La Escuela de la Madre Tierra

16.Jun.11    Salud comunitaria

Tiene alrededor de 70 años, pero bien podría tener 80 o 60. Sus rasgos color de la tierra dicen de lejos que se trata de un hijo fiel de la Pacha. No me sorprendería que tuviera apellido mapuche.

Nació en Pirque y se crió entre diversos animales y plantas, él era uno más de la riqueza de la naturaleza. Dice que nació sabiendo. Uno piensa que aprendió progresivamente. ¿Cuál es la verdad? Todas son verdades, la de él y la mía, no hay oposición. Lo más probable es que él tenga desde pequeño la suficiente libertad como para que el instinto atávico se encuentre de manera espontánea con lo natural.

Nació sabiendo. ¿Significará que está en los genes? No hay otra explicación. La distancia que tenemos hoy día con lo natural es tan grande que ya nada sabemos casi de la madre tierra.

Yo quería que Don Rolo me acompañara a conocer al hombre, pero no tuvo tiempo. Él se corta el pelo con este personaje y conversan de lo humano y lo divino. Son muy buenos amigos. Decidí ir solo y me presenté. He aquí el relato hy el resultado de esa experiencia:

Hace tres semanas atrás vinieron a buscar al curandero para sanar a una señora que tenía fuertes dolores, pero resultó que no era sólo la señora, sino también una larga fila de personas aquejadas de diferentes dolencias. Había salido temprano, casi oscuro, y lo trajeron de vuelta ya de noche.

Caminando por el patio de su rancha, percibió sombras por un lado y sombras por el otro, pero no le dio importancia. A los minutos tres hombres derriban su puerta y lo amarran preguntando por el dinero. Llévenselo todo, dijo él, total hay puros cachureos y viendo uno la casa le encuentra la razón. Llegaron luego los carabineros y él dijo quienes eran, pues los conocía, aunque ellos pensaban que siendo oscuro no los vería bien. Mostró que habían dejado el cuerpo del delito, un gran alicate para cortar cadena, que tomó con un paño para que lo vieran, le hicieron fotos y ahí quedó. El hombre reforzó las puertas y rejas, se combinó con vecinos y ahora hacen rondas en la noche.

Sana los dolores frotando con las manos, cantando y orando. Conoce miles de remedios y hace combinaciones con plantas y aún partes de animales, lo que me recordó los antiguos oráculos que veían el futuro mediante los interiores de los bichos.

Brujo llaman los curas y los científicos a aquellos que no han perdido el contacto con la madre tierra conservando el equilibrio natural. En Cuba es famoso que muchos miembros del gobierno y miles de ciudadanos van a las ceremonias o a sanarse por medio de los “santeros”, que conservan los mismos usos y costumbres de las antiguas comunidades africanas que trajeron los esclavos desde la llamada cultura animista nigeriana. Cualquiera que haya visto una ceremonia mapuche o la forma de tratamiento de la machi para las dolencias, sabe que ello es tradicional.

Le hablé de que estamos contra los remedios químicos y se sintió feliz, le dije que para mi la medicina “científica” occidental es mecánica de autos, lo que encontró una buena definición. Hicimos buenas migas. Le comenté que hacemos reforzamiento escolar con grupos de niños y niñas, lo encontró muy bueno. También le conté que atendemos y orientamos mayores de edad respecto de pensiones, jubilaciones y trámites de AFP. Le relaté que todo ello era para que la gente recupere la confianza en si mismos y en las otras personas, ya que sin ello no hay comunidad ni equilibrio.

Le enteré de que estamos formando equipos de trabajo con vecinos para visitar las casas y anotar a los enfermos, recién nacidos, etc. para ver lo que necesitan y procurar apoyo. Le gustó mucho.

Decidimos formar la Escuela de la Madre Tierra y él va a dar un curso práctico de sus saberes, que obviamente no podrá durar unos meses, sino mucho más, con una sesión cada 15 días de 3 o 4 horas, donde podrán venir los que deseen, aportando una pequeña colaboración, previa una entrevista, obviamente, pues para esto hay que tener vocación, espíritu libertario y un gran respeto por la naturaleza.

Con ello vamos a promover la resistencia a la medicina occidental y a los pésimos servicios estatales y mercantiles, pero más que eso, vamos a promover la construcción de formas autónomas y comunitarias de atención de salud entre los propios vecinos.

Invitamos a los grupos, colectivos, centros culturales, organizaciones sociales, experiencias barriales, comunidades, etc. a constituir sus comités de salud y seleccionar una o dos personas para que vengan a prepararse o a perfeccionar sus saberes en esta flamante escuela de saberes ancestrales.

También hacemos extensiva la invitación a grupos y personas ecologistas, espiritualistas, orgánicos, permaculturales, alimentación sana, naturistas, salud holística, terapeutas naturales, estudiantes y profesionales de medicina, enfermería y otras áreas de salud, especialistas en piedras, imanes, aromaterapia, reiki y tantos otros preocupados por la salud y el equilibrio.

Solicite su entrevista en saludcomun1@gmail.com

Abrazos
Jaime Yovanovic Prieto
Profesor J