Ocupar la Bolsa de Londres. La indignación en Inglaterra

03.Nov.11    Análisis y Noticias

02-11-2011

Occupy LSX / Ocupar la Bolsa de Londres
La indignación gana Londres

Philippe Marlière
Viento Sur

El movimiento Occupy the London Stock Exchange (Occupy LSX –Ocupar la Bolsa de Londres) se ha instalado en el atrio de la catedral de Saint Paul, el 15 de octubre. Unas 200 tiendas, más de 2000 personas llenan la Paternoster Square. El espacio ha quedado rápidamente saturado y otro sitio ha sido abierto en Finsbury Square. Reconstruida tras el Gran Fuego de 1666, la nueva catedral de Saint Paul no es una iglesia del pueblo: es el símbolo de la Gran Bretaña imperial y de la familia real (el príncipe Carlos y Lady Diana se casaron allí).

Organizarse para durar

Los movimientos de ocupación de los lugares públicos están confrontados a los mismos problemas y aleas: ¿Cómo organizarse para durar? Hay que pasar el invierno, aguantar hasta la primavera, me dicen. Según los procedimientos aprobados en la Puerta del Sol o en el parque Zuccotti, OccupyLSX ha creado un espacio comunal, un lugar de vida para sus habitantes y de encuentro para los visitantes. Durante las vacaciones escolares de otoño, OccupyLSX ha invitado a los niños y sus padres a venir a compartir su experiencia durante una tarde (Occupy Half Term) /1. Más allá de las tiendas individuales, se encuentra allí un espacio mediateca, una universidad popular, una cantina, un centro de socorro y una biblioteca.

En la era de Internet y los tweets, este apego a los textos impresos puede parecer singular. La biblioteca es por otra parte escasa, pálida imitación de las 1200 obras que se contaban en Nueva York. No se encuentra en ella ningún escrito revolucionario: cuento, por encima, Michael Moore, Stéphane Hessel, Isabel Allende, pero ninguna literatura anarquista o anticapitalista.

Una asamblea general tiene lugar todos los días a las 13 h. y a las 19 h. Las propuestas y textos son debatidos y aprobados por consenso, con una excepción para las mociones “urgentes”: éstas son aprobadas si reciben el 75% de aprobación. Los ocupantes insisten sobre este punto: son votos realmente democráticos y que tienen un sentido; a la inversa de la parodia de votación en el parlamento o en las elecciones. Algunos confían que el movimiento está más movido por consideraciones de orden democrático (como crear las condiciones de una real participación de los ciudadanos en los procesos de decisión), que económico (Crítica de la relación entre los bancos y el gobierno). Michael Hardt resume la cuestión en estos términos: “La indignación contra la avaricia de los bancos y las desigualdades económicas es real y profunda. Pero la protesta contra la ausencia, o la inadecuada representación política es también importante” /2.

Como en Madrid o en Nueva York ningún líder se encuentra entre las filas. Varias personas toman la palabra ante las escaleras de la catedral: un viejo anarquista, una artista, un joven altermundialista, un bailarín irlandés. Me cruzo con un musulmán en conversación animada con un militante del Socialist Workers Party (trotskysta); una coral de cristianos, jóvenes españoles, un vendedor de periódicos de la Communist League, jóvenes asalariados, jubilados, algunos universitarios. Encuentro allí estudiantes que participaron en la ocupación de mi universidad el pasado invierno para protestar contra la subida de los gastos de matricula /3.

TINA en los espíritus

¿Cómo romper el muro de silencio de los medios dominantes? Durante los primeros días de la ocupación, el acontecimiento prácticamente no ha sido mencionado. La BBC consagra numerosos reportajes al “rescate” de Grecia por la Unión Europea, pero no muestra casi ninguna imagen de la rebelión que se incuba en el corazón de la City.

Los actores neoyorquinos han recibido el apoyo de intelectuales y periodistas: Slavoj Zizek y Frances Fox Piven fueron a Zuccotti Park. Joseph Stiglitz hizo también una notable aparición. David Graeber, un antropólogo estadounidense que enseña en Londres ha sido el inspirador del movimiento. Sus trabajos sobre los habitantes de Madagascar han servido de referencia a Occupy Wall Street. En Betafo, ha descubierto una población que practicaba la democracia directa, sin intervención del Estado /4. Universitario y anarquista, Graeber ha ayudado a poner en pie el movimiento. En cuanto ha comenzado la ocupación, se ha ido para no caer en el papel de “intelectual de vanguardia”, un modelo que rechaza /5. También ha habido sindicatos de Nueva York que han expresado su solidaridad.

En Londres, una movilización así está aún por asegurar. Ni un diputado laborista, ni un representante de los sindicatos del TUC ha ido hasta hoy hasta Paternoster Square. Solo Julian Assange, Peter Thatchell y Polly Toynbee (periodista del The Guardian) han sido vistos por allí.

Se puede concluir de ello que TINA –There Is No Alternative (al capitalismo), un día enunciado por Margaret Thatcher- pesa aún en los espíritus de los sometidos cotidianamente a los asaltos del capitalismo: vida cara, paro, estudios carísimos, servicios públicos en desmantelamiento, políticas de austeridad. Los británicos sufren, pero pocos aún se atreven a rebelarse. Más de tres decenios de thatcherismo y de blairismo explican en una amplia medida la apatía ambiente.

Los participantes en OccupyLSX son ciudadanos medios (asalariados, parados o jubilados) que se han despegado de la política tradicional. Forman batallones que han dado la espalda de forma duradera a la socialdemocracia, en todas sus declinaciones nacionales: Labour, PS, SPD, PSOE; PASOK, et. Esos partidos son vigorosamente rechazados por los Indignados. No son según ellos más que la otra cara del consenso neoliberal; los ejecutores de políticas de austeridad dictadas por los mercados (Sócrates en Portugal, Zapatero en España, Papandreu en Grecia y mañana, quizá, Hollande en Francia).

¿Qué programa?

Preguntar por el “programa” o las “reivindicaciones” a los participantes en OccupyLSX es suscitar sorpresa, incluso incomprensión. Los ocupantes son independientes de toda estructura partidaria o sindical. Son militantes –nuevos o veteranos- que comparten los códigos de comunicación y de socialización ligados a las nuevas tecnologías. Sea en Madrid o en Nueva York, sus objetivos van más allá del combate a favor de una causa o de un tema preciso (single-issue campaign). Los Indignados quieren limitar el poder de las finanzas sobre nuestras vidas (a falta quizá de abolirlo); construir una sociedad más justa y democrática, que rechaza las organizaciones piramidales y las relaciones jerárquicas de los partidos de izquierda tradicionales. Para comenzar, el movimiento plantea las cuestiones más importantes del momento: ¿quién paga la crisis provocada por el mundo de las finanzas? ¿Qué papel juega el poder político en la resolución de la crisis? ¿Porqué no ha cambiado nada desde 2008?

Contrariamente a Nueva York /6, Occupy LSX no ha redactado ningún manifiesto. Solo son preconizadas algunas medidas de alcance general: rechazo a pagar la crisis provocada por los bancos, o a considerar que las políticas de austeridad son inevitables. La tonalidad de conjunto de estas medidas no es propiamente anticapitalista, lejos de ello. Los ocupantes londinenses expresan el deseo, por ejemplo, de que los reguladores de los mercados sean “verdaderamente independientes” de los bancos y de los gobiernos. Una amplia mayoría de personas asociadas al sistema capitalista podría suscribir tal deseo.

Pregunto a algunos participantes si sus objetivos son de naturaleza “anticapitalista”. Las respuestas son muy variables, pero ante todo inciertas. Una gran bandera está sin embargo instalada en el corazón de la plaza. Sobre fondo verde y en letras rosas, no deja ninguna duda sobre el origen del mal: “Capitalism is crisis”. La palabra “reivindication” (reivindicación) está desterrada del vocabulario usual. Se habla más bien de “objetivos” (goals). Estos últimos pueden estar acabados de forma plural y autónoma, mientras que las reivindicaciones implican una relación de expectativa y de dependencia respecto a los poderes constituidos.

El movimiento de los Indignados es la expresión pública de una cólera sorda que crece: entre el 99% que padece el sistema contra el 1% que saca de él el mayor provecho. El relato de una mundialización neoliberal triunfante –el luminoso TINA- está hoy desacreditado. Los mercados entregados a ellos mismos no son sino fuerzas ciegas que destruyen las economías nacionales, antes de autodestruirse; los bancos no son la solución, sino la clave del problema puesto que privatizan las ganancias y socializan las pérdidas; las sumas de dinero supuestamente imposibles de encontrar para revalorizar los salarios o salvar servicios públicos, han podido ser encontradas rápidamente para poner a flote a los bancos. Los Indignados nos interpelan: ¿porqué aceptar tales mentiras y dejar que nuestro mundo corra a su perdición?

Una politización de izquierdas

Los Indignados prosiguen la acción del movimiento altermundialista de los años 1990 y del comienzo de los años 2000. ¿No contribuyó el Foro Social Mundial a desacreditar las políticas infligidas por el FMI o el Banco Mundial en Asia o en América Latina? Los Indignados continúan hoy el trabajo de desmitificación del neoliberalismo en el corazón del viejo mundo industrializado.

La politización en curso es claramente de izquierdas, pero esta forma de hacer y de ver las cosas no puede ser relacionada con una ideología particular. Ningún partido de izquierdas tradicional podría encontrarse espontáneamente a gusto en un movimiento así. Toda tentativa de “recuperación” aparece por consiguiente condenada al fracaso. Se puede encontrar esto reductor e insuficiente. En una lógica política a corto plazo y electoralista, este movimiento no puede en efecto sino decepcionar. Pero los efectos a largo plazo son indiscutiblemente positivos. Por primera vez desde hace treinta años, ciudadanos de recorridos diferentes se reúnen para exigir más igualdad económica, más justicia social, más solidaridad. Hay que reconocerlo: estas acciones son más eficaces para desmitificar el neoliberalismo que las centenares de obras militantes y científicas aparecidas sobre el tema.

En la Paternoster Square, me cruzo con los “Anonymus”. Estas personas llevan la máscara de Guy Fawkes. Esta referencia remite a “V” (V como Vendetta), héroe de un cómic de finales de los años 1980. “V” es un anarquista que actúa en una Inglaterra que se ha salvado de una guerra atómica que ha destruido al mundo. El país está dominado por un régimen fascista que ha procedido a una depuración étnica, política y social. “V”, que lleva la máscara del más célebre miembro de la Conspiración de la Pólvora /11, es un justiciero que se dedica a resistir contra ese régimen totalitario.

Algunos se reirán de estas manifestaciones carnavalescas. Otros no verán en estas ocupaciones más que puestas en escena teatrales de gente pudiente y ociosa /7. Se les concederá que los Indignados de Londres no son los de la plaza Tahrir o de la plaza Syntagma. Los objetivos y las situaciones nacionales son en efecto muy diferentes. Hay indudablemente un fondo dadaísta en este movimiento; una dimensión intelectual que se dirige ante todo a los “espíritus” y no a los “vientres” /8. De acuerdo. Pero con los Indignados, la cuestión de las desigualdades económicas –tan largo tiempo descuidada por la “izquierda gubernamental”- ha vuelto a un primer plano del escenario. La izquierda no puede ya estar reducida a la promoción de las cuestiones post-materiales, por importantes que sean.

La democracia horizontal y sus límites

Algunos observadores ya lo han subrayado: la democracia en juego en OccupyLSX y otras partes es de tipo horizontal, por oposición a una democracia de tipo vertical. La democracia horizontal impulsa la acción directa y la participación de todos los miembros. Los participantes deben ser respetuosos de las opiniones diferentes, y esta pluralidad es percibida como un enriquecimiento para el grupo, y no como una amenaza o una anomalía. La democracia vertical remite a la forma partidaria y sindical clásica, es decir una estructuración piramidal: en la cumbre, una oligarquía que decide y en la base militantes encargados de difundir la palabra autorizada.

Las desventajas de la democracia directa son conocidas: lentitud para tomar decisiones y, in fine, inercia en el plano de la acción. El debate y el dilema no son nuevos. Lenin había criticado ya el trabajo “artesanal” de revolucionarios que se apartaban del militantismo político de largo alcance y apostaban por el levantamiento espontáneo de las masas. El padre de la Revolución de Octubre calificaba esta estrategia de “oportunismo”, pues estos revolucionarios renunciaban a desarrollar en el seno del pueblo una conciencia de clase /9.

¿En qué medida los pueblos occidentales tienen conciencia de que el sistema capitalista sirve sus propios intereses? Dos sondeos realizados en los Estados Unidos por Rasmussen nos aportan un comienzo de respuesta. En diciembre de 2008, el 15% de los entrevistados declaraba que los Estados Unidos serían un país mejor si adoptaran un sistema “socialista”. En 2011, la misma pregunta ha registrado un 20% de respuestas favorables al socialismo. Más interesantes aún son los resultados por edad: entre los de 15-25 años, una corta mayoría declara preferir el capitalismo al socialismo (el 37% contra el 33%). Como el 30% de los jóvenes no se pronuncia, se puede deducir que una mayoría por defecto estaría dispuesta a contemplar un sistema diferente al capitalismo. Este resultado es tanto más llamativo en un país en que el término “socialismo” no es empleado en la boca de los políticos y periodistas dominantes más que de forma peyorativa o condescendiente /10.

Esta tendencia, que deberá consolidarse, es ilusionante y permite mantener un cierto optimismo. Lejos de ir a contracorriente de lo que piensan los pueblos, las opiniones de los indignados son ahora mayoritarias entre la población. No hay que deducir de ello que el capitalismo esté agonizando. Pero seguramente es un duro golpe contra el corazón del mismo.

30/10/2011

Philippe Marlière es profesor de Ciencias Políticas en la University College London.

http://www.contretemps.eu/interventions/occupy-lsx-lindignation-gagne-londres

Traducción : Faustino Eguberri para VIENTO SUR

Notas:

1/ http://occupylsx.org/?occupyhalfterm

2/ http://chronicle.com/article/Intellectual-Roots-of-Wall/129428/

3/ http://blogs.rue89.com/philippe-marliere/2010/12/02/luttes-etudiantes-a-londres-un-moment-de-bonheur-collectif-178858

4/ D. Graeber, Lost people. Magic and the legacy of slavery in Madagascar, Indiana Unversity Press, 2007.

5/ http://chronicle.com/article/Intellectual-Roots-of-Wall/129428/

6/ https://sites.google.com/site/the99percentdeclaration/

7/ http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2011/oct/20/occupy-wall-street-tahrir-scenery

8/ http://www.nybooks.com/articles/archives/2011/nov/10/zuccotti-park/

9/ Lénine, Que faire ?, Pékin, Editions en Langues Etrangères, 1975. Lenín, ¿Qué hacer? http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1900s/quehacer/index.htm

10/ http://www.opendemocracy.net/ourkingdom/david-graeber/on-playing-by-rules-%E2%80%93-strange-success-of-occupywallstreet

11/ (http://es.wikipedia.org/wiki/Conspiraci%C3%B3n_de_la_p%C3%B3lvora)

Fuente: http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=4499