Eslovacos aprenden de los Indignados españoles y griegos

12.Sep.11    Análisis y Noticias

12-09-2011

Eslovaquia
Inestabilidad política, sistema social al borde del colapso. ¿Revolución ciudadana?

Matej Zagrapan
Rebelión

Los últimos doce meses, o sea , un año despúes de las elecciones legislativas, en Eslovaquia los antagonismos socioeconómicos en la sociedad siguen agravándose. No sólo por el crecimiento del desempleo causado por el cierre de numerosas empresas extranjeras y por un cierto empeoramiento del nivel de vida de los ciudadanos, sino también por la reducción de la inversión en el sistema social, especialmente en la sanidad y la educación.
El gobierno de Eslovaquia, compuesto por cuatro partidos de la derecha liberal y conservadora, amparándose en argumentos como el ahorro necesario en el sector de las finanzas, sigue privatizando los últimos reductos de las empresas públicas; entre otros, el ferrocarril, el transporte urbano e interurbano de autobuses, hasta la transformación de los hospitales en sociedades anónimas para prepararlas e introducirlas en el proceso de la privatización. El Estado eslovaco está en punto de vender toda su riqueza, lo que nos convierte en un país socialmente y moralmente destruido por la corrupción, el clientelismo y el lavado de cerebros por parte de los medios de comunicación. En breve también por el capitalismo liberal y salvaje. En los últimos veinte años las mismas personas se van turnando en el poder político, sin ningún cambio radical y al pueblo le queda sólo una determinada imagen e ilusión de la democracia, de la que hablamos cada día en la televisión, y que consiste en que tan sólo podemos dejar cada cuatro años un voto en las urnas a unos o a otros, pero ambos igualmente malos. Eso es como echar un papel a la basura.

En estos días podemos leer en los periódicos una información sobre la posibilidad de las elecciones anticipadas causada por los desacuerdos entre los cuatro partidos de la coalición gobernante. Lo más trágico es que el problema de la divisón de sus puntos de vista no es nada social, nada que tratase del pueblo o de la vida cotidiana de los ciudadanos, sino el tema de discordia hoy es el fondo de rescate de los países a punto de la bancarrota – el llamado mecanismo europeo de estabilidad financiera, que como los otros gobiernos de la Unión Europea tenemos que ratificar. A la gente trabajadora le importa día a día lo que tiene para comer, si tiene dónde vivir y cómo sobrevivir hasta la fecha de recibir su sueldo en un país como es éste dónde el salario mínimo ni siquiera se acerca a la media del salario mínimo en la UE27 (1) .

Desgraciadamente hasta esta época no existía ningún movimiento de trabajadores organizado que luchara por la dignidad de la clase obrera en Eslovaquia. Las organizaciones sindicalistas están en manos del partido político socialdemócrata de la oposición y sirven tan sólo para utilizar los trabajadores en la batalla política contra sus rivales en la escena parlamentaria, aunque organizaron dos marchas de huelga, pero sin una actividad radical, sin un discurso radical, solo para sacarse algunas fotos de propaganda política. Así se sigue el llamado “principio de la mentira” en la sociedad eslovaca. Sin embargo, necesitamos un cambio profundo. Necesitamos que el pueblo se organice desde abajo hacia arriba.

Siguiendo los pasos de los ciudadanos de las naciones ibéricas, en Eslovaquia nos esforzamos en organizar un movimiento parecido al de 15-M. Pensamos que sólo a través de la revolución ciudadana podemos lograr un cambio real en la sociedad, política y en la economía hacia un sistema basado en la solidaridad, cooperación y en la democracia directa, participativa y representativa. El primer encuentro de base se organizó el 29 de mayo de 2011 en el centro de la capital eslovaca gracias a los estudiantes de Grecia y el Estado español que se econtraban allí presentes debido al programa de intercambio estudiantil Erasmus. De este encuentro lleno de discusiones sobre la situación en distintos países ha surgido un grupo de eslovacos que, como respuesta a la situación sociopolítica de Eslovaquia, crearon la asamblea del movimiento RevoluciónEslovaca – Por una democracía real ya! (SlovenskáRevolúcia – Za skuto čnú demokraciu teraz!). El 5 de junio se organizó el segundo encuentro en el que participaron muchas personas “indignadas” (como se les llama ahora en España) de varias ciudades eslovacas. La base fundamental que pedimos es la ratificación de la constitución popular a través de un referendum que debería organizarse en un futuro. Esto es el primer paso.

¿Qué pide la constitución popular?

Las demandas reflejan la necesidad de la unión de varios grupos sociales disconformes en el estado eslovaco. Para lograr las necesitades y exigencias que tenemos en conjunto, es necesaria la unión de los trabajadores, estudiantes y todos los ecluídos socialmente. La constitución popular es la base del sueño de la democracia participativa en la sociedad eslovaca.

Los diez objetivos y razones de la constitución popular:

Si la constitución es la ley base de un estado, y si el poder del estado procede de los ciudadanos, debería ser iniciada y ratificada por ellos mismos.

El poder estatal es corrupto, democráticamente no funcional, la conciencia del pueblo en las instituciones de él es mínima, por eso es necesario crear un nuevo compromiso social y construir una nueva república con raíces totalmente nuevas, que lograría cumplir las esperanzas de la ciudadanía.

La constitución de la república que tenemos no ha sido creada como un compromiso social de toda la sociedad, sino como resultado de la lucha de dos facciones políticas. Es necesario acabar con la guerra civil fría, es necesario reconciliar a los grupos sociales y crear una república con la cual estén de acuerdo todos los sectores de la sociedad civil, o al menos la mayoría de ellos.

Hay que fortalecer el poder popular en todas esferas de la sociedad y minimalizar los privilegios de la élite política. Es inacceptable que un determinado pequeño grupo de personas decida y dicte sobre nuestro destino durante su periodo gubernamental sin tener derecho de intervenir en estos procesos.

Es importante que acabemos con el enajenamiento y alejamiento de los políticos de sus ciudadanos y tenemos que crear mecanismos para que responsables al máximo de su trabajo durante todo el periodo de gobierno.

Es deseable transformar los partidos políticos de manera que sean “las manos alargadas” de la sociedad civil y no castas que constituyan una oligarquía

El gobierno y el parlamento eslovaco no deberían tener derecho de decidir sobre las cuestiones importantes como afiliación del estado en organizaciones o bloques militares, cambios constitucionales etc. sin acuerdo de los ciudadanos a través de un referendum u otro mecanismo de participación popular.

Hay que transformar profundamente todo el sistema de las instituciones del estado de manera que aumente la participación popular en las decisiones y administración de los asuntos públicos.

Hay que crear los mecanismos para que el poder corporativo no sea mayor que el poder popular.

En todos los niveles de la sociedad hay que implementar los mecanismos de gobierno electrónico (e-government) , de la democracia participativa y los presupuestos participativos.

El pueblo de Eslovaquia quiere decidir sobre su propio destino. Por eso es necesario que la “Ley de leyes” sea escrita por el pueblo mismo. Desde el punto de vista sociológico en la sociedad capitalista, especialmente en esta crisis, llegamos poco a poco al estado anímico que describió el sociólogo francés Èmile Durkheim. Y en este punto la sociedad al borde del colapso no respetará más las leyes existentes de la vieja sociedad. Este momento será fatal para el pueblo y aquí el pueblo deberá decidir sobre su futuro. Espero que se decida por la verdadera democracia. Por fin existe una oportunidad de acabar con los viejos privilegios y empezar a construir un país justo y solidario.

Enlaces:

http://lahistoriaconmapas.blogspot.com/2011/02/los-salarios-minimos-en-europa.html

El autor es estudiante de Sociología y Filología hispánica en la Facultad de Filosofía de la Universidad Comenius de Bratislava