Autonomía y control de los territorios en América Latina

02.Jun.11    Análisis y Noticias

Por Ana Esther Ceceña

El desafío de la autonomía

Los procesos políticos de construcción de autonomía desarrollados
por los pueblos en la actualidad implican una concepción del
mundo, de la vida en sociedad, de la naturaleza, y de la relación entre
sociedad y naturaleza, distinta a la que propone el capitalismo. En sí
mismo, el planteamiento de la autonomía supone una ruptura con la
concepción occidental/capitalista del mundo sobre la que se organiza
el sistema en su conjunto. En esa medida se trata de una propuesta
muy radical, más allá de sus modalidades o de su amplitud. Implica
realmente una diferencia sustancial en términos de la organización
de los modos de vida y es por ello que se convierte en una amenaza
para el sistema.
16. Gobernadores yaquis con miembros de la Comisión Intersectorial con quienes se
debía establecer la restitución definitiva del territorio. En esta imagen están discutiendo
acerca del plano definitivo. Territorio yaqui, Sonora, s/f.
Foto: Colección personal del señor Xicoténcatl Félix.196
Otras Geografías
El capitalismo neoliberal, que es el escenario en el cual se
están ubicando estos procesos, tiende a la universalización de la
propiedad privada individual y la lleva hasta profundidades nunca
antes alcanzadas por el capitalismo, como las de la apropiación de
los genes. La propiedad privada penetra en nuestros cuerpos aun
sin tocarlos, mediante la apropiación de parte de nuestros mapas
genéticos. Claramente, los seres humanos son una porción de esa
“naturaleza” que se pone al servicio del progreso de una humanidad
que es negada en sí misma en el mismo acto.
Deshacer sujetos, individualizar, aislar para fragilizar y facilitar
la apropiación. Es así como el capitalismo avanza en su camino:
rompiendo el camino de los otros; negando cualquier posibilidad
de organización colectiva. La territorialidad capitalista es la de la
objetivación.
La sabiduría de los pueblos, que es mucho más antigua que el
capitalismo, se ha construido en colectivo y en interacción con la
naturaleza, que no es algo separado sino que constituye, junto con los
seres humanos, las montañas y los ríos, la comunidad. La comunidad
es el espacio de la socialidad y de la política; es el lugar de la
intersubjetividad y del conocimiento o interpretación del cosmos.
Es el lugar donde se construye el sujeto, que siempre es colectivo
y también político. El sujeto es el límite real de la objetivación y la
apropiación. El sujeto-comunidad; el sujeto-territorio.
Construir autonomía es sujetizarse; es construir una territorialidad
propia; es entender el territorio como la conjunción de la tierra y el
cosmos, de la historia y la cultura, de montañas y valles, de vivos
y muertos, de hombres y mujeres,
de selvas y páramos, de todo lo que
hace y ha hecho posible la vida, un
cierto tipo de vida, una vida con
historia. La pacha mama o la madre
tierra no son un pedazo de terreno,
son una concepción del mundo, de
la pacha mama o
la madre tierra son
una concepción de
la humanidad, del
cosmos y una forma
de vida construida en
un lugar determinado197
eL controL desde arriba y La Práctica de La autonoMía desde abajo
la humanidad, del cosmos y una forma de
vida construida en un lugar determinado.
Pero el territorio es en el capitalismo
un elemento de disputa y de competencia;
en la competencia internacional, hoy, la
apropiación de territorios es un elemento
fundamental.
Los componentes esenciales del proceso de reproducción y las
fuentes principales de poder en el mundo actual son elementos que
están fijos en el territorio; en ciertos territorios y no en otros; que no
pueden ser simplemente movidos de lugar para ser aprovechados; que
sólo pueden ser apropiados apropiándose el territorio: yacimientos
de agua, de petróleo, de gas, de germoplasma, de metales estratégicos
como los principales. Son los bienes que mueven y definen hoy el
sistema y el juego de fuerzas interno, y que además apuntan hacia las
estrategias del futuro.
La lucha por los territorios es lo central en esta fase que,
paradójicamente, se caracteriza como del capitalismo financiero. Es
en ese terreno donde se decide la competencia, la hegemonía y la
misma perdurabilidad del sistema; es también ahí donde los límites
a la objetivación deben ser y están siendo colocados. Es en la disputa
de territorialidades, donde el sujeto autonómico propone formas
de organización social diferentes al capitalismo, que apuntan a la
sustentabilidad del planeta y no a su destrucción, una politicidad
que recupera las relaciones intersubjetivas frente a las sujeto-objeto
propuestas por el capitalismo, es ahí donde están tocándose las
posibilidades de una bifurcación histórica.
Pero como los territorios son complejos, como son espacio de cruce
de historia, cultura, geografía y vida, son expresión y resultado de los
modos de entender el mundo y de estar en el cosmos, sus dimensiones
simbólicas tienen que ser sometidas para poder apropiarse de ellos.
Para controlar los territorios-comunidad, los territorios-sujeto, es
necesario romper los sentidos del mundo y avanzar en técnicas de
en la disputa
de territorialidades
el sujeto autonómico
propone formas
de organización
social diferentes al
capitalismo198
Otras Geografías
biopoder, que también se llaman de contrainsurgencia. Es necesario
el control del cuerpo y de la mente de las personas, es necesaria la
de-sujetización.
La apropiación de territorios tira por los dos lados: busca un buen
posicionamiento frente a la competencia a través del monopolio de
los recursos estratégicos; y busca también el control de las poblaciones
que son sometidas o desestructuradas mediante la privatización del
agua, la expulsión de sus lugares (selvas, bosques) y sus modos de
vida, de sus referentes históricos y simbólicos. Todas estas cuestiones
que los procesos autonómicos están reivindicando.
Territorios diseñados
La Tierra se va transformando con la historia que le imprime marcas,
le coloca fronteras y diques, la contiene o en ocasiones, la potencia
y la libera. La Tierra contiene una y mil historias en los cauces de
sus ríos, en sus manchas selváticas, en sus desiertos, montañas y
glaciares.
La exuberante selva del Amazonas, que hoy se retrae para dar
paso al “progreso” capitalista, fue producto de miles de años de
asentamientos que fueron creando la terra preta, tierra mejorada y
fértil que permitió ir extendiendo la mancha verde de millones de
especies.
Un número cada vez más grande de investigadores ha llegado a
la conclusión de que la cuenca del Amazonas […] Lejos de ser la
tierra virgen intemporal y con un millón de años de antigüedad
que muestran las postales, […] es el resultado de una interacción
histórica entre el medioambiente y el ser humano. (Mann 2006: 378)
…durante mucho tiempo unos pobladores inteligentes, que
conocían trucos que nosotros aún estamos por aprender,
utilizaron grandes parcelas de la Amazonia sin
destruirla. Ante un problema ecológico, los
indios lo resolvían. En vez de adaptarse a la
la vida se escribe
sobre la tierra,
“geografiando”199
eL controL desde arriba y La Práctica de La autonoMía desde abajo
naturaleza, la creaban. Estaban en pleno proceso de formación de
la tierra cuando apareció Colón y lo echó todo a perder. (Mann
2006: 410)
La vida se escribe sobre la tierra, “geografiando” —como nos recuerda
Carlos Walter Porto Gonçalves.
Y si bien algunas sociedades lograron crear el maíz, el pejibaye,
la terra preta y un sinfín de híbridos, variantes y tecnologías que
enriquecían el fortalecimiento y diversificación de especies, otras, como
la occidental capitalista, se han ocupado de simplificar la naturaleza
buscando su ordenamiento o su legibilidad. Dentro de éstas últimas,
la naturaleza se pone al servicio del progreso, y para ello tiene que ser
inteligible y legible. Es necesaria la transformación de la naturaleza
mediante criterios de orden y eficiencia, trocando o simplificando sus
códigos de comportamiento para adecuarlos a las herramientas de
lectura y apropiación desarrolladas por la clase dominante:
El discurso utilitarista reemplaza el término “naturaleza” con el
término “recursos naturales”, focalizándose en aquellos aspectos de
la naturaleza que pueden ser apropiados para el uso humano […] las
plantas valiosas devienen “cosechas”, mientras que las especies que
compiten con ellas son estigmatizadas como “maleza” y los insectos
que las ingieren como “plaga”. (Scott 1998: 13)
La agricultura es, después de todo, una reorganización radical
y una simplificación de la flora para adaptarla a objetivos
humanos. (Scott 1998: 2)
La manera como las diferentes sociedades conciben, entienden y
escriben la tierra se relaciona con los modos de organización social
en sí mismos, con las relaciones de socialidad y de poder que les
son propias. Sociedades plurisujéticas,
que reconocen la multiplicidad de
agentes sociales, tienen un modo de
relacionarse con la naturaleza y crear el
territorio muy distinto al de sociedades
el discurso utilitarista
reemplaza el término
“naturaleza” con el
término “recursos
naturales”200
Otras Geografías
como la capitalista, que tiende a la objetivación para establecer su
dominio. La objetivación de la naturaleza y el territorio conduce a su
racionalización o, en otras palabras, a su apropiación racional.
Una vez que el territorio, la naturaleza y la sociedad adoptan
carácter de objetos pueden ser organizados funcionalmente.
Los planes de ordenamiento del territorio americano
Tanto las capacidades tecnológicas como los alcances políticos
determinan las condiciones y el ambiente en el cual se definen las
dimensiones y posibilidades de uso y ordenamiento de los territorios.
El neoliberalismo, como proyecto de solución de una crisis que tocaba
todos los ámbitos de las relaciones capitalistas, llegó acompañado de
su propia manera de apropiarse los territorios y refuncionalizar el
espacio.
Los planes económicos
La batalla de Estados Unidos por mantener su hegemonía
—amenazada por las versiones orientales del capitalismo— los llevó
a revitalizar la vieja (1823) pero totalmente vigente doctrina Monroe
(América para los americanos), y a voltear hacia el continente como
auténtica plataforma de guerra, así sea guerra comercial, frente a la
competencia del exterior.
Tímidamente, este nuevo diseño continental inicia por los
territorios más cercanos: el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN) marca las pautas de una expansión que se
irá ampliando geográficamente y
profundizando dimensionalmente. Del
comercio se pasará a la infraestructura,
a las políticas económicas, a la
normatividad, a las comunicaciones y….
a la seguridad. De América del Norte
se salta hacia Sudamérica, el Caribe y
América Central, siempre con especial
del comercio
se pasará a la
infraestructura, a las
políticas económicas,
a la normatividad, a
las comunicaciones
y…. a la seguridad201
eL controL desde arriba y La Práctica de La autonoMía desde abajo
cuidado de incluir las zonas que pueden ser catalogadas como
estratégicas no sólo dentro de uno de los tratados, planes o proyectos
sino en varios a la vez.
Así ocurre con la región tropical de América, que abarca desde
el sur de México hasta la Amazonia, y que está comprendida
en el TLCAN, en el Plan Puebla Panamá, en el Plan Colombia,
en el Tratado de Libre Comercio de Centroamérica y República
Dominicana (CAFTA-RD), en la IIRSA y, como toda América, en el
temporalmente abortado proyecto del Área de Libre Comercio de las
Américas (ALCA).
Estos megaproyectos se han ido desplegando poco a poco sobre el
territorio latinoamericano. El TLCAN funcionó como mecanismo de
recuperación de la competitividad estadounidense para enfrentar el
bloque que se había formado en la cuenca asiática, pero simultáneamente
fue una experiencia comercial, de inversiones, jurídica y demostrativa,
que constituyó la base sobre la cual se diseñaron el resto de los tratados
impulsados en el continente, entre los que habría que destacar, por su
envergadura, el alca.
Una vez echados a andar los planes estratégicos directamente
económicos (TLCAN, CAFTA-RD, TLC Chile-USA), precedidos
por profundas transformaciones de los marcos constitucionales
nacionales que desprotegieron los acervos patrimoniales y la
soberanía de las naciones sobre los bienes que por naturaleza,
geografía e historia les pertenecían, se avanzó hacia la cobertura
de áreas fundamentales que no habían podido ser incluidas en esos
primeros tratados.
Los planes de control militar
Un segundo momento en estos planes estratégicos combina intereses
económicos relacionados con el acceso a zonas privilegiadas por
sus dotaciones materiales, con una acción de control directo sobre
poblaciones y puntos geográficos determinantes. 202
Otras Geografías
La ambición de controlar algunas rutas porosas de negocios no
regulados y altamente rentables, el interés de penetrar la cuenca
amazónica y supervisar la conexión entre el norte y el sur del
continente —en esa pequeña cintura donde América se quiebra—,
y el afán de combatir insurgencias de larga historia: estas las
motivaciones que llevan al establecimiento del Plan Colombia. Dicho
Plan hoy abarca desde la frontera entre Colombia y Panamá hasta el
sur de Perú, aunque con la reciente autoexclusión de Ecuador.
Los megaproyectos de infraestructura
El tercer momento, aunque temporalmente sobrepuesto, como los
otros, es el que busca trazar nuevas rutas, adecuadas a la geografía
económica del siglo XXI: las nuevas venas abiertas hacia el imperio
que responden a nuevas necesidades y a una diferente selección de
las materias primas y los llamados recursos estratégicos. Caminos
17. Desfile de la Policía Comunitaria en su 9° aniversario, Colombia de Guadalupe,
Guerrero, octubre 2004.203
eL controL desde arriba y La Práctica de La autonoMía desde abajo
que conecten los grandes centros de producción y consumo del
mundo, que abaraten y aceleren los traslados y que al mismo tiempo
refuercen la vigilancia y el control sobre los mismos es el objetivo.
Hacer fluir el corazón de las selvas o las profundidades de las
minas hacia los centros industriales y, a la inversa, llevar el espíritu
industrial y competitivo hasta el centro de las selvas y minas. Agilizar
los desplazamientos diversificando sus medios: ferrocarriles,
autopistas, ríos, canales y cables de fibra óptica. Transformar el
territorio. Adecuarlo a las nuevas mercancías, a las nuevas tecnologías
y los nuevos negocios. Cuadricularlo, ordenarlo, hacerlo funcional
y… productivo. Ese es el modo capitalista de entender la naturaleza
y relacionarse con ella.
Objetivos prácticos habían animado al utilitarismo matemático,
que parecía promover la perfección geométrica como el signo
distintivo de un bosque bien administrado, al tiempo que el
ordenamiento racional de los árboles ofrecía nuevas posibilidades
para el control de la naturaleza. (Lowood, Henry, en Scott, 1998: 15)
Hacer de las nuevas rutas lugares de trabajo, instalando plantas
ensambladoras a lo largo de los caminos o utilizando barcos-fábrica;
hacerlas adecuadas al movimiento de petróleo, gas y minerales
tanto como al de información; multiplicar los usos de la naturaleza,
haciendo del agua medio de traslado y mercancía; establecer nuevos
ordenamientos lógicos y, en la práctica, nuevas fronteras. Eso contiene
esta otra modalidad de planes estratégicos infraestructurales.
Dentro de esta línea, dos planes que se anuncian como
iniciativas locales independientes y de cuño autóctono, tienen la
curiosa virtud de abarcar desde la zona más austral hasta México,
vinculando y reorganizando todo el espacio latinoamericano.
Curiosamente también, aunque
tenían diversos antecedentes sueltos,
fueron presentados ambos como
planes articulados en el año 2000:
el megaproyecto del
Istmo de Tehuantepec,
que intentaba
complementar al
de Panamá204
Otras Geografías
el Plan Puebla Panamá (PPP) y el proyecto de Integración de la
Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA).
El Plan Puebla Panamá
El PPP, lanzado como tal por Vicente Fox en su campaña electoral,
agrupó varios proyectos anteriores dándoles un sentido nuevo:
1. El megaproyecto del Istmo de Tehuantepec, que intentaba
suplir o, más bien, complementar al de Panamá. Este corredor
o canal del Istmo de Tehuantepec, que fue objeto de un
proyecto anterior al de Panamá, abortado por la Revolución
mexicana, se planea a inicios de los años noventa como un
canal multimodal (carretera, ferrocarril e hidrovías
1
) de nivel
internacional, a la vez que un cinturón maquilador capaz de
terminar de ensamblar las partes provenientes de distintos
lugares del planeta y convertirlas en las mercancías finales que
abastecerán en su mayoría el mercado estadounidense pero con
salidas hacia los otros dos importantes mercados del planeta:
la cuenca asiática y Europa. Simultáneamente este corredor
se vislumbra como una frontera o dique para detener a los
migrantes centroamericanos e impedir que sigan camino hacia
Estados Unidos, estableciendo casi un paso fronterizo nuevo;
2. El corredor biológico mesoamericano (CBM), proyecto
del Banco Mundial para reconstruir los pasos de especies
entre el norte y sur del continente, dictando las normas de
su tratamiento futuro. Es decir, ordenándolos de acuerdo
con los criterios de legibilidad, eficiencia y productividad
mencionados arriba. Los dos puntos neurálgicos de este
corredor se encuentran en la Selva Lacandona (México) y en
la Selva del Darién (Panamá). Ambos constituyen encrucijadas
1
La hidrovía no es una simple vía navegable sino una preparada para su utilización
permanente (24 hrs/365 días), con señalización, mantenimiento, normas físicas de estándar
universal, puntos de conexión intermodal (de paso de modo fluvial a modo terrestre) bien
habilitados, carta de navegación y algunas otras condiciones del mismo orden. Ver Bara,
Sánchez y Wilmsmeier, 2006: 53-54.205
eL controL desde arriba y La Práctica de La autonoMía desde abajo
bióticas donde confluyen especies de biomas diferentes y se
generan nuevas especies o nuevas variantes de las ya conocidas.
Puntos fundamentales para garantizar la reproducción y
multiplicación de las dos manchas selváticas que se encuentran
al norte y sur de Centroamérica (Sureste de México y Cuenca
amazónica) y que, en conjunto, conforman el mayor y más
diverso yacimiento genético del planeta.
3. Simultáneamente, el Plan Puebla Panamá agregó nuevas
iniciativas como la de integración energética desde Panamá
hacia Estados Unidos. El aumento constante del consumo
energético de Estados Unidos fue uno de los elementos
centrales de la redefinición de sus políticas hacia el resto
del mundo, orientando tanto los tratados comerciales y las
medidas de ajuste y desregulación promovidas a través del
Fondo Monetario Internacional (fmi) y del Banco Mundial
(BM), como las iniciativas de guerra. El Reporte del Grupo
de Desarrollo de la Política Nacional de Energía afirmaba, en
2001, que:
Las estimaciones indican que en los próximos 20 años el consumo
de petróleo de USA se incrementará un 33%, el consumo de
gas natural por pozo más del 50% y la demanda de electricidad
ascenderá un 45%. Si la producción americana de energía crece
al mismo ritmo en que lo hizo en durante los 90s, enfrentaremos
una brecha cada vez mayor. (NEPD 2001: x)
Y esta deficiencia crítica, que colocaba a Estados Unidos en una
posición de altísima vulnerabilidad, llevó a repensar la funcionalidad
de los recursos del Continente y a trazar planes de gran envergadura
que dieran materialidad a las venas abiertas de las que hablaba
Eduardo Galeano, bajo la forma de oleoductos, gasoductos y redes de
generación (hidroeléctricas sobre todo)
y transmisión de energía eléctrica.
la conformación de
un mercado de
trabajo único para
las maquiladoras206
Otras Geografías
4. Y, finalmente, el PPP se propuso la conformación de un
mercado de trabajo único para las maquiladoras, aprovechando
toda la fuerza de trabajo barata que pudiera provenir de los 64
millones de habitantes de la zona, marcadamente pobres y con
un alto porcentaje de población indígena.
Todos estos proyectos requieren, indudablemente, de un
avituallamiento comunicacional. Completar, modernizar e integrar
las rutas y puertos para garantizar los traslados ágiles y baratos,
con telecomunicaciones que permitan su control y seguridad, fue
quizá la propuesta más visible del PPP. Quizá también, junto con las
hidroeléctricas, la más combatida.
Este Plan ha tenido un rechazo amplio que permitió la
conformación de organizaciones campesinas y de la sociedad
civil a nivel mesoamericano. Pero si bien esto ha obstaculizado su
avance en términos generales, hoy el PPP se amplía incorporando a
Colombia, con toda su carga militarista, y algunos de sus proyectos
han ido prosperando unilateralmente o se han trasladado, por lo
menos parcialmente, hacia otros planes. Tal es el caso de la iniciativa
de integración energética recientemente incluida en la Alianza para
la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN).
Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica IIRSA
La iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional de
Sudamérica (IIRSA), que parece estar diseñando nuevas fronteras
internas para el Sur del continente, se anuncia públicamente
en agosto-septiembre de 2000 en una reunión auspiciada por
Fernando Henrique Cardoso en Brasilia, con la presencia de los
representantes del Banco Interamericano
de Desarrollo (BID).
El BID fue creado en 1959 para apoyar el
desarrollo económico y social de América
Latina y el Caribe, justo cuando la revolución
cubana empezaba a abrir nuevos cauces.
este Plan ha tenido
un rechazo amplio
que permitió la
conformación de
organizaciones a
nivel mesoamericano207
eL controL desde arriba y La Práctica de La autonoMía desde abajo
En 1961 se lanza la Alianza para el Progreso
(ALPRO), iniciativa contrainsurgente que
intentaba impedir otra experiencia como la de
Cuba, junto con la siniestra USAID como su
brazo operativo, con un objetivo similar al del
BID pero con dos líneas de financiamiento: la
del desarrollo económico y social y la militar. Hoy ya no se habla
de la ALPRO sino del ALCA, el PPP y la IIRSA, pero la USAID y
el BID siguen funcionando y, en términos generales, el marco sigue
siendo el mismo, aunque los objetivos específicos y las modalidades
operativas son otros.
Megaproyecto de enormes implicaciones, el IIRSA pretende “…
construir un nuevo paradigma para el desarrollo de la infraestructura
regional, sustentado sobre los requerimientos de la demanda…”
2
,
logrando posicionarse ágilmente en los mercados europeos y los
del Asia Pacífico, y en los dos flancos territoriales de la economía
estadounidense.
Para lograr todo ello, y ante la esquizofrenia de tratar a la
naturaleza a la vez como objeto del deseo y obstáculo, el territorio
sudamericano ha sido subdividido de acuerdo a sus virtudes
económicas y estratégicas. Destacan dos regiones por su actividad
industrial y concentración poblacional, es decir, por la fuerza de
trabajo real y potencial que ofrecen, y el resto por las dádivas de
la naturaleza, puesto que se trata de poner en ruta la explotación
de yacimientos hidrocarburíferos, minerales, genéticos, acuáticos y
también agropecuarios. Justamente porque la IIRSA está pensada
a partir de la demanda tiene un diseño centrífugo, extractivo, de
expulsión de riquezas hacia los centros de demanda.
De la misma manera que el Plan Puebla Panamá se construye desde
Panamá hacia Estados Unidos, la IIRSA se piensa desde el centro hacia
las costas o hacia los ríos que fluyen rumbo al mar. No obstante, como
bien nos recuerda Raúl Zibechi, es un proceso de doble orientación,
2 Fonplata, 2007 Cursivas nuestras
la IIRSA parece
estar diseñando
nuevas fronteras
internas para el Sur
del continente208
Otras Geografías
en el que no hay que dejar de considerar las
lógicas regionales, a pesar de que la dinámica
global está marcada por los intereses y
perspectivas del gran capital mundial y
de su centro hegemónico. Así, en el caso
de IIRSA “[se trata] de una integración
doblemente subordinada: a Brasil, por parte
de los países sudamericanos, y del conjunto
de la región al mercado y el empresariado
mundiales.” (Zibechi 2006)
En este proyecto los puertos se convierten en piezas clave de
organización regional. Puertos en las costas, pero también sobre los
ríos de gran caudal.
En total se han diseñado ocho ejes transversales y dos longitudinales,
con un enfoque profundamente estratégico que determina que algunas
regiones particularmente importantes por su dotación de recursos se
encuentren bajo el manto de dos o tres ejes simultáneamente.
Una visión económica formal, que a la vez considera los intereses
regionales, indica como ejes principales los de la zona del Cono Sur
que concentran la mayor parte del Producto Interno Bruto (PIB)
sudamericano; sin embargo, a partir de una visión estratégica los
ejes principales son el Amazonas y el Capricornio, por sus riquezas
naturales, y sus conexiones a través del río Madera hasta Beni y de la
Hidrovía Paraguay-Paraná.
Los planes de seguridad
Con la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del
Norte (ASPAN) se da inicio a un nuevo tipo de planes estratégicos
o megaproyectos, que subsumen los criterios económicos en los de
seguridad, justificando así acciones que de otro modo no podrían
ser admitidas por ser violatorias de las soberanías nacionales. Si
bien estas soberanías se encontraban ya seriamente cuestionadas
por la creación de una normativa supranacional, de nivel superior
de la misma manera
que el PPP se construye
desde Panamá hacia
Estados Unidos,
la IIRSA se piensa
desde el centro hacia
las costas o hacia
los ríos que fluyen
rumbo al mar209
eL controL desde arriba y La Práctica de La autonoMía desde abajo
a las legislaciones internas de las naciones
implicadas en los tratados de libre comercio,
los planes de seguridad tienden a crear
complicidades y supranacionalidades en
todas las actividades de prevención, combate,
y control del narcotráfico y el terrorismo,
manteniendo peligrosamente la ambigüedad
con la que estos han sido reconocidos como amenazas a la seguridad
nacional de Estados Unidos.
Se trata de planes pensados desde una perspectiva militar que
inician por un reconocimiento de los territorios y de ahí diseñan
estrategias de control global. Las fronteras se redefinen de acuerdo
con los objetivos de seguridad y las normatividades correspondientes;
responden ya no a los criterios de bienestar de la población, de
cuidado del patrimonio de la nación como en otros tiempos, sino
a los de control y disciplinamiento. Es el nuevo Leviatán que se
levanta sobre los vestigios de la democracia, a veces escasamente
conquistada, y sobre la autodeterminación de los pueblos.
Integraciones como la de la ASPAN —que extiende el
homeland (territorio interno) estadounidense por el norte hasta
tocar los glaciares, pasando por los yacimientos de petróleo, de
metales estratégicos, y por los bosques canadienses, y por el sur hasta
la frontera con América Central, abarcando nuevamente la zona de
yacimientos petroleros, las minas, la única selva tropical húmeda
del norte de América, y el territorio que más trabajadores migrantes
o maquiladores aporta para el desarrollo de la economía del gran
coloso— se complementan con planes que se implantan para el
combate al narcotráfico, pero que tienen muchas otras derivaciones
y fuertes implicaciones de soberanía y jurisdicción.
El Plan México o Iniciativa Mérida, gemelo del Plan Colombia, se
perfila como el soporte financiero a las actividades de readecuación
de policías, militares y cuerpos híbridos mexicanos por parte de
los instructores de operación e inteligencia norteamericanos, de su
hay nuevo tipo de
planes estratégicos
o megaproyectos,
que subsumen los
criterios económicos
en los de seguridad210
Otras Geografías
equipamiento, pero también de actuación directa de los cuerpos de
seguridad estadounidenses en territorio mexicano. Adicionalmente,
es necesario percibir que la Iniciativa Mérida abarca la zona de
Centroamérica, de modo que perfila una actividad de vigilancia
y control integrada, con bancos de datos comunes y acciones
supranacionales, contradelincuenciales y contrainsurgentes.
Y, tomando en cuenta la manera como se han modificado las
concepciones de terrorismo o de criminalidad en los códigos penales
recientemente modificados en toda la
región, se podría afirmar que lo que
prevalece en iniciativas como la Mérida
es el carácter contrainsurgente, aunque
sigan apareciendo como iniciativas
antinarcóticos.
Desde las autonomías, y desde todas las otras propuestas
de emancipación de los pueblos, habrá que seguir disputando
el territorio, sus modos de uso y, sobre todo, el ejercicio pleno
de nuestra politicidad. Autonomía de pensamiento y autonomía de
acción. Autonomía como libertad.
lo que prevalece en
iniciativas como la
Mérida es el carácter
contrainsurgente211
eL controL desde arriba y La Práctica de La autonoMía desde abajo
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