Las tribus urbanas comienzan su apogeo en los Estados Unidos de la recesión, después de los años 30. Los negros hasta allí eran ordenados en iglesias protestantes, donde practicaban la música de sus ancestros y sus variantes, como el spiritual, se divertían y los muchachos conocían ahí a la que le robaría el corazón. Esa imagen idílica del negro oprimido al más puro estilo Tío Tom comienza a cambiar con los primeros gangs. La Mafia y otras organizaciones se estructuran como partidos políticos, unidos en torno a la ganancia derivada de actos ilícitos, los antecedentes del narcotráfico, tales como comercio de alcohol clandestino, prostitución, extorsión, etc.con los antecedentes de las luchas raciales entre italianos e irlandeses que anteriormente disputaban los docks de Nueva York formando verdaderos ejércitos que se enfrentaban en las calles dejando decenas de muertos.
No es casualidad el auge internacional del narcotráfico en la época del comienzo del fin del keynessianismo, el estado de bienestar asumido por un importante sector de la burguesía, la socialdemocracia y los partidos comunistas en la pos guerra, desde finales de la década del sesenta, al igual que en la recesión inciada por el crack del año 1929. En ambos casos el gigantesco desempleo llevó a que parte de la población, en especial jóvenes, se agrupasen en las más diversas modalidades, algunos como los Panteras Negras en función del cambio social y otros dedicados exclusivamente a disfrutar algunos placeres que incentivaba el propio sistema, interesado en desviar la energía y dinámicas juveniles hacia si mismos, ojala en choque frontal con el resto de la sociedad. Las tribus urbanas, estudiadas hasta el cansancio por la sociología norteamericana, que adscribía a la metodología interpretativa del estructural-funcionalismo, naces así. Sin olvidar que hay muchos antecedentes, una de las actividades más difundidas por el comercio y el establishment fue el Rock, que habiendo nacido entre los negros como expresión artística contestataria, al igual como sería posteriormente el Rap y el Hip Hop, fue colocado hacia la opinión pública a través de la midia y el enriquecimiento de una cadena de intermediarios, contratistas, promotores y usureros de todos los pelajes, que utilizaban la calidad artística de los músicos y el afán de escucharlos (y comprar discos), a partir de la masividad obtenida por la propaganda que hicieron con Elvis Presley, fenómeno muy bien trabajado por el sistema mercantil y que atrajo a descargar energías y compartir con otros a millones de jóvenes en todo el mundo utilizando el fin de semana en el hedonismo del placer obtenido así en medio del desempleo y la descarnada explotación salarial. Un poco de alegría y voladas para que no se maten, se suiciden, etc. y menos aún que se organicen para oponerse y pretender cambiar la sociedad.
Los mismo sucedió con otras formas musicales y algunas otras diferentes modalidades de la vida y el comercio, tales como las carreras de autos, los juegos de azar callejeros, los motoqueros y aún los propios camioneros. Por ejemplo los motoqueros formaban sus clanes o tribus con tatuajes y aún pinturas, chaquetas negras con calavera cruzada, remedando el rol contestatario de los piratas, llegando a instalar banderas negras con ese símbolo de los famosos “bandidos” de los mares. Así su vida y su tiempo libre giraba en torno a la adquisición de la moto (que aumentaron las ventas de forma extraordinaria) y la compra permanente de gasolina (lo que contribuyó a la aceptación social de la explotación y uso del petróleo), pero como su capacidad adquisitiva era baja, había que ingresar en muchos casos a las filas del delito para satisfacer la demanda. Los choques entre tribus motorizadas fueron de antología y ayudaron junto al Rock a perfilar la imagen de una sociedad “libre” a la cual todos querían llegar. Muy hábil desde el punto de vista geopolítico de la potencia que no ocultaba sus afanes de dirigir al mundo mediante sus figuras guerreras como Popeye el marinero, Joe Palooka, el chicle y luego Rambo, así como sus figuras heroicas vestidas con los colores de la bandera yanqui, como Superman y la seguidilla de ridículos personajes con poderes similares a los dioses, que salvaban al mundo de los malvados, que siempre tenían una cara que no se asemejaba al típico yanqui de mentón cuadrado de tanto mascar chicle, como dice Piero en aquella inolvidable canción.
En Inglaterra llegan a ser famosos los Hooligans, bandas de estructura clandestina y con metodologías de entrenamiento para el choque, que dirigían las barras de los simpatizantes de algún club de fútbol y provocaban enfrentamientos sanguinarios con muertos y heridos en ambos lados, lo que llevó a Scotland Yard a realizar una de las más espectaculares acciones de penetración, infiltración y desmantelamiento de esas agrupaciones o de otras que recuerde la historia.
A nivel internacional surgen los Punks, vestidos de ropa rasgada y llenos de puntas y púas, con lo que demuestran que no aceptan las reglas del juego sistémico, muy interesantes por lo demás, ya que denota una clara conciencia de que vivimos en una sociedad de porquería, sin embargo poco contribuyen al cambio, ya que la gente no adhiere a su modo de vestirse y actuar, con lo que van quedando como tribus encerradas en si mismas. Sin embargo surgen de allí otras dos variantes, una de ir al choque a enfrentar a los grupos fascistas y racistas, y otra de anarcopunks, que se alían a colectivos anarquistas y culturales para generar espacios más amplios de reproducción de la contestación, van juntos a manifestaciones, algunos asumen ciertos principios de la ecología y los menos deciden irse a vivir en comunidades como ecoaldeas, pero siempre aislados del resto de la población.
Serán los hippies los que rompen la continuidad de los grupos de afinidad más cerrados y abren hacia todos lados el ejemplo del pacifismo y del vivir en comunidades, desarrollan con fuerza la espiritualidad y el naturismo, visten de colores y de forma desarrapada, se dejan barba y tienen sus propias expresiones musicales, como los Mamas and the Papas y los Abbas, siendo los primeros los que incorporan a la familia casi completa en la acción musical y la tramoya, rescatando antiguas tradiciones artísticas, lo que fue asumido inicialmente por los Jaibas. Tuvieron una notable participación política en las movilizaciones contra la guerra y aún en la academia, siendo en los años sesenta un referente conceptual para muchos teóricos que desarrollaron reflexiones críticas y publicaron libros en campos como la psicología, la epistemología, la criminología, la sociología y otros. Es inolvidable el libro “Alguien voló sobre el nido del cuco”, que Jack Nicholson representó en la película “Atrapados sin salida” y que expresa una de las más fuertes críticas al sistema: el “tinglado” que denuncia el indio prisionero en el manicomio.
Actualmente los hippies están reducidos a una mínima expresión, sin embargo muchos rescatan sus enseñanzas en la búsqueda de formas diferentes de vida, más próximas a la naturaleza y a las comunidades originarias.
Hoy día encontramos el espíritu de tribus en los grupos de afinidad ideológica, donde el instinto de agregación es canalizado para muchos jóvenes en “colectivos ideológicos” o colectivos de afinidad, el “coleto”, que continúan el espíritu de “vanguardia” de los viejos partidos políticos de izquierda y buena parte invierten esfuerzos en la futura toma del poder, especialmente a nivel universitario, donde las diferentes corrientes procuran reclutar jóvenes idealistas retirándolos del desarrollo de sus propias capacidades para incorporarlos en orgánicas y estrategias previamente elaboradas, por lo que hay para escoger desde la extrema izquierda, pasando por una enorme gama y variedad de propuestas, hasta la extrema derecha.
Esas propuestas dicen estar basadas en el paradigma marxista, conjunto de interpretaciones, visiones y pasos a dar que habría elaborado Marx, lo que bien analizado resulta ser un craso error, pero bien utilizado por los dirigentes de esos grupos, que aspiran a dirigir el aparato del estado imaginando que así podrán “hacer cambios” y reclutan a sus militantes sobre la base de la comprensión lógica de los contenidos ordenados dentro de dicho paradigma. Veamos, pues, que tan paradigmático fue Marx:
Al menos en tres oportunidades Marx escribió en sus cartas que no era “marxista” ni aceptaba esa categoría, que Engels intentaba instalar en la teoría y práctica para “conducir” desde las dirigencias, aprovechando de forma oportunista las investigaciones de Marx para hacer de ellas una receta de cocina cerrada. Marx fue muy claro en el capítulo 3 de “La guerra civil en Francia” que los obreros no necesitan un programa acabado. Tampoco planteaba que el estado era el instrumento del cambio, ya que afirmó que la Comuna cumple las funciones del estado. Engels no aceptó esas conclusiones y anotó posteriormente su opinión, contraria a la de Marx, en la introducción de dicho libro y, como si fuera poco, en su tumba inaugura lo que llamó “marxismo”, que Lenin toma para ordenarlo en lo que llamó “Las tres fuentes y tres partes integrantes del Marxismo”, demostrando en ese texto y en “El estado y la revolución” que en realidad era seguidor de Engels y no de Marx. Luego Lenin escribiría la obra fundamental trabajada por los partidos burocráticos, llamada “El ultraizquierdismo, enfermedad infantil del comunismo”, donde establece los principios de un modo autoritario de gobernar, aún contra la crítica de grupos marxistas que allí son señalados prácticamente como agentes del enemigo, al igual que los anarquistas. Es un error asumir, como pretenden los partidos comunistas, que los opositores a Lenin eran solamente los anarquistas, pues habían varios grupos que rescataban los principios de Marx y cuestionaban la orientación Engelista de Lenin.
De allí entonces que no era extraño ver en los soviets autónomos interactuando a anarquistas, grupos marxistas, autónomos y aún marineros y soldados, como hoy día interactúan en las bases estudiantiles movilizadas en Chile y en la organización de formas de vida comunitaria en los barrios y localidades. Los “ultraizquierdistas” atacados por Lenin, son los mismos ultras que atacan todos hoy día en la composición mayoritaria de la Confech.
La mayoría de esos grupos de base hoy día en Chile, más que “imponer” un paradigma a la población, procuran generar prácticas participativas y horizontales de democracia directa. Esperamos que estas notas contribuyan a la profundización del debate y a la multiplicación de la práctica democrática entre la población, donde se dan dos tipos de experiencias:
Unas priorizan por la búsqueda y acción conjunta mediante la afinidad conceptual, es decir, estar de acuerdo en las opiniones o visiones (por ejemplo, esos son de izquierda y aquellos son de derecha, un absurdo). Otras procuran descubrir lenguajes y miradas comunes entre gente que aparecía como distantes ideológicamente (a lo cual nosotros mismos contribuimos involuntariamente), en torno a la identidad del barrio, su historia, tradiciones, necesidades, características locales, encuentros, actividades comunes, diálogo, etc. Esperamos que pueda ampliarse, profundizarse y multiplicarse esta segunda modalidad de trabajo.
La Universidad Libre ha abierto el taller de “Marx y las comunidades”, donde los participantes podrán conocer y conversar sobre la gran cantidad de material escrito por ese autor respecto de la comunidad. Participe. Entre en contacto.
Abrazos
Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
Coordinador ULibre
unlibre@gmail.com