Unos indígenas en aislamiento voluntario se asoman en la selva peruana
Los nativos hirieron a un guarda en el Parque Nacional del Manu y las autoridades han decidio restringir el tránsito en la zona
RAMIRO ESCOBAR | Lima 19/10/2011
Nuevamente se hacen presentes, asoman desde el monte amazónico con una desconfianza desnuda, pero marcando territorio. Unos cuantos miembros de las Poblaciones Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV) -es decir nativos que, por voluntad propia, no tienen mayor contacto con los asentamientos urbanos o incluso con aldeas de otros indígenas- han comenzado a hacerse visibles en la zona sur-oeste de la selva peruana.
Guarda del Parque Nacional del Manu
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Jesús Keme fue herido con una flecha por los indígenas.- Servicio Nacional de Áreas Protegidas
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Este año se les había avistado en dos ocasiones, en el pasado mes de mayo, pero el pasado viernes 14 de octubre un incidente con el guarda Jesús Keme, en los alrededores del Parque Nacional del Manu (uno de los ecosistemas de mayor biodiversidad en el mundo), confirmó que los mashco piros, la etnia que se encuentra en esa condición de aislamiento, ronda por esas selvas. Y da señales de preferir la lejanía.
Dejando espacio
Según Carlos Soria, directivo del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNANP), el hecho se habría producido hacia el mediodía, cuando Keme y dos personas más se encontraban patrullando el sector denominado Yanayacu del citado parque nacional. Una flecha sin punta, en forma de caña, cayó repentinamente sobre él y lo hirió de manera leve provocándole un sangrado. Era la señal de que los “aislados” se encontraban cerca.
El guarda fue inmediatamente conducido a un centro de salud, donde se comprobó que su herida no era de mayor gravedad. Luego se informó a las autoridades ambientales peruanas del episodio, a fin de que prever cómo manejarse en la zona, donde las señales de esta etnia se están haciendo recurrentes. También se informó al Instituto Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Andinos, Amazónicos y Afro Peruanos (INDEPA).
¿Qué medidas se tomaron? Soria informó que se procedió a asegurar el despeje de la zona, no porque la presencia de los nativos sea en sí peligrosa. Dado que en el Perú existirían cerca de 5,000 nativos “en aislamiento voluntario”, pertenecientes a por lo menos 10 etnias distintas (algunas etnias, como los machiguenga, tienen una parte que está aislada y otra que está en contacto), hay un protocolo para actuar en estos casos.
La primera recomendación fue esencial: no buscar el contacto con los mashco piros (o con otro grupo en aislamiento) debido a su alta vulnerabilidad, sobre todo sanitaria. Dado que viven de manera como en un circuito social cerrado, carecen de defensas para males simples como las gripes que cualquier otro poblador supera con facilidad. Tanto en Perú, como en Brasil y otros países, se han reportado contagios sumamente fatales.
A la vez, tampoco se recomienda dejar regalos o comida, pues la contaminación puede venir por esas vías. Por añadidura, el retiro de las zonas donde viven estos grupos también se debe, recuerda Soria, a la necesidad de dejarles espacio para que sigan cazando, recolectando o pescando con facilidad, ya que estos son sus únicos modos de supervivencia. El monte sigue siendo, para ellos, su despensa natural y su hábitat.
Vieja historia
Róger Rumrill, asesor del Ministerio del Ambiente peruano, quien también estuvo presente en la conferencia de prensa donde se informó de los avistamientos, recordó además el origen de estos grupos, que en Sudamérica estarían presentes en Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia y Paraguay. Contrariamente a lo que creen muchas personas, no se trata de indígenas que jamás han tenido algún tipo de contacto.
Son más bien grupos étnicos que en el pasado, desde el siglo XVI, tuvieron diversos acercamientos, gentiles o amenazantes, con contingentes que siempre resultaron invasores de sus territorios. Primero fueron los conquistadores y luego los misioneros, aunque quizás el casi literal ejército que los atacó y diezmó fueron los caucheros. Desde fines del siglo XIX hasta comienzos del XX, su incursión fue una real hecatombe.
En Perú, algunos grupos como los iñapari habrían desaparecido a causa de este fatal impacto humano, mientras que otros como los nomatsiguenga se habrían refugiado en el monte, de manera paulatina. Ese parece haber sido el origen de los mashco piros, que ahora asoman en las selvas del Manu: serían una fusión de dicha etnia (los nomatsigenga) con los miembros de otros grupos, todos pertenecientes a la familia lingüística arawak.
De allí que el término “no contactados” no sea el más propio. Todas las etnias amazónicas, recordó Rumrill, en algún momento tuvieron contacto. Pero la carga de los caucheros, y más recientemente de los madereros, los obligó a huir o a elegir, de manera voluntaria, ese tipo de vida que hoy sorprende a quienes vivimos del lado de la “civilización”. Además de ocurrir en Sudamérica, también ocurre en África y el Asia.
Nuevas políticas
A diferencia de Alan García -quien, siendo presidente, escribió, en un artículo para el diario El Comercio, que la existencia de este tipo de nativos era sólo “presumible”-, el nuevo gobierno, presidido por Ollanta Humala, es cauteloso con el tema. Ya aprobó una Ley de Consulta Previa, que norma la aplicación del Convenio 169 de la OIT y le da a los indígenas el derecho a ser consultados sobre actividades que se realicen en sus territorios.
Por supuesto, los “aislados”, precisamente por su condición de tales, no participarán en consulta alguna. Pero los otros 300 mil indígenas amazónicos peruanos, provenientes de más de 60 etnias (y que llaman a los aislados “hermanos autónomos”), parecen también responder por ellos. Un torrente de consanguinidad, o de vínculo cultural, une a estos pueblos diversos, algunos de los cuales todavía prefieren vivir desnudos y escondidos.