Nota de Clajadep: Si bien la actitud de Sendero ha sido incorrecta, hay que ver que el Estado recluto gran cantidad de miembros de estas comunidades para la contrainsurgencia. Que los dejen en paz, ni intervencion del Estado ni de las ‘vanguardias’.
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Ashaninkas se rebelan contra Sendero y piden ayuda.
Satipo. Las tribus ashaninkas de Perú, diezmadas por Sendero Luminoso en los años ochenta y noventa, se rebelaron contra la reactivación de las actividades armadas.
Los ashaninkas de las comunidades de Quiteni y Quempiri, dedicadas principalmente a la agricultura y la caza en la cuenca del río Ene, en la selva central peruana, señalaron que no permitirán que vuelvan a actuar en la zona.
Fernando Sánchez Pérez, jefe de la comunidad de Quiteni, en el departamento de Junín, a 400 kilómetros de Lima, confirmó la presencia de Sendero Luminoso en el lugar.
El dirigente aseguró que les han comunicado una actitud distinta a la mostrada en décadas pasadas ya que ahora afirman que quieren trabajar junto a los campesinos y no asesinarlos.
Para este jefe indígena, ‘’Si ellos quieren volver, nosotros estamos listos para el enfrentamiento'’, aseveró.
Según diversas organizaciones que estudian a los indígenas, de los 55.000 ashaninkas que habitan en Perú, cerca de 10.000 fueron desplazados forzosamente en los últimos veinte años por la acción armada, 6.000 fallecieron en acciones violentas y unos 5.000 estuvieron cautivos por Sendero Luminoso.
Además en los tiempos más duros de Sendero, a finales de los ochenta y principio de los noventa, se ha constatado que desaparecieron entre 30 a 40 comunidades ashaninka.
En Quempiri, localidad ubicada a más de quince horas en bote de la ciudad de Satipo, se encuentra la comunidad ashaninka más grande de la cuenca del río Ene, con más de 400 pobladores.
De acuerdo a los nativos ashaninkas, los de Sendero hacen actualmente sus incursiones en las comunidades de colonos, llegados como emigrantes desde el altiplano peruano, pero no se atreven a ingresar en las comunidades indígenas.
‘’Visitan estas comunidades de colonos cada quince días, juegan sus partidos de fútbol, les piden alimentos y comida y luego se van'’, comentaron los dirigentes locales.
La mayoría de los 50.000 ashaninkas de Perú vive en la provincia de Satipo, declarada en estado de emergencia desde 1988, debido a la gran presencia de Sendero Luminoso que motivó entonces la creación de ‘’rondas y comités de autodefensa'’ que ahora pretenden reactivar.
Los nativos ashaninkas se dedican en su mayoría a sembrar yuca, ajonjolí y maní, aunque también a la pesca en los ríos y a la caza de venados, añuje y el majás (especies de perro y cerdo selvático, respectivamente).
Las mujeres indígenas, que se ocupan de criar a los hijos y de las tareas agrícolas, también se están integrando en los llamados comités de autodefensa.
La ausencia y discriminacion del Estado es total en Quempiri, donde los niños ashaninkas muestran claras señales de desnutrición, como bajo peso y una estatura menor a la esperada en niños sanos.
La única posta médica se encuentra cerrada desde hace años, con medicamentos caducados, y el único contacto con el exterior proviene de un antiguo aparato de radio que los comunica con localidades cercanas y sólo una vez al día con una emisora nacional.