Encuentro Nacional Popular
por Comite de Impulso del Encuentro Nal. Popular • Monday July 21, 2003 at 08:28 AM Indymedia Colombia
Sueños y acciones: Con el concurso de organizaciones barriales, campesinas, sindicales. raizales, de la salud y la cultura, desde hace varios meses germina el Encuentro Nacional Popular. El reencuentro es urgente, la acción mancomunada, la resistencia contra la anulación y la negación de los derechos también. Pero más allá imanta el proyecto de nación, abierto, solidario y continental.
Varios nombres se proponen para este Encuentro, pero la necesidad es una sola: romper el tiempo, el ritmo y el lenguaje institucional, avanzar hacia formas reales de identidad y de politización social. El debate apenas empieza y todo el país está invitado. Aquí unas ideas para la provocación.
La descomposición abona la tierra
que los ángeles envilecen.
Álvaro Marín.
Muerte, ya no eres flaca
Un viento azufrado recorre la cima volcánica del cuerpo de Colombia, pero también la base se petrifica, se inmoviliza en la húmeda arena de la sangre derramada.
Nuestra casa es un volcán activado cuya lava contenida en el tiempo podría borrarnos a todos de nuestra diversa y enmarañada geografía, si tenemos en cuenta que a la llama del conflicto nacional se suma el fuego de la intervención extranjera: intervención económica y militar, pero también cultural y política que denota un sostenido avance del gigante del norte hacia las tierras del sur. Este momento exige la reconstrucción del movimiento social y la declaratoria de Emergencia Nacional.
La reactivación de la resistencia social en Colombia pasa, en primer lugar, por el reconocimiento de su propia crisis, y el análisis de los antecedentes y los elementos que tal crisis comporta.
El estado de Emergencia Nacional es la expresión de la descomposición política y la desarticulación social, pero además es la manifestación de los signos de una crisis más radical: la crisis de la cultura colombiana, el derrumbamiento de los valores sobre los que se han construido los últimos tramos de nuestra historia.
Pero tiempo de crisis quiere decir también tiempo de creación, es la hora de remover las capas de moho de la política colombiana, pero no solo el moho y la descomposición de la cima, sino también el tedio y el adormecimiento de la base nacional, es la hora de sacudir el viejo árbol de la vida política colombiana para que caigan sus ramas resquebrajadas y sus frutas podridas.
El movimiento popular ha sido afectado, no solo por la política criminal de los de arriba, sino también por la fragmentación, el individualismo, y la ausencia de propósitos comunes en los de abajo confundidos además por el egotismo de los líderes y el onanismo de los académicos y los intelectuales.
La persistente violencia ha sido otro elemento propiciador de la desesperanza y la pasividad de las comunidades populares, pero esa pasividad es la más cruel de las tiranías porque se sustenta en la autodestrucción. Si los elementos populares son el factor de cambio, nada le espera a un país con una comunidad pasiva y quejumbrosa.
La pérdida de los derechos conquistados, la ruptura y la dispersión del movimiento social no es solo una responsabilidad que pueda atribuírsele al comportamiento bárbaro del Estado colombiano, también es una inmovilidad derivada de la acción política equivocada, del militarismo en todas sus vertientes, o del desvarío proselitista y electoral. Pero también de la entrega, por parte de algunos de sus líderes, del movimiento político y social; de la negociación personalista de las cabezas dirigentes, y cuando no, de las posiciones irreconciliables y dogmáticas.
Sobre la observación de los errores y las equivocaciones, es necesario avanzar, haciendo la pausa crítica, hacia la recomposición de los vínculos del movimiento popular, pero también de los vínculos de las comunidades de donde surgen las ideas fuerza para la construcción de un proyecto nacional y la fundación de un nuevo país.
La creación del tiempo y el espacio
Uno de los ejercicios de los sectores populares, organizados o no, podría ser la activación con fines tácticos, de la recflexión y la movilización hacia el Encuentro Nacional Popular que se propone como movimiento solar hacia la construcción de un calendario y un tiempo de las comunidades para superar la agenda que se impone desde lo institucional. El debate de las ideas como acto de la comunicación es un hecho simultáneo con la recuperación del tiempo comunitario propiciado por las tareas colectivas.
La persistencia en la comunicación a través de todos los medios posibles, desde el tambor, a la internet, pasando por el boletín, el periódico, la radio, o el intercambio directo y sin mediaciones, marcan el ritmo de los tiempos que corren y hacen resonar los pasos y las pulsaciones del tiempo en el calendario popular. En la creación de un tiempo comunitario se realizan las tareas, las necesidades expresivas y las actividades cotidianas capaces no solo de la construcción de un tiempo propio sino también de adelantarse a las contingencias nacionales sin esperar que las agendas oficiales impongan el ritmo de la política y de la cultura.
La institución compromete en su tiempo no solo el trabajo colectivo, también a los creadores culturales, a los “comunicadores”, a las comunidades barriales, a los sindicatos y a los desempleados, a los ociosos. A todos los hombres, mujeres y niños atrapados en la red de un forzado y tedioso ritmo funcional construido por el tiempo del poder a través de los medios, el deporte, el concierto y todos los ritos culturales impuestos desde arriba a cuyo ritmo de danza mortuoria hay que anteponer un nuevo ritmo celebratorio en la construcción de la política y la cultura desde abajo.
Escapar del ritmo y el tiempo impuesto es una de las formas posibles de reactivación del movimiento popular; levantarse y sacudirse el polvo comunitario de la mal trajeada organización popular para la creación de un tiempo y un espacio nuevo, que en términos más claros, es la recuperación de una comunicación sin las mediaciones que culminan casi siempre en el rito electoral de cada cuatrienio.
Estas realizaciones no son posibles sin una mínima y flexible organicidad, sin una función sistémica, es decir, sin el cuerpo que es el primer contacto con la realidad, pero ese cuerpo social, para recuperar su capacidad de incidir, será liberado del activismo confesional para propiciarle la creación de realidades complejas en la confluencia colectiva cruzada por todos los ámbitos de la experiencia humana: el trabajo, la creación, la política, el cuidado ambiental, la salud y la fiesta. Todos los actos humanos comprometidos en la reconstrucción del cuerpo social liberado de la dromomanía de las marchas para acercarlo a la creación colectiva y a la expansión en el territorio propio de la acción política y la cultura que es el mismo territorio de la fundación nacional.
Este sería el método, por la vía de la creación, para darle un nuevo sentido al carácter dramático de la emergencia que se expresa en forma de crisis, pero también puede expresarse como resurgimiento, como muerte y nacimiento a la vez.
Muerte de lo oxidado, de los gestos y los tics de la política para asumir un sentido nuevo como ejercicio y manifestación del poder: ser poder no es otra cosa que reconstruir una realidad propia, desde las bases mismas, desde la raíz, desde abajo, para levantar sobre el sólido territorio de lo popular una democrática y solidaria arquitectura de la nacionalidad.
La creación del espíritu, la fundación
Solo pueden ser modestos los ambiciosos, el Encuentro Nacional Popular, es un principio táctico, un día en el calendario solar. Calendario que se cumpliría a través de un proyecto nacional y se realizaría en la reconstrucción y la fundación nacional, esa sería la construcción del tiempo y el espacio habitado por el cuerpo de una cultura en emergencia.
La modestia en los elementos tácticos se expresa como ambición en los elementos estratégicos, todo organismo complejo se articula de simplicidad, un cuerpo es también el invisible átomo, pero ese cuerpo separado, disgregado socialmente, y ensimismado, es la vieja política y es la muerte.
La fuerza de los elementos populares unidas a las fuerzas de la creación, son la construcción del poder, en su activación histórica remueven las corrientes ocultas y desatan otras fuerzas inusitadas en donde se expresa lo inédito, lo nuevo, la emergencia de un sentido movilizador. Solo la fuerza del nuevo espíritu remueve la carcoma y el óxido y hace saltar la gusanera de las partes descompuestas que devoran el cuerpo de la nación.
El corpus popular es rústico y resistente por naturaleza, su rusticidad le mantiene en pie a pesar del hambre, las enfermedades y la privación de trabajo, y es resistente por temperamento, por constitución. Y es también impredecible, espontáneo; tiene razones que la razón no entiende, el colombiano rústico vive de milagro, crea sus propias formas de economía y de política, de allí que sea distante con quienes en actitud de ilustrados tienden a “politizarlo”. Esa experiencia popular acumulada es una importante reserva cultural de la que muchos podemos aprender si superamos la visión estrecha sobre los elementos populares que son vistos por algunos como entes sin el alma política a quienes hay que ir a catequizar.
Si se entiende la política como la acción colectiva con propósitos comunes se podría superar la pesada carga de ideologismo que tanto pesa al paquidérmico cuerpo del movimiento social.
Un espíritu nuevo abre puertas y ventanas, observa realidades ocultas por evidentes y airea y sopla un nuevo aliento a las fuerzas que han sido inmovilizadas. La actitud hacia el Encuentro Nacional Popular está centrada en la acción reflexiva y experimental, y reconoce que son los procesos los que politizan, y que las ideas y los liderazgos surgen de los mismos procesos y no a la inversa. El Encuentro Nacional Popular es un paso inicial hacia un proyecto nacional y en la necesidad de renovar las fuerzas y superar la inmovilidad generalizada.
Echar a rodar la bola
Teniendo en cuenta otras agendas, logros y procesos organizativos activados por otros sectores proponemos:
1. La organización de un registro de las agendas, diagnósticos, mandatos, programas ya existentes y liderados por distintos sectores sociales.
2. Evaluar los esfuerzos anteriormente señalados y determinar sus logros y carencias, su capacidad de incidir en el movimiento social y de crear vínculos, o por el contrario, su incapacidad de interrelación y articulacióncolectiva.
3. Romper en el proceso hacia el encuentro nacional popular el individualismo y las formas organizativas fragmentadas para crear sistemas colectivos y un cuerpo vital y movilizador del movimiento social.
4. Asumir el proceso de cara al país, esto implica: A. reconocer que los liderazgos en general están en crisis, por lo tanto, y como disposición al cambio y como actitud propiciadora, los liderazgos del movimiento social harán una ofrenda pública de remoción ante cada uno de sus sectores sociales. B: convocatoria de asambleas de las diferentes organizaciones para debatir la necesidad, pertinencia y sentido del Encuentro Nacional Popular; cada una de estas asambleas a su vez votará un plan de acción propio.
5. Determinar los propósitos comunes que propicien una amplia participación y busquen resultados efectivos durante el proceso del encuentro, y después de éste.
6. hacer un avance hacia la identificación de ideas fuerza y actos fundacionales que nos permitan romper la dinámica defensiva y dependiente que hoy caracteriza al movimiento social y al mismo tiempo romper el individualismo de los diferentes sectores creando sistemas colectivos.
7. Definir las etapas Hacia el Encuentro Nacional Popular, para construir entre todos el calendario solar. Establecer un centro de confluencias del movimiento social, de comunicación e intercambio permanente.
8. Se propone un método de organización por secciones: regiones, barrios comunidades, organizaciones política, ambiental, salud, cultura, sindicatos, organizaciones diversas, educación, juntas comunales, las negritudes, las mujeres, etcétera, articulados por temáticas y por organizaciones cuyos procesos se articulan a su vez con comunidades no organizadas en donde se presenta la propuesta.
Calendario Solar
Para la elaboración de una agenda proponemos: (construcción de una agenda del Encuentro Nacional Popular)
Construcción de un calendario cuyo principio fundacional empieza con la realización del Encuentro Nacional Popular, (fecha y fiesta popular), está fecha tendrá un nombre integrador. (Día de los traicionados José Antonio Galán).
Determinar durante el encuentro una Fecha para presentar los componentes de elaboración de un proyecto nacional elaborado y asumido por el Encuentro Nacional Popular. Este proyecto será el elemento básico hacia la construcción del Parlamento de los Pueblos.
Esta propuesta es una idea abierta a quienes estén interesados, presentada a individuos, grupos, y es un borrador para la construcción colectiva. Es desarmable, tachable, para escribir, rescribir o agregar.