Digamos que usted es un consumidor, pero distinto de un consumista, que es aquel que se deja llevar por la propaganda, el hedonismo o el afán de “tener”. Al igual que en la política, que usted puede tener un discurso, una teoría o una práctica, hace falta entonces que respecto de la economía tenga su práctica. Normalmente se entiende que la economía es capitalista y que hay que destruirla, para lo que se deberia ocupar el estado desde donde se moverán los resortes de control de la macroeconomía, es decir darle electricidad y viviendas a la gente, el resto es discurso, haga sus propias reflexiones al respecto. Si se toma el estado se va a ejecutar la misma economía, con la diferencia que en vez de ir a los ricos, irá a los pobres, muy lindo, pero sigue siendo la misma economía, eso se llama explotar para el bien de todos, una especie de auto-explotación, lo que llevó a la URSS al harakiri, ya que era muy difícil asentar nueva “conciencia” mientras había que luchar por el ahorro y el salario para adquirir productos en el mercado socialista, elementos más pedagógicos que la ideología que se metía a cañón en las escuelas. Hoy día el capital ha dejado de explotar al hombre por el hombre, bastándole unos pocos contratados mediante sistemas precarios, y por medio de poderosas tecnologías ha hecho de la naturaleza, minerales, combustibles, agua, bosques, etc. su principal foco de generación de mercancías que inundan los mercados promoviendo el exagerado consumismo que necesitan para vender y producir ganancias. Ya está visto como los gobiernos progresistas deben recurrir al mismo modelo extractivista y no es posible aceptar que se haga la vista gorda al respecto. Los gobiernos de base indígena como Bolivia y Ecuador se han echado encima a las comunidades, desarrollándose en estos días gigantescas movilizaciones semejantes a las que habían tumbado gobiernos conservadores. Humala en Perú no va a durar mucho antes de que muestre la hilacha y las comunidades vean con ojos sorprendidos que se viene la nueva avalancha del extractivismo sin considerar la necesidad de nuevas tecnologías que eviten la depredación.
En ese territorio económico-social es que surge el protagonismo también, ya no sólo en la forma de asambleas que rescatan la soberanía popular mediante el empoderamiento de la democracia directa para exigir de los gobiernos donde se centralizan las decisiones, las que después criticamos si no son convenientes, que es lo que quieren los oportunistas que aprovecharán nuestra inconformidad para ofrecerse como los salvadores de la patria. Por eso que la incorporación de nuevas formas desde abajo de encarar la economía se va abriendo camino en las experiencias sociales de movimientos reivindicativos y de comunidades territoriales, dos aspectos muy diferentes de las dinámicas de abajo, que vale la pena caracterizar y perfilar para extraer de allí miradas que permitan avanzar:
Los movimientos sociales normalmente se estructuran sobre la base de necesidades comunes, por ejemplo la vivienda, la educación, el trabajo, etc. siendo categorías que atraviesan los diferentes territorios y tienen por eso una forma piramidal enfrentando o reivindicando al estado que resuelva sus problemas. Abajo una ancha base social y arriba una dirigencia que negocia, conduce y mueve a las bases según las necesidades coyunturales, como una huelga, una paralización, etc. lo que sucedió con la llamada guerra del gas en Bolivia, que movilizó a todo el país, instaló una dirigencia en el gobierno y ahora sufren las consecuencias del modelo extractivista que ese mismo gobierno ejecuta contra ellos. Otro ejemplo es el movimiento estudiantil chileno, que a diferencia de otros, ha podido instalar desde la base un protagonismo insospechado inicialmente, lo que ha permitido evitar negociaciones sospechosas que llevan a la derrota, como fue con el movimiento pingüino años atrás.
Así observamos dos tipos de movimientos sociales: los que concentran la capacidad de decisión en las dirigencias y los que mantienen un fuerte protagonismo de base y han definido que no es positivo concentrar el poder deliberativo en los representantes o voceros por arriba. Estos últimos movimientos son los que han podido aproximarse a las prácticas locales y territoriales de las comunidades, que no son formas “organizativas” de base de pirámides reivindicativas, sino formas de vida que resuelven sus problemas y necesidades en el propio territorio, desarrollando la tendencia a comunicarse e interactuar horizontalmente con otras.
Las comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes, caletas de pescadores artesanales y barriales, tienen realidades concretas donde se cruzan aspectos macro, es decir que también actúan contra otras comunidades, y aspectos micro, o sea, locales, específicos y diferenciados. Los aspectos macro se entienden y se comparten, de allí las movilizaciones simultáneas, conjuntas o coordinadas, pero los aspectos locales deben ser enfrentados como tales y normalmente tienen soluciones diferentes según el grado de actividad y protagonismo de la población del territorio, así como según las características propias de la situación. Los aspectos macro se reivindican al estado, los aspectos micros pueden ser resueltos con las propias manos y tienen la ventaja que educan en el protagonismo, la iniciativa y la autonomía. Ambos deben ser tratados ya que ambos actúan contra la gente, sin embargo la ausencia de capacidades locales tiende a debilitar y fraccionar los movimientos, así como a transferir capacidades a las dirigencias nacionales, lo que resulta lógico, pues si las asambleas estudiantiles fracasan, serán los voceros los que van a llevar la conducción. Los aspectos generales y comunes del movimiento se tratan de forma coordinada, los aspectos locales se tratan en profundidad y tienden al fortalecimiento.
En lo económico sucede lo mismo, pues si no hay soluciones locales, pasaremos la vida esperando a controlar el aparato del estado, de allí que partiendo del concepto de consumidor hacemos un abordaje sistemático del tema. Hay el consumidor individual que reproduce todos los vicios del sistema, aunque tenga una alta conciencia política, y que fortalece el mercado cuando hace sus compras, adquisiciones y utiliza los servicios de manera personal o estrictamente familiar. Ya hay varias experiencias de quiebre de esa continuidad de conducta sistémica de consumo individual, especialmente las ollas comunes y comedores populares, sin embargo lo que ha ido prendiendo en diferentes países es la organización de comités de “Comprando Juntos”, que presentan una doble ventaja, primero evitan la reproducción del consumo individual y segundo van creando una nueva forma de relaciones internas entre vecinos, una aproximación de asociatividad mínima que permite la expresión y manifestación de tendencias reprimidas por los comportamientos individuales y separados. Además de eso, es una doble escuela de formación de conciencia, por una parte el aprendizaje del rechazo conceptual al consumo individual, ya que una cosa es hacerlo y otra es formar conciencia, una cosa nutre a la otra, y, por otra parte, la escuela del compartir, que permite a los niños y niñas observar otro referente de relaciones entre vecinos, una escuela vivencial.
El Comprando Juntos además tiene la particularidad de incorporar dos nuevos elementos al comportamiento y al aprendizaje, por una parte el ahorro financiero familiar gracias a la unión con otros vecinos, y por otra parte el ahorro de tiempo, ya que se van rotando las funciones de ir a buscar el producto o se trae y se recibe ahí mismo en un punto acordado por todos en el barrio. Junto a ello, es posible promover en esa dinámica la práctica de productores, lo que sería un segundo aspecto a considerar de la Otra Economía, por medio de una huerta vecinal, aprovechamiento del reciclaje o de materiales naturales de la región, un emprendimiento productivo autogestionario, en fin, las posibilidades son muchas. Un tercer aspecto sería el entrecruzamiento de productos y servicios por medio del trueque local, peluquería, masajes, artesanías y otros múltiples servicios y recursos que pueden ser intercambiados en el barrio. El cuarto aspecto es la energía alternativa, que tendría como base de sustentación el proceso ya instalado de consumo compartido, producción e intercambios, o sea, los tres aspectos anteriores. El quinto aspecto es la salud comunitaria, que por medio de la producción de plantas medicinales y la utilización de saberes ancestrales o medicina holística, permite nutrirse de la red consumo-producción-intercambio-energía para constituir una base equilibrada del Buen Vivir que asegura mayor estabilidad sicológica y compartida entre vecinos, sustituyendo paulatinamente algunos medicamentos químicos con el consiguiente ahorro y beneficios para la salud, así como limpieza, higiene, aseo, reciclaje del agua, cuidado del medio ambiente, rechazo a las antenas celulares y lucha contra los alimentos y semillas transgénicas. El sexto aspecto es el pedagógico, ya que los aspectos anteriores constituyen una escuela de formación para los hijos y el desarrollo de capacitación en diversas técnicas y disciplinas relacionadas con los cinco aspectos anteriores que se retroalimentan unos a los otros y deberían incorporarse juegos con niños, recreación, reforzamiento escolar, alfabetización y otros elementos. Dependiendo de cada localidad e iniciativas, pueden incorporarse otros componentes de esa red o entramado local de actividades que conforman el cuerpo de la Otra Economía y el Buen Vivir, para desde allí avanzar hacia dos aspectos. El primero dice con el concepto de prosumidor, es decir productor-consumidor, esto es, quien consume es porque también produce, evitando así la dependencia al dinero de que sólo consume quien lo posee, lo que debería tender a la desaparicoión de la búsqueda desesperada de monedas a como dé lugar, disminuyendo así la tentación de sumarse al narcotráfico o actividades de poca ayuda en la formación comunitaria de los hijos. Así en el barrio hay producción de autoconsumo, producimos para consumir y consumimos produciendo.
El segundo punto de avance es hacia los barrios adyacentes, en especial mediante el intercambio de productos a traves del trueque y a través de los Comprando Juntos, ya que si un barrio produce bastanes lechugas o biogás, puede trocar con el barrio vecino por el uso de un taller de soldadura, corte de pelo u objetos de utilidad doméstica y hacia los sectores agrarios se promueve el intercambio o adquisición a bajo costo de productos de la tierra.
De esa manbera la Otra Economía es horizontal, refuerza las posibilidades de solución de problemas de cada barrio o localidad y permite un proceso de ruptura con las redes materiales e ideológicas del estado y del mercado.
Para resumir mediante un cuadro, podemos hacerlo de la siguiente manera:
Comprando Juntos
Producción conjunta
Trueque
Energía alternativa
Salud comunitaria
Educación local
Prosumidores
Barrio-barrio
Periferia-campo
Solicite mayores informaciones y cartillas para cada una de las fases de la Otra Economía, así como los talleres y de las ferias que estamos organizando.
Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
Red de Economía Popular y Ecología Social
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