El ambiente y la Otra Economía. De la crítica a la acción constructiva


Si las grandes empresas y el extractivismo están destruyendo la naturaleza, entonces hay que neutralizarlas desarrollando otra economía que al mismo tiempo de satisfacer necesidades, sea la forma del cambio social, por lo que esa otra manera de resolver debe ser sobre la base del encuentro de vecinos, amigos y familiares, ya que la teoría socialista de controlar el estado, hasta ahora ha resultado tan extractivista y destructiva como el capitalismo que se dice combatir, sea a través de partidos, revolucionarios o reformistas, sea a través de movimientos que hacen de la reivindicación al estado su leiv motiv. Conclusión: cualquier estado hoy día que base su acumulación en las relaciones capitalistas de producción, tiene que aplicar métodos destructivos si quiere competir en el mercado internacional, pero no es así si se aplican otras metodologías y se prioriza por el mercado interno antes que la acumulación competitiva. Para ello habrá que hacerlo primeramente en barrios y localidades, extenderse en redes horizontales de intercambio y multiplicar las experiencias.

Si la ley de tendencia decreciente de la tasa de ganancia demuestra que disminuye grandemente esa ganancia derivada de la plusvalía debido a la tecnología que descarta la mano de obra transformando el trabajo en precario, disminuyendo en consecuencia la proporción del nuevo valor en la mercancía, el capital ha recurrido, para acrecentar sus masas de ganancia, a aumentar el mercado sobre la base del incremento del capital constante, es decir aquel que conserva su valor y no genera nuevo valor: las materias primas, combustibles, petróleo, agua, etc. Por lo tanto, la ganancia capitalista hoy día viene mucho más del extractivismo que de la explotación del productor de plusvalía, el capital variable.

Las gigantescas multitudes hoy día excluídas del trabajo y que aumentan cada día en proporciones francamente alarmantes, intentan resolver sus necesidades recurriendo en muchos casos a mecanismos que les hacen traspasar la frontera legal del orden, respeto a la propiedad y demás, en especial el narcotráfico que se ha apoderado de las periferias de Río, Johannesburgo, el norte de México y la casi totalidad de las periferias de las ciudades del planeta, donde se siguen hacinando los inmigrantes en tendencia creciente del campo a la ciudad y de los países más pobres hacia las metrópolis, debido justamente a estas nuevas formas de la acumulación de carácter destructivo y que expulsa a las comunidades de sus lugares de origen. Hay ciudades como Bogotá y Buenos Aires, Lima y Sao Paulo, donde para recorrerlas de punta a punta hacen falta varios días, dada la gran cantidad de kilómetros que hay de un lugar a otro, y la mayoría es de gente pobre, de bajos ingresos y en buena parte dedicados a actividades llamadas ilícitas tales como la prostitución, el choreo, el pirateo, el mercado negro y tantas otras. Para evitar descompensar la imagen de cohesión y equilibrio social, las instituciones han optado en muchas partes por la militarización y criminalización de las dinámicas de las regiones periurbanas mediante el expediente sistemático de allanamientos, enfrentamientos, redadas, controles, detenciones y una larga lista de acciones represivas tendientes a cohibir la protesta social de los parias con el pretexto del narcotráfico y la “delincuencia”, con lo que en realidad se trata de verdaderas prisiones mientras se limpia el centro de ambulantes y artistas callejeros para mantener la “visual” de la sociedad del espectáculo.

Justamente en esos barrios de multitudes de desempleados es donde poco a poco han ido surgiendo otras alternativas que permiten mostrar a los hijos un marco más valórico y digno de las formas de solucionar las necesidades de alimentación y de todo tipo, tales como centros culturales, huertas, grupos artísticos, bibliotecas y emprendimientos productivos autogestionarios, también llamados autosustentables, porque se sustentan en la inciativa y capacidad de autoorganización de vecinos, amigos y familiares. No hay barrio del continente donde algunos visionarios, cansados de la protesta que exige a los gobiernos sin visos de solución ninguna, no estén desarrollando nuevas iniciativas, la mayoría de ellos con una notable comprension del daño que la economía de mercado está haciendo a la madre tierra, que avanza a pasos acelerados hacia la destrucción del planeta

Modo práctico de hacer otra economía

Las formas de la Otra Economía tienen las siguientes características y modalidades:

Primero:
Estimular y entregar orientaciones prácticas para el ahorro familiar, mediante energía alternativa y adquisición de productos a precio inferior al mercado, el aprendizaje y uso de la olla bruja (que cocina sin gas ni fuego) y otras variantes.

Segundo:
La adquisición de productos a bajo precio sin salir de casa, es decir mediante los comités autónomos vecinales de “Comprando Juntos”, donde rotativamente uno o dos de los vecinos hace la compra de todos los participantes, que al comienzo son algunos, pero la tendencia es al crecimiento.

Tercero:
La asociatividad entre vecinos, que organizados en el Comprando Juntos o en una olla común, aprenden a identificar las ventajas de la asociatividad frente a las dificultades del mercado al que normalmente deben incorporarse de forma individual y separada, aumentando la fragilidad de las personas y sus ahorros frente a la voracidad del intercambio mercantil tradicional. También la formación de un Comité de cesantes que crean un emprendimiento productivo conjunto, por ejemplo una fábrica de ladrillos.

Cuarto:
La conciencia y experimentación práctica de productores. Normalmente vamos detrás del dinero como sea, entregando una pésima educación a los hijos. En este caso incentivamos el reconocimiento de la potencia y capacidad productiva y transformadora de todo ser humano, hombre, mujer o niño, mediante actividades como huerta, reciclaje, emprendimientos productivos, artes y oficios y, en general, el aprovechamiento de los recursos naturales y materiales de la localidad, así como el abandono de las tarjetas de crédito, restringiendo, gracias al ahorro y las compras en común, las adquisiciones a plazos colmadas de intereses leoninos y que atrapan al consumidor en un callejón sin salida, haciéndolos esclavos de la tarjeta.

Quinto:
La conciencia de prosumidores, es decir productores-consumidores, lo que tiende a evitar la dependencia al vil dinero y a la tarjeta. Se refiere a la producción de alimentos, todo tipo de productos, servicios como peluquería, masajes, salud natural, talleres y tantos otros.

Sexto:
El autoconsumo, es decir producir para consumir, por ejemplo mediante una huerta, que hecha entre varios vecinos promueve la asociatividad.

Septimo:
El trueque. Es la posibilidad del intercambio de productos y servicios por otros productos o servicios, por ejemplo cortar el pelo a cambio de un masaje o un quilo de tomates a cambio de una artesanía de utilidad doméstica, así como también un adormo hecho con material reciclable que se cambia por un viaje en camioneta, etc.

Octavo:
La elaboración o transformación conjunta de alimentos, por ejemplo una olla común o la fabricación de pan o empanadas entre varios vecinos para su propio consumo.

Noveno:
El consumo conjunto. Por ejemplo un comedor vecinal, donde en ocasiones puedan almorzar o comer juntos, en especial la calle de la cuadra, como una gran familia. O también el reparto de los ladrillos hechos en común y que no van destinados ni al trueque ni a los Comprando Juntos de otros barrios.

Décimo:
La comunicación con productores comunitarios, por ejemplo caletas de pescadores, con quienes mediante el sistema de red y adquisición directa mediante los Comprando Juntos, permite para ellos vender a mayor precio del que paga el empresario comprador y a los vecinos adquirir a menor precio del que promedia en el mercado. Eso puede hacerse con comunidades mapuche y otras naciones originarias, con comunidades campesinas y agrupaciones comunitarias de villas sub o rururbanas.

Undécimo:
La adquisición mediante los comprando juntos a productores individuales, empresas o agricultores, dipuestos a vender a precio de mayorista, lo que es una forma más de ahorro y de asociatividad.

Duodécimo:
La utilización de recursos naturales para la construcción de viviendas y otras necesidades, como casas, hornos, cocinas, galpones, etc. Recursos que pueden encontrarse y elaborarse en la localidad o adquirirse mediante trueque o comprando juntos a los productores a menor costo.

Décimo tercero:
Reciclaje. Clasificación y separación de la basura y desechos de todo tipo en el barrio o conjunto de vecinos interesados incialmente. Materiales orgánicos para compostaje, abono y biogás. Material no orgánico como vidrios, plásticos, latas, cartones, tetrapack, botellas plásticas, maderas, aluminio, fierro y similares, papeles y muchos otros. Retazos y materiales industriales descartados. Formación de galpones para limpieza, desinfección, clasificación y ordenamiento de los materiales. Su transformación en materia prima para emprendimientos productivos y constructivos de objetos que irán al autoconsumo, trueque y comprando juntos, tanto en el barrio como hacia otros barrios y localidades.

Décimo cuarto:
Talleres de artes y oficios, donde los interesados pueden aprender, experimentar y llevar a la práctica los elementos anteriores y otros más, como soldadura, torno, carpinteria, albañilería y muchos más, aumentando así el potencial autosustentable de la localidad.

Décimo quinto:
Listas de productores. Cada comprando juntos debe elaborar sus propias listas de productores para mantener la autonomía y horizontalidad, sin embargo la Red Ecosocial puede entregar sus listas de productores para que los comités vecinales puedan adquirir según sus requerimientos.

La Red de Economía Popular y Ecología Social en conjunto con la Universidad Libre trabaja esos puntos y cuentan con personal para ir a los barrios a realizar talleres gratuitos a los interesados, que sólo deberán disponer de un apoyo para el transporte, el almuerzo y alguna colaboración voluntaria, como que estuviésemos cantando en la micro, extraordinaria labor de los artistas populares que merecen siempre todo nuestro apoyo.

Estaremos mostrando esas actividades en la charla que daremos el día 15 de octubre en el Parque O”Higgins en el marco del Festival Medioambiental de Santiago que comienza a las 12:00h. y en el stand respectivo de la Red Ecosocial. Los interesados en constituir sus Comprando Juntos podrán anotarse allí para recibir orientaciones y capacitación, de modo que es sólo llegarse a la actividad, que es de ingreso gratuito y habrán diferentes stands de otras organizaciones que trabajan en pro del medio ambiente desde diferentes perspectivas. También entregaremos la jibia de pescadores artesanales de Valparaíso a quienes se anoten antes del 13 de octubre en el mail redecosocial@gmail.com

Estamos en otra fase de los movimientos sociales estudiantiles, ambientalistas y de todo tipo, que aún no han podido ser derrotados por la institucionalidad del mercado y del estado, por lo que se requiere dar pasos firmes en dirección a los cambios en las localidades, en especial las formas de la otra economía, por lo que esta ocasión del 15 de octubre debe saber ser aprovechada por colectivos y organizaciones barriales de todo tipo para incrementar y diversificar las informaciones y experiencias útiles para sus actividades y propuestas por el cambio social desde abajo, así como la multiplicación de intercambios horizontales entre comunidades y localidades.

Les esperamos con sus ideas y propuestas para dialogar y preparar actividades concretas o talleres. Escríbanos para coordinarnos a redecosocial@gmail.com y unlibre@gmail.com

Jaime Yovanovic Prieto (Profesor J)
Red de Economía Popular y Ecología Social
Universidad Libre