El aplauso de los empresarios españoles al presidente de Brasil, de pié y de larga duración, digamos long play, debería ser suficiente para los deteriorados radares de algunos que siguen el progresismo de Lula. Los sujetos aquellos (los empresarios españoles, no los que tienen el radar roto) admiran en el camaleón brasileño su capacidad de arrastrar a la izquierda y al pueblo a servir los intereses del capital y lo estimulan aún más: ¡Ándale! ¡Olé! Y el muy asno abre su pañoleta roja y la agita al viento que viene del batir de palmas haciendo como que esquiva el toro, que en realidad le mete el cuerno bien metido.
Para profundizar el tema, hablando de asnos, el primer mandatario español es otro que no se atreve a ir a correr delante de los toros en San Fermín y le pidió a Garzón que lo haga por él, que, dicho y hecho, fue a repartir tortas agarrando preso a cuanto vasco se le ponía por delante, por temor a las cornadas, digamos para limpiar el terreno, pero los del territorio ocupado de Euskal Herria no se lo dejan barato y surgen por todos lados iniciativas en defensa de las libertades, del idioma, de los presos, de los medios de comunicación, etc. por lo que Garzón ya asemeja a la figura del que arranca de los toros, deteniéndose a cada instante para lanzar un golpe, y en realidad le está sacando las castañas del fuego al asno mayor, Aznar, que le tiene pánico a los cuernos.
Sin importarse para nada con la leyenda del Minotauro, el Hércules brasileño, especialista en escalar posiciones como un piojo, se enreda feliz en el laberinto y se abraza, faltando sólo unos besos y unas pasadas de mano, con el representante máximo del capital español y los jefazos de las empresas que depredan nuestro continente. Para hacerse el simpático, el correveidile de Aznar, ese Garzón, agarra algunos militares argentinos para repetir el show de Pinochet, que, dicho sea de paso, le trajo sus buenos dividendos al capital español en Chile. ¿Casualidades de la vida? Llámenlo como quieran; los cuadros del capital lo llaman ‘planificación estratégica’.
Lula se ha introducido aún más en el laberinto del capital, pues ha establecido acuerdos con el capital español que van a someter aún más nuestras economías, nuestras tierras y nuestros pueblos. Por ejemplo, Endesa Chile, con fuerte presencia de ese capital hispano, está montando la represa de Ralco en pleno territorio mapuche, desalojando de allí comunidades que no sólo pierden su contacto con la tierra ancestral, sino que ahí hay cementerios y lugares importantes de la cultura de ese pueblo originario, con lo que se les está asesinando, aunque les entreguen otras tierras y dinero, con lo que no hacen más que pretender transformarlos en ciudadanos ovejas del capital. Así la lucha de resistencia mapuche es, además de una lucha de liberación nacional, una lucha anticapitalista, pues enfrentan la voracidad de las empresas chilenas y de otros lugares.
Argentina, Chile, Brasil y otros países ‘disfrutan’ de la fuerte presencia del capital español, en especial en las áreas de servicios, como electricidad y telefonía, pero también en otra variedad de rubros industriales que esperan acrecentarse después de la visita y el espectáculo bochornoso de un Lula mendigando más ‘apoyo’ del capital europeo, seguido por su hermano siamés, Kirchner, que llegó con la misma canción de amor eterno al capitalismo europeo, esta vez sin ritmo de samba, sino de tango arrabalero.
Total, como el enemigo es el imperialismo yanqui, nada impide que sean los vampiros europeos los que nos chupen la sangre. Esa distinción que hacen los apologistas del Mercosur se traduce en el simple cambio del collar del perro, que sigue siendo el mismo, sea yanqui, sea europeo, japonés o de donde diablos venga, aún los magnates latinoamericanos que se reunieron en México para hablar también de la ‘integración regional’, eufemismo detrás del que se oculta la consolidación y modernización del capital junto a la ‘estabilización democrática’ de los pueblos sometidos esperando que sus ‘líderes’ repartan el maná, como el miserable plan Hambre Cero de Brasil.
Los yanquis ya se están quejando, celosos de ese romance con sus cómplices europeos, han dicho que Brasil está dificultando y demorando el avance de las negociaciones del Alca, lo que es cierto, pues el objetivo anunciado vox populis es consolidar el Mercosur para ganar fuerzas en los acuerdos que van a institucionalizar el Alca, o sea, los interlocutores afinan sus posiciones, sueltan sus músculos y se escupen las manos para sentarse a la mesa y dilucidar en definitiva cuáles rubros serán administrados por las negociaciones en la OMC y cuáles en el Alca. Hay temas que USA evade con el pretexto de que deben ser discutidos en la OMC, pero en cambio otros los quiere negociar dentro del Alca, y lo que el malabarista Lula ha hecho es trasladar estos últimos también para la OMC, con lo que se muestra buen negociador y arranca los aplausos que comentamos.
Extraer de eso una línea revolucionaria de liberación del continente o de una segunda independencia, es del mayor candor, sea que los autores de ese esperpento son los cándidos o esperan que los pueblos lo sean.
De tanto oponerse a la dinámica de los pueblos de la resistencia continental y enredarse en el laberinto del capital y en el hilo de Ariadna que llevará solamente a los cuernos del Minotauro, Lula va a terminar ahorcado, y los empresarios españoles lo despedirán con un último ¡Olé! Y lo cubrirán con una capa roja. Muertos de la risa, claro.
Profesor J
Clajadep
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