De como Correa traicionó los postulados de la rebelión de los “forajidos” y se muestra como representante de la oligarquía de Guayaquil

04.May.11    Análisis y Noticias

04-05-2011

A consulta, si gana el si: hipotesis y conjeturas

Francisco Muñoz Jaramillo
Frente Montecristi Vive
Rebelión

Hay un conjunto de mistificaciones respecto a la realidad y sentido de la consulta- referéndum que se votará el 7 de Mayo. Tarea principal es desmistificar- o develar o desenmascarar- semejante ofensiva jurídico-política y descubrir el carácter del gobierno y los intereses que representa así como definir la perspectiva futura. Este artículo tiene por objetivo formular hipótesis y hacer conjeturas respecto a la postconsulta si llega a imponerse el SI.

Asistimos a un momento crucial del gobierno presidido por Rafael Correa (2007-2011) que con la convocatoria a la consulta y referéndum de mayo, intenta consolidar su viraje político que lo viene procesando desde hace algunos meses. Para nadie es desconocido que el uso de este recurso plebiscitario fue impulsado por el asesor jurídico -ex social cristiano Mera- y su círculo inmediato -donde se encuentran los Alvarados- uno de ellos Secretario de la Administración, a quien en los últimos días el Presidente de la República le ha otorgado un sinnúmero de atribuciones, incluso la de vocero oficial del régimen. Situación, que naturalmente nos lleva a colegir, que un triunfo del SI en el referéndum generará una amplia y consolidada hegemonía de este sector-ubicado y señalado por algunos analistas y propios militantes de Alianza País, como grupo de derecha vinculado a intereses viejos y nuevos de la oligarquía guayaquileña- al interior del gobierno, y, en consecuencia, limitará el campo de la decisión y acción de posiciones contrarias a este círculo.

Desde estos intereses y punto de vista, Correa y el Gobierno Nacional, apuestan al triunfo del SI en la consulta confiados en la popularidad y eficacia obtenida en los procesos electorales anteriores que Correa protagonizó; sin embargo, al parecer, no han procesado los cambios que la escena política, la población y los votantes han sufrido en los últimos meses, como resultado de la falta de eficacia y legitimidad para emprender los cambios propuestos y reinstitucionalizar efectivamente el país. Al parecer el predominio político de Alianza País y Correa -que fue significativo en años anteriores- no se advierte, en esta ocasión. La “bifurcación” que fue una situación que marco a la agrupación oficialista y al gobierno desde el momento en que el presidente de la Asamblea Constituyente, Alberto Acosta, “dio un paso al costado”, se ha tornado en diferencia y escisión del movimiento oficialista, que se manifiesta en el campo electoral de la consulta en la opción del voto por el NO.

Adicionalmente se ha configurado un proceso encaminado a generar una organización política opuesta al régimen, liderada por el ex ministro de Gobierno y coordinador de seguridad Gustavo Larrea, finalmente se ha escindido, manifestando su discrepancia con la línea doctrinaria social cristiana de la Consulta, la agrupación Ruptura de los 25; generándose así - como me permití manifestar en la Revista La Tendencia 11- resquebrajamiento orgánico y político del movimiento oficialista. Panorama electoral de la consulta que advierte, así mismo, un proceso de cansancio de la población en el liderazgo y forma de acción y expresión de Rafael Correa como también un claro proceso de desafección de los sectores medios serranos, principalmente, de Quito y Cuenca, entre las principales características.

Es necesario tener en cuenta, que ya en los comicios para elegir presidente y otras dignidades en abril de 2009, se produjo -como lo manifestamos- una “sensible debilidad” electoral en tanto el Presidente tuvo una baja del 2% respecto a su elección anterior de segunda vuelta en el 2006 y la bancada oficialista disminuyó de 80 escaneos en la Asamblea Constituyente a 54 en la Asamblea Nacional; lo que en estos meses ha generado preocupación y contrariedad del Presidente de la República produciéndose situaciones de impasse y conflicto político entre la Asamblea y el Gobierno quien finalmente logró subordinar el Parlamento al Ejecutivo.

Con estos antecedentes se puede examinar el triunfo del SI en la consulta que generará las siguientes situaciones hipotéticas:

Uno, se consolidará y profundizará el modelo político o régimen en curso basado en la implementación del llamado “hiperpresidencialismo” fuerte desde una forma de liderazgo caudillista, ligado a la necesidad de concentrar el poder limitando la independencia de las otras funciones del estado: legislativa y judicial, así como de la novísima función de la participación ciudadana. Esto se ha manifestado también en el caso de la otra función o poder, el Consejo Electoral.

Este modelo político tiene como sustento el giro del gobierno que se manifiesta a través del cumplimiento limitado de los postulados de cambio, originalmente planteados, y el pacto y/o coincidencia con la derechista agrupación guayaquileña Madera de Guerrero-socialcristiana.

La ofensiva en contra del movimiento social, su desarticulación, criminalización de dirigentes acusados de terroristas; la destrucción del sistema de partidos, como también de su propia agrupación Alianza País; la devastación de la sociedad civil y de la participación social; desde la imposición del liderazgo caudillista autoritario de Correa que nos recuerdan a personajes históricos como García Moreno y Velasco Ibarra ( a diferencia de Eloy Alfaro que representa un liderazgo revolucionario de otra naturaleza, basado en la representación popular -montoneras alfaristas- que derrotó a los tradicionales, conservadores, católicos terratenientes de la época; lejos esta Correa de este jefatura laico-libertaria que representó Alfaro); elementos todos estos que perfilan, entre otros, el régimen político que se aspira a consolidar con el SI de la consulta.

Dos, se abrirá el espacio para la consolidación del modelo o patrón de acumulación en curso, que en su aspecto principal se relaciona con el capital transnacional de carácter extractivista; y sectores del capital oligárquico remozado y modernizado; donde se vuelve pertinente la cuestión: ¿será posible el transito de una oligarquía rentista a una burguesía basada en la extracción y explotación de plusvalía? En síntesis en la postconsulta -de triunfar el SI-, se afianzará la línea de modernización capitalista en base a la misma- con matices- matriz productiva anterior, profundizando la extractivista. Orientación económica que restringirá el campo de acción de aquellas intenciones e intereses que se sustentan en la propuesta de cambio de modelo y matriz productiva, propuesto en el Plan del Buen Vivir elaborado por el gobierno. En esta perspectiva que describe el modo de enfrentar la economía por parte del gobierno; la “metedura de mano” a la justicia sugerido -inconstitucionalmente- por la Consulta y el Referéndum representa esa necesidad, intereses y objetivos: proteger a los sectores remozados de la oligarquía y al capital transnacional extractivista, así como armar la justicia para reprimir al movimiento social opuesto a este modelo de acumulación. En este sentido, así como Febres Cordero y Gutiérrez, metieron “la mano a la justicia”, para “cubrir” y garantizar los intereses en juego en la coyuntura ligados a la oligarquía guayaquileña y al capital transnacional, Correa actúa de manera similar a través de la influencia de personajes y funcionarios ligados al régimen, llamado “su círculo íntimo”, y desde los mencionados intereses de Guayaquil.

De tal manera que luego de la Consulta el gobierno podrá contar con tres herramientas fundamentales para ejercer el poder, generar este tipo de orientación económica, e imponer un estilo de gobernar basado en el chantaje, la represión, y aupación de mafias económicas y políticas; es decir en la línea de la vieja “partidocracia”; para afirmar el control de la Función Judicial y la selección de jueces (de estas formas de actuación sesgada ha dado cuenta Correa cuando manipuló la conformación del Consejo de Participación Social y Ciudadana y, actualmente, cuando intenta imponer a un hombre de su confianza para la designación de Fiscal General). En segundo término el control de la libre expresión de medios de comunicación y ciudadanos, quienes atemorizados se verán en la conveniencia de ocultar la verdad y evitar la denuncia de la injusticia. Finalmente el amedrentamiento del ciudadano común atemorizado por la figura del enriquecimiento“injustificado”, propuesto en una de las preguntas de la consulta del 7 de Mayo. Tres armas, las principales, que expresaran la ofensiva jurídico- política para este nuevo período en el proceso de implementación del modelo político, del poder y la economía extractivista oligárquico-modernizada.

Tres, el triunfo del SI en la consulta evidenciará una nueva forma de manifestación del “guayaquileñismo” (expresión que se usó para dar cuenta de esta postura ideológico política conducida por sectores oligárquicos de Guayaquil, que apelaron a la independencia regional, en contra del supuesto “centralismo” quiteño; convirtiéndole- económica, política y sobre todo culturalmente- en una de las estrategias más importantes de la lucha electoral y del ejercicio del poder de los presidentes de turno), que “como sombra” ha estado presente en la historia ecuatoriana y, particularmente, en las últimas décadas a través de los períodos presidenciales de: Jaime Roldós ( 1979-1982), cuando este intentó representar lo nacional en una confluencia de la una y la otra región (la Sierra y la Costa, Guayaquil y Quito); lo que determinó, que en dicho momento, las fuerzas políticas oligárquicas guayaquileñas lo impidieran, desde la presión encabezada por Asaad Bucaram, líder histórico de la agrupación populista guayaquileña CFP, quien ostentaba la presidencia del Congreso Nacional; de Febres Cordero (1988-1992) desde la prepotencia y autoritarismo en el ejercicio del poder, para subordinar lo democrático y liquidar formas de participación desde regiones e intereses asentados en la Sierra y Quito; de Sixto Duran Ballén (1992-1996) hombre de derechas que terminó defraudando y excluyendo intereses de Quito y la Sierra, asimilado por la corriente e intereses de Guayaquil y, desde Abdala Bucaram (1996-1997), de vida política efímera, quien actuó en claro afán por desconocer y excluir a Quito y la Sierra, desde intereses relacionados a la “lumpen” oligarquía del contrabando; finalmente a través de Lucio Gutiérrez (2004-2005) -Presidente serrano-quiteño- quien termina doblegado por el capital y la política de los intereses oligárquicos y de Febrescordero quien representaba de manera predominante los privilegios de las elites guayaquileñas.

Correa ha aparecido como un dirigente -de la llamada Revolución Ciudadana- ligado a la reivindicación serrana de los sectores medios (los “forajidos quiteños”), manifestando un nuevo afán por representar lo nacional (la atadura de las regiones); pero que en la realidad, en el forcejeo de posiciones, ha terminado representando la avanzada del“guayaquileñismo”. La consulta que tiene también este sello da cuenta de este sentido histórico-cultural, en tanto se intenta recuperar la influencia político electoral sobre la ciudad que le vio nacer y la relación con los intereses oligárquicos.

Autoritarismo, acumulación extractivista y oligárquico, como la nueva forma del “guayaquileñismo”; son las características que prefiguran el curso del gobierno de Correa luego de la consulta del 7 de mayo si triunfa el SI. Los interesantes procesos que se han evidenciado en los primeros cuatro años de gobierno relativos a la recuperación, antineoliberal, del Estado, como de “gestos” soberanos y políticos (como el que se dio últimamente con la declaratoria de persona no grata a la Embajadora del EE.UU); reconfiguraran en este periodo que se avecina, luego de la consulta si gana el SI, la verdadera dirección del proceso político ecuatoriano: el Estado - como ya se expresa ahora- será una de las palancas de la remozada y modernizada acumulación y los “gestos” y políticas soberanos y nacionalistas dejaran el espacio abierto para el chantaje e imposición de intereses económicos y políticos ligados la potencia del norte.-