Chile: HidroAysén, la violencia y el soplonaje policial

31.May.11    Análisis y Noticias

HidroAysén, la violencia y el soplonaje policial

Una cosa son los miles de participantes en las protestas contra HidroAysén y otra son algunas personas y ONGs que hacen parte de la convocatoria. Toda protesta siempre va a tener diferentes componentes, en especial si se trata de una protesta pacífica, ya que la única manera de hacerlo es respetando la autonomía de los participantes, no de la “mayoría” como si fuese un evento de la democracia formal. Todo evento del tipo que sea va a tener diferentes formas de expresión. Personalmente defiendo las formas pacíficas, pero no soy policía como para apuntar con el dedo a los que utilizan otras maneras de manifestarse en actos públicos y abiertos. He discutido y seguiré discutiendo con aquellos compañeros que hacen uso de la violencia en la lucha social en esta fase de la situación chilena. Personalmente también soy violento si se pasan ciertos límites sociales. No estoy de acuerdo con salir a ninguna protesta a romper cosas o simplemente lanzar piedras a los pacos, pero me arden las manos por agarrar piedras, o algo más, cuando matan a un mapuche, un obrero forestal, un estudiante o quien sea porque el estado ha enviado la fuerza represiva a contener la indignación y la protesta social, sin embargo entiendo que no se trata de mi indignación personal, sino de la capacidad creciente de los movimientos sociales y los vecinos de los barrios por empoderarse de sus cuerpos, sus vidas y territorios para efectuar los cambios necesarios desde su casa y su barrio hacia la comuna y el resto de los territorios ocupados por el estado chileno.

Ese estado durante dos gobiernos ha levantado el proyecto de HidroAysén, que nadie se llame a engaño, este es un proyecto de la Concertación. Decir otra cosa es mentir interesadamente para hacer oposición oportunista. La Alianza simplemente toma un proyecto defendido en su época por Lagos y Bachelet, no es justo que diferentes grupos de izquierda vengan ahora a defender a los partidos y personeros de la Concertación por oportunismo electoral atacando a Piñera solamente porque vienen las elecciones. Eso no es construir algo nuevo, es puro y simple oportunismo electorero.

Los que hemos estado en contra del proyecto, hemos adherido y apoyado tanto a las convocatorias y declaraciones de Patagonia sin Represas como a los Jóvenes Tehuelches desde que empezaron con sus primeras denuncias. Desde que nació la Red de Economía Popular y Ecología Social en Valparaíso bajo mi coordinación alrededor del año 2004, hemos estado junto a esa lucha como consta en materiales que hemos divulgado desde esa fecha, al igual que junto a la lucha del pueblo mapuche, que tuvo en los gobiernos de la Concertación a sus principales enemigos que les aplicaron con saña la ley antiterrorista y militarizaron el territorio del Wallmapu, dejando varios comuneros muertos. Ahora esos asesinos de la Concertación muy aliados con sus nuevos amigos del Partido Comunista y otros grupos de izquierda interesados más en el poder que en los cambios, aparecen muy “protestantes” junto a las banderas del pueblo mapuche y de colectivos ecologistas a los que antes no daban bola. Vueltas de la vida, pero por más que se maquillen la cara siguen siendo asesinos como Pérez Zujovic, el genocida de Puerto Mont, y Pérez Yoma, el genocida del pueblo mapuche. Esas cosas no se olvidan, sólo los políticos interesados y oportunistas van borrando las cosas con goma de sangre para aliarse aún con el demonio con tal de compartir el poder en el parlamento.

Ahora apareció de la nada, de la insignificancia, una ex pequeña y actual muy importante ONG ecológica llamada Acción Ecológica, que aprendió a domesticar movimientos sociales en la mismísima escuela de la Susan George, ex presidenta de Greenpeace y posterior vicepresidenta de Attac-Francia, cargo desde donde disparó nutrido fuego contra los luchadores callejeros de las batallas antiglobalización de la década de los 90. Attac nació como propuesta de aplicar la tasa Tobín de impuestos a la circulación financiera internacional y propuso junto a Greenpeace que esos dineros fuesen distribuidos por ellos (Caramba!) y otros grandes como Oxfam y Amnistía Internacional a los pobres del mundo que debían organizarse detrás de la llamada “sociedad civil”, formada por la alianza entre ONGs, sindicatos e iglesias. Propuesta muuuuuy interesante, no para los pueblos, claro, sino para ellos. Esos sujetos de Attac desde Francia, formada por ex viejos cuadros próximos y militantes del PC francés en el periódico Le Monde Diplomatique, organizaron junto al PT de Brasil el Forro Social de Porto Alegre que aseguró la victoria electoral de Lula en ese país y la de Kirchner en la vecina argentina. No por otro motivo más del 50% de los asistentes en Porto Alegre eran del PT y su filial del MST con miembros de la CTA argentina, formada bajo la alianza del PC de ese país con un sector peronista. Todo ello bajo el manto del acuerdo continental entre Chávez, Lula y Kirchner que formaron el alegre trío del Mercosur “revolucionario” que aniquiló el movimiento social brasileño y destrozó las asambleas vecinales argentinas que se multiplicaban por miles y había que contenerlas. Ahora esa “alianza” tri-tri (triunvirato triunfante) ya no es necesaria y Dilma, la clonación de Lula, declaró que rompía lazos ideológicos y de amistad con Chávez, que se quedó con el traje de novio puesto y las flores compradas.

Esas asambleas vecinales argentinas formaban parte de la oleada mundial de lucha antiglobalización donde las grandes marchas de Praga, Gotemburgo y aún Seattle, destacaban como cabeza de iceberg informando al mundo que había un movimienmto autónomo que crecía por todas partes. Attac encabezó la estrategia contra esa expresión social de multitudes que recorría el mundo y junto al PT brasileño establecieron alianza con la Fundación Ford para financiar el 60% de los gastos del Forro de Porto Alegre, que consiguió engañar a todo el mundo.

Ahí hace su entrada en escena la inefable Susan George, que abandona Greenpeace en esos días de auge de movilizaciones sociales por todos lados, dejando de sucesor a un paniaguado suyo y asume el mando operativo y propagandístico de Attac Francia bajo la mirada bonachona y feliz de Ignacio Ramonet, que había viajado a conocer el subcomandante Marco del EZLN y salió de ahí sin haber conseguido plegar a ese movimiento indígena a la estrategia de Porto Alegre. Luego enviaron al MST de Brasil para ver si los engañaban con el cuento de la Vía Campesina, pero los zapatistas tampoco se tragaron la rueda de carreta de esa organización de aparatos partidarios que dirigen asociaciones del campo en algunos países y dijeron nones a la Vía Campesina. Susan o Susanita como le dicen sus colegas en París, escribió un famoso artículo criticando la violencia de los grupos anarquistas, autónomos y rebeldes que exploraban nuevos caminos después de la caida del muro y que durante las inolvidables batallas de Praga, Gotemburgo y Venecia, controlaron las principales calles de esas ciudades haciendo arrancarse los pelos de pura rabia a los jefes policiales que no encontraban como agarrar a ese león social y enjaularlo. Ella cuestionó duramente a los luchadores y llamó a las organizaciones de la sociedad civil a combatirlos, partiendo por el aislamiento y por el acuerdo previo con la policía respecto a las calles por donde pasaría la manifestación y el compromiso de denunciar a los que de forma autónoma ejercían otras formas de lucha. En Gotemburgo hubo acuerdo previo entre Attac y la policía para definir ruta y otras cosillas, pero la manifestación rompió con la represión interna que pretendía ejercitar esta organización nacida del PC francés y apoyada por todos los PCs del mundo, la gente escapó del cerco y se apoderó de las calles combatiendo contra la represión durante largas horas, no 10 o 200 personas, sino miles, pues había dejado de ser un aparato de vanguardia para hacer carne masiva en la población. Varios compañeros chilenos exiliados e hijos de exiliados participaron activamente de la gesta de Gotemburgo y algunos han relatado esa rica experiencia.

Debido al fracaso del plan de control de Attac en Gotemburgo, llevaron mejorando el plan de contención de la lucha social a Barcelona, donde Attac rodeó la marcha con gente vistiendo camisas blancas con el objetivo de aislar a los luchadores de la masa de la manifestación.

De allí viene la escuela de la ONG chilena “Acción Ecológica”, de la que su líder Luis Mariano Rendón declaró a los medios que habían puesto 20 jóvenes vestidos de blanco para impedir desmanes, que habían definido con la policía chilena la ruta y detalles de la manifestación, que la idea es aislar a los que llama de “violentos”, mientras hace gritar a los manifestantes los peores insultos a la madre del presidente chileno, cosa que escucharon cientos de niños y niñas que fueron a “aprender” como se hace una marcha pacífica, informando también que había que denunciar a los que cometieran “desmanes”, en fin, un soplón de primera clase, un infiltrado del sistema en las manifestaciones de la población que expresa su indignación de variadas formas, siendo mucho más violentas aquellas de educar a los niños con los peores insultos de baja clase y fuerte grosería. Los verdes alemanes, aquellos del capitalismo verde, es decir, que cuidan algún animal o plantita tapando el extractivismo minero que es justamente el que requiere toda esa energía que quieren producir en Aysén, están felices con sus amigos de aquí que apuntan con el dedo a los luchadores. De seguro van a soltar plata como locos y el hombre va a estar en su apogeo. Él no está con Bachelet ni con Piñera, sino con los que le suministran la gasolina.

Nosotros, de la Red de Economía Popular y Ecología Social llamamos a las organizaciones ecologistas y ambientalistas chilenas a rechazar la violencia en cualquiera de sus formas, a debatir intensamente que la necesidad de cambios debe hacerse de forma pacífica, pero que no debe quedarse solamente en marchas en el centro de la ciudad. Hay que arrebatarle esa bandera a esa ONG y a los políticos de siempre que se aparecen con sus banderas para cosechar. Hay que crear comités ambientalistas y ecologistas en todos los barrios que convoquen a la población a cambiar el actual estado de cosas, que así como vamos nos van a encajar HidroAysén por las narices, que se hagan comités autónomos de salud y educación, se generen huertas barriales y redes de economía alternativa basada en el trueque y la alimentación sana. En fin, no basta discutir ni marchar, hay que usar las manos y los corazones para juntarse con los vecinos a realizar cambios efectivos partiendo de nosotros mismos, no pidamos más que haga cambios el gobierno, que no los va a hacer, ni el gobierno que vendrá después, sino empecemos desde abajo sumándonos a las decenas de colectivos que trabajan con autonomía desarrollando autogestión y energía alternativa, cambiando las relaciones entre vecinos, saliendo de las casas a crear un nuevo marco referencial para la educación de los hijos, que no vean más a los adultos separados y compitiendo unos contra los otros, sino que nos vean compartiendo. esa es la mejor escuela. Si viene la temporada electoral, no hagamos el juego a los partidos yendo detrás de sus consignas, sino que hagamos las nuestras: concentremos fuerzas en los barrios y levantemos candidaturas independientes a concejales y alcaldes, no importa que no ganemos, pero no les dejemos la cocina a ellos, pues en la puerta del horno se quema el pan. Con los votos reunidos y los interesados en continuar desde abajo, podemos organizar especies de municipios autónomos que desarrollen tareas comunitarias desde una perspectiva independiente.

Pero una cosa es que seamos pacifistas y otra muy diferente es que nos pongamos a marcar y aislar a los que piensan y actúan diferente a nosotros, apuntarles con el dedo y denunciarlos.

Esa es tarea sistémica, por lo tanto no aceptemos que nadie venga al movimiento a decirnos que apuntemos al vecino o al amigo. Ya fue suficiente tener que aguantar al cura de La legua que pidió militarización de los colegios. Muy por el contrario, seamos nosotros los que apuntemos con el dedo a quienes nos invitan al soplonaje, pues aceptando esa invitación estaríamos auxiliando a una mayor división de la población.

Seamos constructivos, no seamos solamente contestatarios. Apliquemos también en Chile la nueva consigna de las asambleas de calles y plazas españolas que ya se extienden por los barrios de diferentes ciudades y ha llegado a varios otros países:

NO SOMOS ANTI-SISTÉMICOS, EL SISTEMA ES ANTI-NOSOTROS

Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
Red de Economía Popular y Ecología Social
redecosocial@gmail.com
http://clajadep.lahaine.org