la UNIDAD POLITICA en la ASAMmBLEA DE IZQUIERDA, debemos generar los espacios donde se construya la unidad y la organización y las fuerzas del conjunto del pueblo.
Hoy debemos construir las nuevas formas de construcción, que interpreten el momento actual y que en lo esencial de cabida a una participación real y conciente de la mayoría de la clase trabajadora y el pueblo explotado. La participación activa consciente de la mayoría del pueblo es un concepto de primera importancia que está directamente vinculado al proyecto de construcción y que tiene una connotación táctica y estratégica que se resume en nuestra consigna de construir PODER POPULAR.
Los propios sectores populares nos han demostrado con la experiencia de los Pingüinos y las movilizaciones de Magallanes, nuevas formas organizativas que potencian las organizaciones sociales constituidas al mismo tiempo que se colocan por arriba de la institucionalidad transformándose en poder alternativo .Nos referimos a las ASAMBLEAS
.Los que nos damos a la tarea de CONSTRUIR PARTICIPACIÓN Y PODER POPULAR, nos damos a la tarea no solo de construir la fuerza necesaria para la “toma del poder” sino que vemos en la necesidad de ir construyendo desde el inicio el cuerpo estratégico que será el cimiento de la nueva sociedad, que asegure una participación activa y consciente del conjunto del pueblo.
Aquí está el enorme significado del aquí y el ahora, porque es desde aquí y ahora donde se empiezan a construir los cimientos del proyecto revolucionario.
En lo concreto se trata de ir construyendo poder popular a nivel de los pequeños espacios territoriales, disputar el poder a nivel de los espacios sectoriales y a partir de la fuerza acumulada llegar a constituirse en poder popular a escala nacional., disputando también los espacios institucionales.
Debemos darnos a la tarea de combinar la construcción de espacios amplios de participación: LAS ASAMBLEAS POPULARES, al mismo tiempo que construir un equipo político de coordinación:: LA ASAMBLEA DE IZQUIERDA.
Hoy día, no existe ninguna interrelación, entre las distintas fuerzas sociales, que se manifiestan contra las políticas del sistema. No existe un proyecto nacional revolucionario que interprete a las distintas clases y sectores, con todas sus especificidades, para luchar contra el poder político dominante y hegemónico.
Comento:
Hay una coincidencia en esta parte del texto respecto a la territorialidad, por lo que apoyamos ese punto.
No hay un estudio referido a las causas del agotamiento de las experiencias de asambleas entre los pinguinos y de Magallanes que solo duraron algunos días. En ambos fueron las figuras de los “voceros” los que hicieron el cuello de botella o embudo por donde se estrechó la amplia dinámica de abajo y consiguió reducir la energía de la multitud en “capacidad” de negociación de los representantes al más puro estilo jacobino liberal, lo que llevó al fracaso y a que difícilmente el fenómeno pueda reproducirse o mantenerse, a menos que sea nuevamente de forma coyuntural. Es claro que algunos dirán que cuando ellos estén a la cabeza, otro gallo cantará y que esta vez será mejor y etcétera.
Las asambleas vecinales a nuestro entender no pueden tejer lazos hacia las instituciones para debatir o resolver un asunto, esa es una actividad que puede o no aparecer y habrá que aprender a manejar la situación concreta a sabiendas de que se trata de un momento muy particular. Las asambleas vecinales o ciudadanas, tienen un carácter político para situaciones políticas, tales como decidir llevar un candidato a la junta de vecinos, elaborar el programa del barrio, decidir donde va una plaza, arremangarse las mangas para hacerla, etc. No interfieren sino que nutren y se nutren de las experiencias barriales y tradicionales de salud, educación, energía alternativa, economía popular, vida cotidiana y otras en un proceso de retroalimentación que no deja espacio para los políticos profesionales o para los sofistas griegos que hablando en nombre del titular de la propiedad, desplegaban el arte de la oratoria para engañar. Sin embargo no hay cambio sustancial si la población no se acostumbra a convivir, compartir, hacer cosas juntos, vivir la cotidianeidad en forma conjunta, etc. como una gran familia, ya que va a ser ahí donde se genere el cambio real de relaciones y el protagonismo necesario incorporando día a día a nuevos vecinos a las actividades de todos, aunque siempre va a permanecer un número de gente que no va a participar, los que no pueden ni deben ser considerados “enemigos”. Desarrollar otra economía y energía alternativa permite irse desprendiendo de los lazos materiales e ideológicos del estado y del mercado, lo que tiene además como resultado la formación ideológica y valórica anticapitalista desde la experiencia y sin discursos. He ahí lo que se ha dado en llamar “cambiar el mundo sin tomar el poder”, que no es elegir una vía, sino simplemente decidir no esperar a la toma del poder para ejecutar las modificaciones necesarias en el barrio, la localidad, la villa o la comuna, donde la potencia y la autodeterminación, es decir, la soberanía popular, se abren como abanico y expresan con hechos, obras y actos la capacidad del poder-hacer que se libera del poder-sobre que determinaba su orientación.
Las asambleas vecinales, como instancias políticas de la población local, son instrumentos al servicio de las necesidades descubiertas en la vida cotidiana, no son instrumentos de administración local ni formas de micropoder de una burocraria sobre los vecinos. No es el espacio de traer visiones macro para inducir a que todos vayan en esta dirección, mientras los otros anuncian la suya y vamos discutiendo, con esa retórica que en este caso sólo sirve para dividir más y neutralizar el despliegue de la potencia. Son lugares de discusión para resolver situaciones específicas, particularizadas e inmediatas que afectan a los vecinos, son espacios de acuerdo sobre asuntos prácticos y corporales que involucran a todos, vengan o no vengan a las asambleas, se sumen o no a la “unidad” del barrio. Son en definitiva el órgano de la autodeterminación local, por donde se expresa la autonomía barrial por abajo como sujetos políticos en lo inmediato y no sólo “hacia arriba” o “hacia la centralidad”, donde expresan su potencia y poder-hacer en el plano del mundo de la vida y el territorio donde viven y reproducen su cultura, es el instrumento para materializar la otra economía y cortar los lazos de dependencia con el estado y el mercado y en cuyo interior participan todas las ideologías que lo deseen, en tanto sean prácticas, esto es, sirvan para resolver aquí y ahora el alimento, la educación y la salud, no siendo aceptable estar presentando propuestas de que las cosas cambiarán “si se hace esto” o “si se hace esto otro”, si caminamos por aquí o si caminamos por allá. No son forma de estado paralelo o micro estado, sino de contrapoder, esto es, sacarse el poder y los actos de micro poder o de biopolítica de encima, para el desarrollo del instinto de lo común, los afectos y la creatividad en un espacio de libertad respaldado por la dinámica de autodeterminación emancipatoria.
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4.-. Importancia de la organización política y la unidad de la Asamblea de Izquierda.
Es producto de todos estos factores, que es imperativo contar con una izquierda unida, que tenga la capacidad de insertarse en los distintos escenarios sociales que se presenten; con capacidad de convocatoria, y darles la necesaria dirección política, para que de las reivindicaciones particulares y coyunturales, se vaya construyendo un programa nacional y popular; y por lo tanto con continuidad en el tiempo, y profundidad antisistémica.
La matriz, entonces, es la unidad y la acumulación de fuerzas desde y en la base social.
Comento:
Aquí aparece una contradicción de fondo, pues no es a partir de las reivindicaciones locales que se hará un programa nacional reivindicativo, ya que entonces no hay soluciones propias, sino únicamente un acostrumbramiento a pedir al estado y un énfasis en la centralización. Las asambleas son políticas, por lo tanto productoras de programas políticos locales y de construcción de poder popular local, que si no tienen capacidad de solucionar problemas y necesidades, no tendría nada de poder.
Si vamos de reivindicación en reivindicación, hasta armar la graaaan reivindicación nacional, la gente se ha cansado y se ha ido a sus casas, lo que obligará a enormes esfuerzos de agitación y propaganda para generar “conciencia” y aceptación de la centralidad reivindicativa, que siempre será diferente a la conciencia de los militantes de la vanguardia, los dirigentes de las masas, que a su vez son dirigidos desde la cúpula y además tienen gente a su cargo que debe obedecer sus instrucciones, así es la perfecta máquina del autoritarismo que va ejerciendo cuotas de poder en cada escala jerárquica de la estructura partidaria. Pensamos que es más prudente avanzar de abajo hacia arriba no por medio de promesas o reivindicaciones, sino mediante una solución tras otra solución, mediante actos administrativos locales que reorganicen las capacidades y recursos naturales, materiales y humanos de la localidad, que den respuesta satisfactoria a los requerimientos de la población que sienta que son ellos mismos los que resuelven con sus propias manos y no una capa de dirigentes selectos, la creme de la crème. Esos actos ejecutivos no sólo expresan soberanía y poder-hacer en lo cotidiano, sino que por su vez alimentan la autoconciencia de protagonistas de la historia, lo que se hace difícil de arrebatar, a diferencia de aquellos que se pasan la vida votando para que otros escogan a quienes van a seleccionar a los que tomarán las decisiones, que, dicho sea de paso, ni tan siquiera pueden hacerlo, ya que vienen desde el partido y del Comité Central del partido, pero aún más arriba, de la Comisión Política de ese Comité Central, para descubrir al final un rey o señor patriarca sentado como dios en un trono. Yo no hago nada, solo expreso mi soberanía abstracta votando por otro que hará actos y si no lo hace bien, podré votar por otro, la ley de las opciones construida por el pensamiento racionalista iluminista liberal. Sólo se me pide “comprender” ese proceso, ser un disciplinado ciudadano e ir a las marchas cuando se convoquen. Con eso el poder se asegura que nunca haya escuela de protagonismo.
Nosotros pensamos diferente, que hay que desarrollar una escuela permanente y diversificada de protagonismo, creatividad y ejecutoriedad, desde la cuadra, el barrio, la localidad, la villa o poblado y la comuna, organizando cada detalle, decidiendo de inmediato lo que hay que hacer acá y más allá. Eso acostumbra el cuerpo y cuando se trate de dialogar con las otras regiones o naciones que deseen estar juntas en el estilo de estado posible para conservar las relaciones internacionales, hacerlo entre sujetos palpitantes, no entre delegados que pugnan por representar a las bases. Es raro que una organización presente esas propuestas, cuando debería ser la población. Hay cierto hedonismo y cierta arrogancia en elaborar programas y esquemas donde “meter” a la población, algo así como dioses creando personajes a su imagen y semejanza. La Biblia nos enseñó: “Al principio era el caos, luego vino el señor y puso orden”. Eso significa que al principio era la libertad y luego vino el señor patriarca y ordenó las piezas a su antojo. Hoy día ya no es el señor patriarca, sino el partido.
Las asambleas no necesitan la “dirección política” de los partidos, pues de otro modo se pierde el protagonismo y llegan a ser solamente soldados de las directivas y peones de las negociaciones por arriba, como ocurrió con el MST de Brasil, que al subordinarse al PT y al gobierno Lula, perdió gran parte de su base de sustentación contribuyendo a la desmovilización generalizada en ese país.
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Unidad, que no es contradictorio con la identidad y especificidad de cada orgánica que la compone, sino que es entendida cómo la herramienta que nos permitirá dar un salto cualitativo para nuestro proyecto revolucionario. Cada organización aportará su fortaleza, y se alimentará de las fortalezas que tienen las que conforman esta Asamblea de Izquierda, comprendiendo que el ánimo debe ser altruista, tesonero, y constante. En lo fundamental, sin mezquindades para crecer y desarrollarnos. Construiremos la unidad de la izquierda consecuente , en torno a un Programa popular, y estrategia y tácticas comunes.
5.-Acerca del electoralismo y la lucha electoral consecuente con nuestra matriz de acumulación de fuerzas;
Al respecto, debemos aclarar nuestra posición sobre las elecciones. Es un hecho de la causa, que en el Chile actual de democracia tutelada y el sistema capitalista post dictatorial, hacer frente al neoliberalismo, con las mismas reglas del sistema y triunfar en contra del duopolio dominante y constitucionalmente definido, es muy difícil..
Enumerar las múltiples dificultades de este sistema injusto e ilegítimo en su creación, es interminable. Solo señalaremos, que la elite política maneja las elecciones cómo un negocio más, una venta más, y que los ciudadanos son simplemente clientes enajenados que es necesario manipular. (Tantos millones de dólares para sacar un Presidente, otros tantos para un Senador y suma y sigue.)
Esto también ha traído el descrédito hacia la política y las elecciones. Para ello basta ver el porcentaje de abstención, votos nulos y en blanco, pero especialmente de toda esa juventud que no cree en el sistema, se margina de él y ni siquiera se inscribe.
Sin embargo, por orto lado es también una realidad que las elecciones legitiman la dominación y explotación de las mayorías, por una casta minoritaria. Por lo tanto, para la izquierda consecuente, se convierte en un escenario de lucha que habrá que dar, cambiando desde abajo, la institucionalidad vigente y obligar al sistema, mediante la organización popular, una encarnizada lucha y movilizaciones de masas, abrir y profundizar la Democracia actual, para que el pueblo se tome y abra la posibilidad de medirse electoralmente con éxito, tal como lo desarrolló y profundizó el movimiento popular con Allende.
Cada proceso electoral ha significado un retroceso para los sectores populares más conscientes, no solo por no elegir representantes, sino fundamentalmente porque cada campaña electoral fortalece las posiciones del sistema dominante, mientras que los sectores mas comprometidos no estamos presentes.
A partir de las Asambleas de izquierda y de las organizaciones que se vaya dando el pueblo como por ejemplo sindicatos, asambleas de base, asambleas territoriales, asambleas populares, etc. se debiera discutir el grado de participación en cada proceso electoral particular.
En el caso de las elecciones al interior de las organizaciones sociales , debemos competir en todas las elecciones futuras a nivel estudiantil ,sindical ,poblacional, levantando la propuesta unitaria de la ASAMBLEA DE IZQUIERDA..
Comento:
Coincidimos en que es posible y necesario lo que ellos llaman participación electoral y por estos lados se llama control de las instituciones desde las asambleas vecinales, sólo que ellos plantean la vieja estrategia de la vanguardia de ganar espacios en los movimientos como grupo de partidos, o sea, la asamblea no opina ni tiene voz ni puede decidir, ya que está ahí como robot esperando quien gana la disputa para mover los hilos, quien va a dirigirla, y ese que dirige es quien determina caminos y aprieta botones para mover la marioneta de la asamblea, o sea, igual que el sistema capitalista que criticamos, que se eligen parlamentarios y presidentes que toman para si la soberanía popular y llevan el barco por donde les da la gana. Si ganamos, dirigimos, si perdemos, somos oposición a los otros que dirigen, en fin que vivimos entre ganar y perder y seguimos reproduciendo la verticalidad y el autoritarismo sin permitir la democracia horizontal. El partido o grupo de partidos aspira a hacer lo mismo? Ganar instituciones para dirigirlas quiere decir eso, ahora es otro problema que nos quieran convencer de que ellos son los buenos y van a dirigir llevando nuestros cuerpos por el camino de la felicidad, pero eso también va a ser terreno de disputa, de quien convence a quien.
En realidad es por eso que la gente ya no participa en las elecciones, tienen claro lo que son, significan y representan los partidos: el interés y las deliberaciones de un pequeño grupo instalado en la cúpula de su respectivo aparato.
Las asambleas no son para ser ganadas por alguna corriente que las dirigirá, sino que todas las corrientes y personas individuales participan opinando y decidiendo, sin tener que esperar una elección para poner allá arriba a uno de los vecinos a realizar lo que el conjunto hace muy bien juntos y entre ellos. La Asamblea Vecinal no puede tener “dirigentes” por nada del mundo. Así el socialista, el mirista, el derechista, el humanista, el anarquista, el independiente y aún el PC o el frentista si bajan algo sus banderas hegemónicas, lo que dudo mucho, y otros más trabajan codo a codo junto a los vecinos sin hacerse la cama ni intentar figurar para que la asamblea los “escoja” para ocupar un cargo al más puro estilo ejecutivo jacobino. Construir es tarea de todos, con o sin partido, de esta ideología o de la otra, de una u otra iglesia. Con ustedes y muchos otros colectivos es posible llegar a esta forma práctica de participar al interior de la vida cotidiana y de las asambleas vecinales o cabildos o como se les llame.
Como las decisiones de las asambleas son políticas, no deben ser ideológicas, ya que se trata de la política y del interés de los vecinos que participan creando un instrumento propio que más que orientarse hacia el estado, lo hacen hacia lo que sucede con sus cuerpos y de sus hijos, la salud, educación, alimentación, etc.
Por ejemplo, las juntas de vecinos y sindicatos no son postuladas por partidos, aunque nadie puede prohibirles, sino por gente definida por las asambleas vecinales, que instalan allí a sus representantes para decirles lo que deben hacer, no para que apliquen este programa o el otro. O sea, no es disputa de programas, sino elaboración del programa que va a implementar si gana el representante electo por esa asamblea para esa junta de vecinos o club deportivo, le guste o no, pero no tendría por que no gustarle si él mismo estuvo elaborándolo, a menos, claro, que sea dogmático y haya quedado con sangre en el ojo porque no se aplicó su propuesta. Lo mismo ocurre en el plano de los municipios, donde los candidatos a concejales y alcaldes deben definirlos cada asamblea de vecinos, sean o no de un partido, o sea, no es relevante su militancia, sino su capacidad y disposición comprobada a aplicar el programa vecinal elaborado para la ocasión, le agrade o no le agrade a su partido. Por eso de preferencia se trata de llevar candidatos independientes que pueden ir a las municipales de tres formas: independientes, filiándolos a algún partido o formando un bloque de uno o más partidos con independientes.
Lo central es que la asamblea de vecinos defina si va a las elecciones municipales o las que sea, a quienes lleva de candidatos, modalidades de independencia o alianzas con partidos, definición de programas y tareas de los electos. Por ejemplo. Si en un municipio se aceptan 5 candidatos a concejal por lista, deberían haber 5 asambleas locales o 10 unidas de dos en dos, etc. para designar su candidato a concejal.
Sigue:
6.-.-ORGANIZACIÓN DE LA ASAMBLEA DE IZQUIERDA:
Consecuentes con el concepto de territorialidad y de las asambleas, definimos que el proceso unitario se construirá fundamentalmente desde los territorios.
Cada organización tiene su autonomía política y orgánica. Y la coordinación se deberá hacer por Región o Territorios, además de una coordinación nacional.
Región Metropolitana será solo una unidad de dirección y coordinación regional.
En los territorios se deberá construir el referente unitario con las organizaciones que tengan presencia como tal, y será responsabilidad de esa coordinación territorial, el incorporar fuerzas regionales políticas y sociales a su dirección y accionar.
En una primera instancia LA ASAMBLEA DE IZQUIERDA A NIVEL NACIONAL se dotara de un coordinador, con 2 representantes por cada organización.
Posteriormente se llamara a una Asamblea nacional donde se estructurara una asamblea permanente nacional integrada por los representantes de las regiones, los que a su vez elegirán un coordinador nacional donde estén representadas todas las orgánicas.
7.-TAREAS INMEDIATAS.
Debemos impulsar la construcción del programa popular donde bajo el contexto de la solidaridad y el respeto hacia el otro, debemos levantar las tareas de recuperación de soberanía y dignidad
Nacionalización de las riquezas básicas y de de las grandes empresas distribuidoras de recursos básicos, recuperación del agua, del mar, defensa irrestricta del medio ambiente, nueva institucionalidad que construya una democracia participativa, salud y educación de calidad gratuita para las mayorías son puntos esenciales que el conjunto del pueblo ya han instalado como parte de un programa popular.
Comento:
No vinculan el programa con las asambleas vecinales, ya que su elaboración es del grupo de partidos. Tal vez sea una equivocación, pues las asambleas vecinales dentro de su protagonismo deberían elaborar sus propios programas locales que deberían implementar desde ya, con o sin control de instituciones, partidos, sindicatos o juntas vecinales.
Cierra el texto:
Con la unidad de la izquierda consecuente, Mil veces venceremos.
Gloria y honor a nuestros héroes,
Comento:
Esperemos que este material pueda ser discutido y analizado en diferentes lugares para así contribuir a que las alianzas partidarias respondan mejor a las necesidades populares, necesidades que deben ser perfiladas y presentadas por la misma población, que recibe directamente el impacto del nuevo modelo capitalista.
Otra contribución nuestra a la profundización del debate es el Taller de Marx y los Marxismos que está comenzando el mes de mayo y donde trabajamos diversos materiales de Marx, en especial algunos muy arrinconados por la nomenklatura, ya no sólo sobre la Comuna y sobre la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, sino otros más, como aquellos referidos a las comunidades. Sabía usted que Marx escribió muchísimo, páginas y páginas, sobre las comunidades?
Por ejemplo, en palabras de Marx, utilizadas para referirse al futuro posible de la comuna rural rusa, lo que se requiere para “salvar” en la actualidad a la forma comunal allí donde ella se ha preservado en una escala nacional es “desarrollarla” convirtiéndola en “punto de partida directo” de la construcción de un nuevo sistema de organización social fundado en la producción y la apropiación comunitaria-universal. Sorpresa? Eso huele a zapatismo…. Busque en Google: Marx, Carta a Vera Zasulich. Permítame parecer un tanto arrogante si sostengo que usted no sabía de la existencia de la compañera Zasulich ni de la carta donde Marx sostiene esa afirmación. No se sorprenda ni se enoje. Simplemente puede concordar conmigo en que nos habían metido el dedo en la boca. Es su momento de conocer y profundizar acerca de este autor, el padre de la emancipación del capital y del trabajo.
Dicho en palabras simples, Marx decía allí que no era necesario hacer el modelo capitalista acabado ni siquiera un socialismo, para avanzar desde la forma comunal hacia la sociedad sin clases. El etapismo de la revolución fue una invención de Lenin, que no fue seguidor de Marx como dice Stalin y toda la red informativa de la nomenklatura a nivel mundial, sino de Engels, el mentiroso, el que aprovechó la muerte de Marx para tergiversar su pensamiento en pos de la lucha por el poder.
Hereje! Nos dicen y sueltan a pleno viento aquellos ansiosos por ocupar cargos de dirección de lo que sea a partir de que piensan que son muy listos, casi como dioses.
Si desea recibir el programa del Taller, escriba a unlibre@gmail.com
Abrazos
Jaime Yovanovic (Profesor J)